Jake y yo desempolvamos el cuarto de Ale y lo que sería nuestra habitación ahora.
Reacomodamos bien lo poco que había traído de la otra casa y nos dispusimos a tener un rato de familia.
Jake, Ale y yo pasamos la noche en aquel sofá de la sala de mi departamento. Ni cuenta nos dimos al dormirnos. Solo sé que para mí, fue una de las mejores noches de mi vida.
Despertar con los hombres que más amaba en la vida había sido mi sueño desde mucho tiempo atrás.
Eso era mi motivo para enfrentar lo que se me venía encima.
Dejé a Jake con Alessandro en su pecho, quité su brazo que rodeaba mi espalda y me levanté.
Tomé mi Iphone para marcarle a Christin y le comenté brevemente lo que había ocurrido la noche anterior en casa de James y la situación con Ailyn.
Mi asistente no dejaba de sentirse culpable. Era ella quien había contratado a la supuesta perfecta y eficiente niñera. Pero, al mismo tiempo yo no paraba de tranquilizarla y hacerle saber, que más bien me había hecho un favor. Gracias a lo ocurrido yo podría introducir mi divorcio, y con pruebas contundentes para que así a James ni se le ocurriera negarse a firmar.
-Christin necesito que te encargues de mover todo lo referente a mi divorcio, Quiero que eso salga lo más rápido posible. Todo bajo control y por las buenas, comencemos así. Esperemos cómo reacciona James cuando el documento llegue a sus manos y luego vemos que hacemos. También necesito que vayas a casa de James, y recojas todo lo que quedó en cuanto a mis cosas y las de Alessandro. Si quieres comunícate con Tom para que te lleve y luego te traiga con todo hasta acá; ahora debo dejarte, me está entrando un llamada-
-Bien jefa. ¡Estaré reportándome más tarde!-
Colgué la llama para ver de quién era la otra entrante... Era mamá.
Había estado tratando de comunicarse conmigo, cosa que me parecía algo extraña. Muy poco hablaba con ella y con papá.
Me pasaba por la mente que James los había llamado para "informarles" lo que había ocurrido. Pero no, no quería creer que había hecho eso.
Decidí dejar que la llamada se desviara al buzón de voz y olvidarme de mi móvil por un rato.
Levanté mi mirada... Alessandro seguía sobre el regazo de su padre, y ambos aún dormían.
No podía dejar de admirarlos.
Fui a mi habitación, me dio un baño veloz y tomé cualquier cosa del armario para ir a hacer algunas compras. En la nevera no había muchas cosas.
Marqué en el ascensor la planta del aparcadero.
Las puertas del mismo se abrieron dejándome a plena vista mi papá.
-¡George!... Que sorpresa. ¿Qué haces por aquí?- pronuncié nerviosa.
Un sinfín de historias pasaron por mi mente.
-¡Hija!...- me dio un abrazo y continuó...
-Tu madre no sabe que he venido... James llamó anoche a Casa. Nos contó lo que pasó. Debes saber...-
-Espera papá. No estoy ni para tus sermones, ni para los de mamá, de hecho, hace unos minutos acabo de colgar la última llamada que me hizo. No quiero ser grosera, pero debo ir a hacer unas compras- dije esquivándolo y caminando hacia mi camioneta.
Sabía a lo que había ido... A darme uno de sus famosos discursos sobre la sociedad. Que piense las cosas mejor, que qué dirán los demás y cosas por el estilo. Pero, definitivamente no estaba para nada de eso en ese momento.
Nunca le había dado importancia al qué dirán, y en ese momento que estaba por fin, comenzando a ser feliz, menos se la daría.
Solo me importaban Jake y nuestro hijo.
-¡Brittany, hija!... ¡Espera!- dijo papá caminando rápidamente para alcanzarme.
-No he venido aquí para darte ningún sermón, por el contrario... Aunque te sueñe extraño, lo sé... Lo sé todo. Al escuchar la historia por James, claro que me pareció demasiado precipitado que te fueras de casa en ese mismo momento, sin averiguar más de la situación o sin siquiera pensarlo un poco más. Pero asocié todo con aquél momento del día del nacimiento de Alessandro, en que James le decía a tu madre que el niño era rubio por genética de su familia. Eso siempre me resultó algo absurdo. Vi anoche como tu antiguo asistente, Jake, entraba después de ti al edificio. ¿Es ese el hombre que ama? Es él el verdadero padre de mi nieto, ¿verdad?-
Quedé perpleja entre tantas palabras realistas.
Papá era más inteligente y observador de lo que pensaba.
-Hija... Sé que no he sido el mejor padre de todos. Pero quiero que sepas que puedes confiar en mí... Quiero que sepas que tienes todo mi apoyo y que saldrás de todo esto pronto, porque tu felicidad es lo más importante- dijo al ver que yo no le respondía.
No hice más que abrazarlo.
Primera vez en mi vida, en la que sentía que tenía un familiar más aparte de Carlotta... Primera vez en la vida, en la que sentía que tenía un papá.
Ahí me di cuenta que mi papá, a pesar de todo, era un buen hombre... Un hombre, y sobre todo, un papá noble.
El repique de mi celular interrumpió el afectivo momento padre-hija...
-Chris, ¿Qué ocurre?- dije atendiendo a la llamada.
-Señora Brittany, voy con Tom camino a su casa. Ya recogí todo en casa del señor Stong y llevo buenas noticias sobre los documentos de su divorcio-
Le hice saber a Christin mi felicidad por tal noticia, y que la esperaba con ansias.
Hice un llamada para pedir deliveri (ya no me daría tiempo de ir al súper), e invité a papá a que subiera conmigo.
No veía a Ale desde recién nacido y de paso, así aprovechaba de conocer a Jake.
Pasé la llave y abrí la puerta. Olía exquisitamente a comida.
Terminamos de entrar... Jake estaba de espalda a la puerta, cocinando y Alessandro en el portabebé, junto a él.
-Amor, preparé desayuno con lo poco que había... ¿Dónde estab...-
No terminó de hablar... Parecía que hubiese quedado mudo.
-Tranquilo hijo, puedes estar tranquilo. ¿Cómo estás?- dijo papá extendiéndole una mano a Jake.
Jake siguió el gesto de saludo extendiendo su mano...
-Amor, mi papá está al tanto de todo. Me encontré con él abajo y decidí invitarlo a subir para que te conociese mejor y viera a Alessandro- dije picándole un ojo.
-Bien señor George, muy bien-
Jake era un hombre encantador. Invitó a papá a desayunar con nosotros, y el accedió complacido.
Papá mientras ejercía un papel estupendo como abuelo consentidor y malcriador.
En definitivo, estos tres hombres eran los únicos que siempre debieron estar en mi vida. Ni uno más, ni uno menos.
De un momento a otro la grata presencia de Christin me terminó de alegrar el día.
La buena noticia es que el mismísimo día siguiente a primera hora, el documento mi divorcio estaría llegando a la oficina de James.
Solo le pedía a Dios, que éste no se negara a darme mi libertad.
Realmente la necesitaba para terminar de ser feliz con mi verdadera familia.
YASR & DAVM
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HOY ERES MÍO
RomanceBrittany Minner Una persona que gracias a decepciones familiares y amorosas, se convierte en una mujer regia, eficiente, luchadora, al principio fuerte como piedra y un tanto arisca; la vida la enseña y la lleva darse cuenta que el goce de la mis...