Capítulo XVIII

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Día lunes por la mañana, aún me sentía agotada. No tenía ánimos de levantarme; a pesar, de que el domingo había estado todo el día en mi cama comiendo helado como una adolescente despechada.

Me coloqué un pantalón negro tubo, sandalias de plataforma rojas, una blusa negra algo suelta y encima una chaqueta del mismo color de mis calzados. Decidí tomar mis accesorios de granate, En mi bolsa roja coloqué mis pertenencias y emprendí marcha al bufete.

De camino me desvié; pues necesitaba una buena dosis de café. Pero solo eso, porque nada de comida pasaba por mi mente, no tenía apetito en los últimos días transcurridos. Había bajado bastante de peso (se hacía notar), pero para los demás, yo no notaba este cambio en mi. Carlotta estaba bastante preocupada.

Mi oficina estaba perfectamente arreglada como siempre. Me senté tras mi escritorio, el cual estaba repleto de trabajo por hacer (el cual me mantuvo bastante distraída durante la mañana).

A medio día había pedido almuerzo; comí en la soledad de mi oficina.
Al terminar de almorzar fui al baño, donde me arreglé el cabello y el maquillaje. Me quedé mirando al espejo e inmediatamente me perdí en mis pensamientos.

Tenía muchas preguntas sin respuestas, cosa que no me ayudaba a estar bien mentalmente por así decirlo, me sentía deprimida y hasta rechazada.

-¿Por qué Jake había desaparecido?-

-¿Por qué no me había dado una explicación?-

-¿Por qué no podía sacarlo de mi mente?-

¿Por qué no podía borrar su recuerdo de mí?-

Aún sentía su olor sobre mis poros, aún lo deseaba...

¿Por qué no podía ser como los demás?... Un simple momento y todo acababa

Pero enfurecí conmigo misma, ¿por qué tenía que lamentarme tanto? Ya estaba molesta con todo esto... ¡Esto no podía seguir así!... Y sacándome de mi lamento, sonó mi móvil.

Di un golpe al lavabo.

-¡Demonios! ¿Quién será ahora?-
Caminé hasta mi escritorio para buscar mi Iphone y leí en la pantalla "Carlotta". Se me hacía algo extraña su llamada, por lo que conteste sin pensarlo.

-¿Ocurre algo?- dije sin saludar

-Hola Brittany- dijo Carlotta. Pude sentir algo extraño en su voz

-Hola, ¿Qué ocurre? Porque de no ser así, no llamarías y no notara en tu voz algo extraño- dije apurando mis palabras. Carlotta debía estar pensando que tenía una esfera de cristal.

-Acabo de ver a Jake- Dijo Carlotta sin anestesia

Sus palabras hicieron marearme, me agarré de la mesa para no tambalearme. Mi estómago dio un vuelco y sentí palidecer.

-¿Brittany estás ahí?- dijo Carlotta algo alterada

-Si sigo aquí- logré decir

Mis palabras eran pronunciadas lentamente, no podía creer que el simple hecho de nombrarlo me afectara tanto.

-¿Do... Dónde lo viste?- y aclaré mi voz

-Solo lo vi de lejos. Lo vi salir de un café cerca de la tienda-

Mi mente trabajaba a mil por horas y pensaba que si estaba en la ciudad, ¿por qué no había venido a verme?, ¿Estaba evitándome?..

-No te lo había contado Carlotta, pero el sábado mientras estábamos en aquel sitio, fui al baño y al salir lo primero que vi fue a Jake, estaba frente a mí, mirándome. Pero me empujaron y cuando volví la vista, ya no estaba- dije casi lamentándome.

-Por Dios Brittany, ya sabía yo que algo te había pasado. Pero no entiendo que le pasa a este bastardo, te ilusiona, se hace el mejor de los caballeros, te hace regalos, para luego desaparecer y reaparecer de a momentos sin darte la cara y enfrentarte-

-Lo mismo me pregunto Carlotta. No entiendo qué es lo que quiere y por qué se está escondiendo de mí. Esto me tiene agobiada-

-Yo no diría esconderse, yo le llamaría estupidez. Porque de esconderse no se hubiese aparecido esa noche para que lo vieras-

-Necesito verlo Carlotta, necesito hacerle muchas preguntas. Jamás me había sentido así- dije poniendo una mano en mi cabeza.

