Y si... Había llegado el "gran día".
Todas corrían por mi departamento... Carlotta, mamá, Christin y hasta Elena... Todas parecían la novia excepto yo, Yo no pensaba estresarme.
Enseguida entró una llamada de Pitter en el teléfono intercomunicador informando que la estilista iba subiendo.
Ruth llegó y sin perder tiempo comenzó a arreglar a mamá, seguido a Carlotta, a Christin y a Elena. Le había pedido que por favor nos acompañase para que estuviera al pendiente de Alessandro. Con tanto trajín, a Christin se le había pasado contratar a una niñera, y a mí, recordárselo.
Por último y más importante, comenzó a arreglarme a mí.
-¿En lo qué quedamos el día de la prueba, no?- dijo mientras acariciaba mi cabello.
Asistí y ella comenzó a hacer de las suyas.
Al cabo de un buen rato pronunció un "lista" que de verdad me alegró la vida. Ya me estaba dando hasta sueño.
Me acercó un espejo y pensé en que definitivamente ella tenía manos mágicas...
El recogido con los rizos desordenados que había escogido, estaba justo en su lugar, y a perfección. Sin contar con el maquillaje sobrio, pero acompañado por el pronunciado delineado "duran" y las extensiones de pestañas en que habíamos quedado.
Mientras Ruth me peinaba y maquillaba, mi tropa había aprovechado de vestirse y vestir a Alessandro.
Todos lucían elegantes, pero nada como mi pequeño. Estaba hermoso.
Me dirigí a mi habitación sola. Quería vestirme sin nadie.
No era muy amiga de lo sentimentalismo y si alguna entraba conmigo, comenzaría ese showsito. Coloqué crema en todo mi cuerpo, perfume y enseguida la lencería que había comprado aquel trágico día.
Mi vestido estaba guidando, estuve unos cuantos minutos viéndolo para luego ponerlo en mi cuerpo. Tomé mis prendas y por último los zapatos para hacer lo mismo.
Suspiré en frente del espejo pasando mis manos por la falda del vestido.
El sonar de la puerta me interrumpió...
-¿Sí?-
-Britt, ¿estás lista? Ruth necesita terminar contigo para poder marcharse- dijo Carlotta.
-Sí, dile que pase. Pero solo ella- dije con tono de advertencia.
Ruth entró, delineó y rellenó mis labios con un labial rojo carmesí, y para terminar, colocó dos pequeños adornos color marfil en mi cabello. Me ayudó a ponerme la especie de capa que tenía como accesorio mi vestido, se despidió de mí deseándome suerte y se marchó.
Volví al espejo, y pronuncié un "lista" un poco menos alegre que el que me había dicho Ruth hace un rato... No podía creerlo... Yo vestida de novia, a punto de casarme y de paso con un hombre que quería, mas no amaba.
Tomé el buqué que estaba compuesto por muchas rosas rojas, sujetas a una fina tela de encaje por sus tallos y salí de mi habitación emprendiendo camino hacia la sala.
Al llegar a ella, por supuesto mamá comenzó a chillar. Obvié el momento antes de decir algo desagradable.
Carlotta y Christin alagaron mi apariencia. De verdad que me veía muy bien vestida de novia... No podía negarlo. Les dije que ellas también estaban muy elegantes.
-Debemos irnos, Tom ya está abajo- pronunció mamá.
Pocos días atrás le había pedido a Chris que contactara a Tom, mi chofer en algunas ocasiones, para que nos prestara su servicio el día de la boda.
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HOY ERES MÍO
RomanceBrittany Minner Una persona que gracias a decepciones familiares y amorosas, se convierte en una mujer regia, eficiente, luchadora, al principio fuerte como piedra y un tanto arisca; la vida la enseña y la lleva darse cuenta que el goce de la mis...