Capítulo XX

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Después de darme un baño, debía vestirme para ir a mi cita con Lugman. Escogía la ropa de mi armario en el mismo instante en que pensamientos cargados de Jake, recorrían mi mente de un lado a otro.

Me sentía tan frustrada y tan agotada de todo esto que cerré las puertas de mi armario de golpe, di la espalda al mismo y fui hasta mi cama para romper en llanto.

De repente levanté mi borrosa vista (causa de mis lágrimas)... Limpié mis mejillas y fui directo a la cocina, donde tomé una botella sin siquiera mirar la etiqueta. La abrí y tomé de ella a pico, sin molestarme en buscar una copa.

Perdí la cuenta de cuánto tiempo tardé en tomarme media botella. Pero no fue mucho, ya que vi el reloj y todavía estaba a tiempo de llegar a la cita con Lugman.

Corrí a mi armario tropezándome con la mesita de centro de mi sala. Caí al sofá y rompí a carcajadas... Si, definitivamente estaba ebria.

Tomé un jean, una blusa y los primeros zapatos deportivos que conseguí... Recogí mi cabello en un moño, tomé mi bolso y salí corriendo al ascensor tratando de no tropezarme con algo más.

Aparqué en las afueras del restaurante Alinea de Chicago, miré al frente y estaba mareada. Tuve que estabilizarme al bajar de mi camioneta. No sabía si quiera como había llegado a este lugar sin haberme estrellado unas cuadras antes.

Al llegar a la puerta, la seguridad del restaurant no me dejaba acceder, ya que el protocolo del mismo no permitía vestimentas como la que yo llevaba. Comencé a gritar en la puerta quien era yo; y él, al reconocerme... Me preguntó quién me esperaba adentro.

-¡Brittany!-

Escuché a Lugman decir a mi espalda. El escándalo de la puerta debió haber llamado su atención.

-Hola, no me querían dejar pasar- dije tambaleándome y agitando mi mano.

Éste quedó perplejo viéndome de arriba abajo y tomándome del brazo dijo

-Vamos, te llevaré a mi departamento- aún asombrado por mi estado.

-Pero, ¿No teníamos una cita? Vamos, quiero cenar- dije riéndome como tonta

-No entiendo porqué estás en estas condiciones Brittany, pero aquí no podemos estar contigo así. Mañana te arrepentirás de lo que aparecerá en las redes sociales del estado en que la alucinante abogada Brittany Minner estaba en las afueras de uno de los mejores restaurantes de Chicago- dijo Lugman con un tono regañón. Lo que me molestó y respondí

-Un momento - y levanté una de mis manos

-Tú a mi no me regañas, vine a cumplirte, ¿Y me regañas?-

-Pude haberte dejado plantado- mi mirada ebria estaba fija en él.

-Basta Brittany, nos vamos de este sitio-

Me cargó en su hombro y yo solo reía como frenética.

-¡Bájame!, Traje mi camioneta- le dije a Lugman tratando de calmarme de mi ataque de risa.

-No manejaras en ese estado Brittany- dijo Lugman montándome en la parte delantera de su Porsche Cayman GT4 de color amarillo intenso.

-¡Dame las llaves de la camioneta Brittany, ahora!-

Resoplando las busqué en mi bolso y se las entregué.

-¡Espera!- dije casi gritándole. Tanto que se sobresalto y me produjo otro ataque de risa.

-¿Qué vas a hacer con mi hermosa Range Rover?-

Lugman blanqueó los ojos.

-Pagaré para que la lleven a mi departamento Brittany, y no me grites-

-Okey, okey... Don Mandón- respondí a él

Lo vi volver y sentarse en su asiento de piloto.

-Lindo auto Lugman- dije levantando una ceja. Pero no podía aguantar la risa al ver la seria cara de Lugman, a lo que tuve que romper en risas nuevamente.

-Brittany, por Dios ¿Qué te tiene en ese estado?- preguntó Lugman

-No seas metido Lugman, no te incumben mis problemas. Estoy ebria y ya- dije apuntándolo con el dedo índice.

Lugman condujo hasta lo que supuse que era su departamento. Estacionó el auto y fue a abrirme la puerta, lo que hizo un bien porque la verdad no tenía idea de cómo abrir la puerta de su juguetico...Al bajarme me tambaleé y tuve que agarrarme del auto.

Lugman me cargó para luego cerrar la puerta del auto..

-Hey, hey... ¡Bájame! Puedo sola- dije golpeándole la espalda.

-Es evidente que no puedes- dijo en tono cansado.

Resoplé. Este tipo me estaba cansando.

Subimos en el ascensor y yo guindando de su hombro.

Entramos a un lujoso y grande departamento donde me dejó en un sofá. Quité mis zapatos quedándome descalza, pues no me importaba si le gustaba que estuviera descalza o no.

Él me trajo aquí sin mi opinión.

Busqué a Lugman en el departamento. Ni lo veía, logré distinguir una mesita con una botella y dos copas, a lo que fui directo. Me serví una copa tan llena que hasta se me derramó en la camisa que cargaba...

-¡Upsss... creo que se derramó!- dije para mis adentros.

Lugman llegó a la habitación donde yo estaba, me miró de arriba abajo y negó con la cabeza. Yo solo le sonreí.

-¿Deseas una copa de vino caro Lugman?- dije poniendo en alto mi copa y agarrándome de la mesa para no caerme al piso.

-No, no quiero Brittany. Ahora dame eso, no puedes seguir tomando-

Arrugué mi ceño.

-¿Cómo que no puedo? Si puedo y lo estoy haciendo ahora, justamente ahora-

Di un sorbo a mi copa, Lugman se puso una mano en la cabeza. Ya se estaba cansando de mí, pero algo nos interrumpió. Algo sonaba en mi bolso, a lo que Lugman saltó a buscar mi teléfono...

-¡Atrevido!- logré gritar, pero ya tenía mi Iphone en la mano.

-¿Bueno?- decía Lugman.

Lo dejé que hablara con quien quisiera, total... Nada me importaba...

Volvió a mí y me informó que era mi prima, que vendría a buscarme enseguida.

-Eres un pesado Lugman, ¡no debiste decirle nada!-

Pero me arrancó la copa de la mano.

Nublándose mi vista como si me hubiesen puesto una película de recuerdos, ante mí, mis lágrimas empezaron a caer sobre mis mejillas.

Caí sentada en el piso donde Lugman llegó al momento

-Brittany, por favor ¿Qué ocurre?-

No podía evitarlo, mis palabras salían de mi boca entre sollozos.

-¿Por qué? ¿Por qué me dejó?... Yo lo había empezado a querer, estaba dispuesta a cambiar por él. Incluso, ya lo había hecho. Me conocía de más, no debió... ¡No debió hacerlo!-

Me recosté sobre su brazo y he de suponer que caí en la inconsciencia de ebriedad.

YASR & DAVM

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