29. A veces nuestros deseos son distintos.

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- ¡No contesta! - Respondió Evin alterado de tanto repetir la llamada esperando escuchar la voz de Sam - Yo sé que él tiene mucho que ver con esto..  Yo lo sé.. - Respondía una y otra vez, llevando las manos a la cara y refregando estas para lograr relajar sus emociones. O eso intentaba.

- ¿Acaso crees que se escapó con él? ¡Deja de pensar eso y mejor vamos a su casa! El debe enterarse de esto y vemos si tu duda es verdad o no. - Carl agarró del brazo a Evin, quien en un empujón logró caminar a pasos tropiezos hasta la salida, sin antes cruzarse con una agitada mujer castaña quien con mueca de susto negaba con el rostro.

-No esta, no esta en ningún lado, le han avisado al personal mayor y han llamado a la policía.- Respondió la chica alterada, ambos hombres se miraron a la cara y luego a la chica, le asintieron y corrieron al estacionamiento, donde Evin tenía su auto, en el camino vieron el desastre del extintor.

-¿Hubo un incendio?- Evin observó la espuma ya disuelta, pero una pequeña mancha roja delataba todo

-De esto quería hablarte.- Delató Carl.

Evin, antes de abrir el auto, alejó su mano y caminó hasta la zona donde yacía el extraño color marcado al suelo de cemento, se acercó y sin tocar nada, se percató que era sangre, Carl lo siguió y se dio cuenta de inmediato. -Es sangre. - Respondieron en coro, ambos se miraron a la cara y sin hablar, corrieron hacia el auto, Evin abrió el seguro y subió de piloto, Carl de copiloto, emprendieron marcha a toda velocidad, directo a casa de Sam, o mejor dicho, departamento. 

Los dos pensaban que la sangre era de Samuel y el susto pronto comenzó a consumir sus sentimientos. A pesar de que Carl nunca tuvo una amistad con el rubio, pero se ponía en el lugar de Evin, quien sí la tenía y bien que lo quería, de seguro más que el desaparecido Moreno que se hacía llamar el novio del rubio. 

Llegaron en menos de cinco minutos y fueron directo al piso de Samuel en ascensor, Evin salió primero apenas las puertas electrónicas se abrieran y fue en largas zancadas a su puerta, buscó bajo el felpudo que estaba frente a la puerta las llaves y con un suspiro aliviado demostró haberlas encontrado, Sam siempre las dejaba ahí apenas llegaba o apenas se iba, pero no era momento de recordar eso, Evin abría con desesperación la puerta y la llave parecía no encajar, pero lo hizo y Evin empujó de esta entrando a la solitaria casa pequeña. Carl lo siguió detrás

-¡Sam! -. Llamaba el hombre de lentes, sin recibir respuestas, entre ambos buscaron por el baño, la cocina y el dormitorio, pero no estaba, Evin parecía desesperarse, ya que sus manos iban directo a su nuca sin poder sacar conclusión de donde podía estar más de que Linek podía haber escapado con él. 

Evin había escuchado a los técnicos hablar a sus espaldas de que Sam interactuaba  mucho con el asesino serial y este parecía hacerle desprecio a los demás psiquiatras que intentaban ayudarlo si no era Samuel, muchas veces el mismo Evin oía los murmuros de Linek dormido cuando este se encargaba de la sala, donde solo decía <<Sam>> en voz alta. Era obvio que en su condición se obsesionaría con el primero en ayudarle, más que Sam era un hombre de corazón blando, muchos lo molestaban por ser tan bueno con enfermos que se suponía ser inferiores a ellos. 

Y claro, ninguno del personal olvidaba que Linek ya había escapado varias veces de reformatorios y manicomios, pero aún así la seguridad seguía tan mierda como siempre, no era la primera victima que escapaba, a diferencia que ellos caminaban desorientados por los pasillos como pequeños niños curiosos por su alrededor y al tratar de llevarlos a sus cuartos hacían escándalos, lloraban y otros se escabullían en esquinas pidiendo perdón.

Pero ¿Era culpa de Sam si realmente Linek había escapado con él por haberlo ayudado? A Sam se le había advertido principalmente no interactuar mucho con él y bien que no hizo caso omiso a las reglas del personal. ¿Estaba pagando algo que él mismo ocasionó?

Por otro lado, Linek solo lo quería para él porque fue la única persona que espantó el propio ser que él mismo había personificado tanto en un ente mortal y quería descansar, ser feliz de una buena vez. 

Pero,  a veces nuestros deseos son distintos ¿Cómo se asegura que el descansar y ser feliz para Linek es realmente seguir viviendo con Sam quien lo consideró un heroe? 

Linek quería ser feliz y quería que Sam también lo fuera con él. 

Quería ser feliz tanto como lo había planeado ser con su hermano. 













Carta de un Enfermo mental enamorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora