Entré en mi departamento y enseguida los pensamientos golpeaban mi mente.
De ahora en adelante ese lugar sería mi refugio.
Tantas preguntas pasaban por mi mente... ¿Esto era lo que quería? Pues no lo sabía pero ya lo había hecho. No había vuelta atrás.
Una lágrima se escapó por mi mejilla, dejé caer mi bolso y fui hasta el ventanal...
Yo solo quería llorar... Quería estar sola... Sola con mi hijo. No quería irme a vivir con nadie... Quería estar con él... Quería estar con Jake.
-Lo amo- dije entre sollozos.
Estaba sola, nadie podría escucharme. Necesitaba decirlo, gritarlo...Admitirlo.
-Dios mío, lo amo... Lo amo con locura y ya no puedo hacer nada- hablaba y la voz retumbaba en las paredes de mi departamento.
-Sé que me amas Brittany- escuché hablar.
Jake estaba ahí... Me volteé rápidamente.
-¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste?- pregunté mientras secaba mis lágrimas.
-Dejaste la puerta abierta Brittany- dijo mientras se acercaba a mí.
-Vete Jake, esto no está bien. Estoy casada. Por favor vete ya-
-Esta vez no me iré-
Se acercó hasta mí y yo quedé contra el vidrio.
-Esta vez necesito explicaciones - dijo mientras rozaba su dedo por mis labios.
Jake se pegó a mi cuerpo y pasó sus manos por mi cintura. Poso sus labios en los míos y los besó.
Pude sentir su aliento... La calidez de sus labios que me hacía sentir cómoda.
Su cuerpo hacía hormiguear mi cuerpo entero.
Respondí su beso; lo necesitaba, lo anhelaba...
Solo lo deseaba a él, deseaba tenerlo conmigo siempre, así como ahora lo tenía. Pero eso no duro mucho, él se separó de mí
-Ven, siéntate- me dijo mientras me conducía al sofá.
-¿Qué pasa Jake? ¿Por qué me haces esto?-
-Brittany ¿Por qué me escondiste que Alessandro es mi hijo?- pregunto dejándome helada.
-Él no...-pero no me dejó terminar...
-Mi amor, por favor, no lo niegues más, sé que Alessandro es mi hijo, lo confirme cuando estabas de luna de miel. Carlotta paseaba con él por el parque y la seguí. Ella hablaba con el niño y le decía que él era igual a mí, por lo que no le quedó más remedio que aceptar que Alessandro DREW es fruto de nuestro amor-
Yo solo lo observaba, pero de un momento a otro mis lágrimas me traicionaron y comencé a llorar sin remedio.
El había descubierto todo...Ese secreto que tanto quise esconder. Y ahora, ¿Qué iba a hacer?
-Brittany, no llores por favor. Me duele verte así. Sé que todo esto es mi culpa. Perdóname, yo jamás te culparía por algo que cause yo mismo. Ven aquí- dijo mientras me hacía sentar sobre sus piernas, frente a él y a horcajadas.
Jake me abrazó... Me abrazó fuerte y yo no podía dejar de llorar, ese dolor que tenía dentro de mí no podía controlarlo.
-Siempre supe que Alessandro era mi hijo, él estaba en mis sueños y también soñaba con que se llamaría Alessandro. No sé si fue coincidencia...-
Jake hablaba en mi cuello.
-Mi bebé es tan hermoso como tú. Me dolía ocultarte todo esto, pero tú tienes una vida y yo debía formar la mía. Necesitaba olvidarte Jake, no merecías nada de mí. Te amaba pero a la vez te odiaba Jake- dije con voz baja, casi susurrando.
-Brittany perdóname, yo te amo con locura. Te amo a ti y Alessandro... A nuestro hermoso hijo- susurraba y acariciaba mi mejilla.
-Por Dios Jake, te amo y no puedo esconderlo, es algo que me domina- dije y esta vez fui yo quien lo besó.
Nuestro beso era intenso, ahora sin tensiones, sin nada que nos fuera a interrumpir. Los dos nos amábamos y estábamos ahí... Solos... Solos con nuestro amor.
Brittany había vuelto.
Esa Brittany a la que no le importaba nada, que solo vivía el momento... Esa que amaba como locura al padre de su hijo.
-Amor, no sabes cuánto espere este momento... Cuanto deseé tenerte así, solo para mí nuevamente-
Jake susurraba mientras me cargaba contra su cuerpo y caminaba por el pasillo hasta mi habitación.
Me dejó en la cama y se recostó encima de mí. Sus manos vagaban por mi cuerpo... Ese cuerpo que él conocía de memoria.
Mi piel estaba erizada, solo el roce me tenía excitada.
-Hazme tuya Jake, por favor hazme el amor, ¡Te necesito!-
Y lo escuché susurrar mientras desabrochaba cada botón de mi camisa...
-Hoy eres mía Brittany Minner-
Jake quitó mi ropa y luego yo ayudé a quitar la de él. Estábamos completamente desnudos.
Rodamos en la cama y yo quedé debajo de él.
Nos besábamos; su mano recorría mi pecho y luego mi abdomen hasta llegar a mi sexo, donde se detuvo y jugueteó con mi clítoris hasta casi dejarme sin respiración. Yo no paraba de gemir en sus labios.
Introdujo uno de sus dedos en mí.
Hacía muchísimo tiempo que no estaba así por un hombre...
-Cada noche te recordaba Brittany, me imaginaba sintiendo tu humedad... Tu cuerpo... Tu olor, ese olor que me embriaga- susurraba mientras me besaba y movía su dedo dentro de mi vagina.
-Y yo tu olor, tu forma de tocarme, de hacerte tuya... De hacerme sentir mujer-
Mis dedos se clavaban en su perfecta espalda.
Jake me besó con más intensidad y sentía como situaba su pene en mi vagina... Ambos gemimos...
-¡Oh, por Dios Brittany!- susurró apretándose a mi cuerpo.
-Hazme tuya Jake, te quiero dentro de mí. Hazlo por favor, necesito sentirte-
Mi cuerpo se arqueaba.
Y sin más espera, Jake me penetró mientras enlazábamos nuestras manos.
Podía sentir cada movimiento, cada envestida...Eran lentas, llenas de pasión, de lujuria. Sentía como mi cuerpo cada vez se hundía más y más en el placer. Nuestros gemidos eran silenciados por nuestras bocas.
Como si estuviéramos sincronizados nuestros cuerpos se movían al mismo ritmo, sentíamos cada oleada de placer. Estábamos en un abismo pero nos sentíamos seguros, llenos el uno del otro, saciando nuestra sed... Esa sed que habíamos estado guardando por tanto tiempo.
Mi cuerpo no daba para más y podía sentir como el de Jake tampoco. El dio una última envestida y sentí como los dos acabábamos en mi más excitante orgasmo, mientras los dos pronunciábamos un te amo al unísono.
YASR & DAVM
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HOY ERES MÍO
RomanceBrittany Minner Una persona que gracias a decepciones familiares y amorosas, se convierte en una mujer regia, eficiente, luchadora, al principio fuerte como piedra y un tanto arisca; la vida la enseña y la lleva darse cuenta que el goce de la mis...