Ya era hora de desahogarme con alguien y Carlotta era la indicada.

-Oh por Dios prima... tú no eres así. ¡No me gusta verte así! Sé que la estás pasando mal por ese tarado, deja que lo consiga de nuevo y lo perseguiré para amarrarlo y ponerlo en frente de ti- dijo Carlotta fúrica y yo reí a pesar de mi aturdimiento.

-Tranquila, se que algún día el tendrá que explicarme, y si no, entonces lo mejor fue que desapareciera-

Luego de cortar la línea con Carlotta no pude dejar de pensar en qué podría estar pasando, por lo que decidí dejar la oficina.

Informé a mi asistente de que me sentía indispuesta, tomé mis cosas y conduje a mi departamento; necesitaba estar sola, necesitaba pensar; pero más que pensar, necesitaba a Jake... Necesitaba su voz, su cuerpo, su forma de tratarme, de ser atento conmigo y sobre todo tan incondicional. Quería sus manos sobre mi cuerpo, su perfume mezclado con nuestro sudor, sus abrazos... Esa forma en que me habia abrazado aquella vez en la playa cuando me sentía tan sola, tan pequeña y tan indefensa, víctima de mis sentimientos, víctima de mi pasado.

Ahora me sentía culpable por no haber sabido aprovechar todos esos años con Jake a mi lado aún cuando sabía que él gustaba de mí y su cuerpo pedía a gritos estar conmigo, pues hoy era mi cuerpo el que aclamaba por él.

Entré al departamento, tiré mi bolso en el sofa y fui directo al baño, donde quité mi ropa y abrí la ducha para dejar salir el agua caliente. Sin pensarlo dos veces entré en la regadera... Sentía como el agua recorría mi cuerpo.

Cerré mis ojos mientras dejaba que el agua me mojara. Tomé una pastilla de jabón y comencé a frotarme todo el cuerpo con él, necesitaba relajarme.
Quité el jabón de mí y decidí sentarme sobre un murito que había junto a la regadera, donde podía tomar asiento y el agua seguiría cayendo sobre mí...

Sentada no pude evitar pensar en Jake, realmente no había salido de mi cabeza en toda esta tarde luego de la llamada de Carlotta, poniéndome mal y más pensativa de lo normal. Pero a pesar de eso, lo deseaba...Lo necesitaba. Quería sus manos sobre mi cuerpo acariciándome, lo quería conmigo, a él y a esa forma inexplicable que tenía de hacerme el amor. Recordé la sensación que me hacía sentir al penetrarme; y no pude más, necesitaba hacerlo. Abrí mi piernas, recliné mi cuerpo hacia atrás apoyándome en mi mano izquierda, y con mi mano derecha comencé a tocar mi sexo... A masajear mi clítoris.

Los recuerdos de Jake en la cama iban y venían, uno tras otro. Mi respiración se iba acelerando.

Situé mi dedo en la entrada de mi vagina y poco a poco lo fui introduciendo mientras imaginaba que era Jake el que me daba placer. Introduje otro dedo más, necesitaba placer, mucho placer.

Mis dedos ahora entraban y salían de mí, sentía como mis fluidos estaban calientes... Mi sexo palpitaba, mis gemidos se intensificaban, mi respiración se agitaba y en mi mente solo estaba él

Seguí masturbándome, dándome placer... Imaginando a Jake haciéndolo por mí. Besándome sin parar, penetrándome duramente como solo él lo sabía hacer; e incluso dejándome llevar, imaginé como sentía ese calor al acabar dentro de mí.

Traté de controlar mi respiración, pues estaba muy acelerada.
Terminé de tomar mi baño, enrollé una toalla en mi cabello y otra en mi cuerpo para salir de aquella nube de calor y excitación que había creado en mí.

Fui hasta el armario, tomé una bata de seda corta, la cual coloqué sobre mi cuerpo sin tomarme la molestia de escoger ropa interior. Solté mi cabello húmedo y me metí en las sábanas de mi cama donde rápido me perdí en un profundo sueño generado por el cansancio, no tanto físico, sino más que todo mental.

YASR & DAVM

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