El suelo estaba frío y sentía algo pegajoso secarse en mi espalda desnuda producto al tiempo que transcurría, mi cuerpo temblaba. Lo que había en mi espalda era sangre, pero no era mía.
Mi vista borrosa observo a un lado lo que pudo ser en mi momento de furia, la persona con más mala suerte del mundo, la torturé sin pensarlo dos veces, pero no pude detenerme, él me daba las indicaciones de lo que debía hacer, el olor comenzaba a marearme, era un olor asqueroso a crema en mal estado combinada con carne podrida, quería levantarme, pero la sangre pegada a mi espalda y mis muslos adoloridos me impedía escapar del suelo en que algún día me sentí tan cómodo, solo supe a duras penas que ya estaba soltero.
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Carta de un Enfermo mental enamorado.
RomansaLuego de cinco años escondido en los más rurales lugares, Linek, dependiente de la esquizofrenia es encerrado por cadena perpetua en el hospital psiquiátrico de Países Bajos, donde paga la condena de asesinatos y torturas macabras bajo su enfermedad...