El único sonido que se oía, era el molesto "Tic toc" del reloj circular que reposaba en la pared. Entró a la oficina sin hacer un mínimo ruido, sus pies en descalzo tocaban la fría cerámica del cuarto limpia y eso fue de gran ayuda pues sus talones no hacían un mínimo roce o golpe en seco contra el suelo. Facilitando las cosas a un nivel increíble. Aunque no era cosa que no hubiera hecho. Linek era un asesino buscado por más de cinco años. Ya planearía algo si lo llegarán a encontrar.
El silencio reinaba y nadie bajaba a verificar que estuviera todo en orden. Los guardias se retiraban al rededor de las seis del mismo horario en que estaban, madrugada, para cambiar de turno con los de la tarde y así, mantener la supuesta seguridad que tanto sacaban en cara. Cuando ahora mismo un Asesino en serie estuviera a punto de escapar junto a un inocente psicólogo quien de seguro le caería toda la culpa por haber sido tan bueno con Linek.
Pero Linek estaba pendiente de no despertarlo, ahora estaba a un lado de él, la respiración de Samuel era lenta. Había caído en pleno sueño y tenia que haber una distorsión muy grande para que Sam despertara.
Linek se inclino con levedad. La tapa que cubría la jeringa fue retirada con rapidez y botada sobre el sofá que había a un lado.
Era obvio que, conseguir quitarle la camisa para dejar su hombro al descubierto era imposible, pero tampoco afectaría tanto traspasar un pedazo de tela para llegar a su destino, o eso creía.
Linek respiró hondo y sintió su corazón latir con fuerza en cuestión de seguidos segundos, la euforia de por fin tenerlo, y las voces aclamando victoria en su mente, enredaban cada vez más los sentidos del platinado y el ataque tenía que ser rápido o si no terminaría siendo carcomido por un ataque de ansiedad severo, pues sus manos ya estaban temblando.
Frunció el entrecejo y sintió al rubio removerse como bebé en el escritorio, el platinado se asustó y apenas Sam se quedó quieto, la jeringa impacto contra el brazo derecho que tenia al alcance del rubio a la vez que el líquido era vertido contra sus músculos, Sam despertó de golpe soltando un quejido fuerte y en una mirada perdida logró ver el rostro macabro de Linek quien esbozada una sonrisa, antes que los ojos de Sam se fueran en blanco y su vista se nublara, sus músculos se relajaron y no supo que paso al caer nuevamente dormido, sedado, sobre Linek quien de inmediato lo recibió en sus brazos antes de lanzar la jeringa donde fuese, el platinado miraba hacia todos lados atento a que nadie bajara a verlo, pues el quejido antes que cayera fue bastante sonoro o eso creía Linek.
Lo tomó en brazos como un costal de papas contra su hombro y salio por el pasillo como si nada hubiera pasado, mirando a los alrededores vacíos, comenzó a silbar y buscó la salida de emergencia, que iba directo al estacionamiento, había oído esa información mientras unos técnicos se preocupaban de su higiene, oyó también, que el último guardia nocturno cuidaba la zona principal, quien de hecho, se dedicaron a hablar a sus espaldas de él y su vida amorosa.
- "Si tan sólo supiera que su esposa viene aquí no para verlo a él, si no al secretario a quien viene a buscar ¡Que noches deben pasar! "- Ambos hombres de edades considerables reían al contarse los rumores sobre el pobre guardia ya viejo y su esposa picarona, mientras uno de ellos pasaba la esponja por la espalda del silencioso Linek, otro preparaba las toallas e implementos para ir con el siguiente paciente -Es un hombre viejo- Respondía el otro -Si el pobre ya no puede ni correr.- Y otras risas de escucharon por el par. Linek permanecía serio, esos hombres no sabían cuanto estaban colaborando con el plan que llevaba a cabo. "
Linek seguía su paso tranquilo, buscando la salida de emergencia hasta encontrarla por el típico cartel verde de una figura simple bajando la escalera, la puerta estaba entreabierta y asomó su rostro viendo que nadie estaba allí, comenzó a bajar lentamente la escalera con el delgado cuerpo de Sam al hombro.
Cuando bajo los últimos escalones, un gran pilar ocultaba ambos cuerpos, y justo cuando iba directo a la salida, escucho un silbido y el sonajero de las llaves, dejó el cuerpo de Sam apoyado contra la pared y el camino asomándose por el pilar. Notando un hombre de canas abría el maletero de su auto dejando unas extrañas cajas, a Linek se le encendió la ampolleta por la idea que acababa de tener. Sonrió ladino y divisó que el viejo traía traje de guardia, una luma y una pistola oculta bajo el cinturón.
Planeó algo de vida o muerte y todo jodidamente bien pensado, en las paredes del pasillo donde se localizaban las escaleras había un extintor.
Subió con rapidez los escalones, tomó el extintor, quito el seguro y corrió literalmente hacia el hombre con los ojos completamente abiertos, el viejo se dio cuenta apenas los talones de Linek golpearon con fuerza el pavimento y apenas el viejo se dio vuelta, toda la espuma del extintor fue lanzada contra él, aturdiendo cualquier acción del hombre quien no veía más que espuma por todos lados, por instinto tomó el arma y apunto hacia cualquier lado, pero antes de poder disparar, Linek le plantó un brutal golpe en la sien con el contenedor, haciendo caer al hombre muerto por el primer impacto al suelo, Linek sonrió y agitado, se puso de rodillas tomando el arma, las llaves del auto y la luma del hombre, abrió el asiento trasero y el delantero como si el tiempo se acabará, corrió en busca de Samuel tomándolo con violencia y rapidez, tirandolo al asiento copiloto y cerrando la puerta haciendo resonar en eco el impacto, Sam inconsciente cayó apoyado contra el vidrio del auto y Linek, tomaba el cuerpo del viejo hombre enbetunado con fuerza para lanzarlo al asiento trasero junto al arma y la luma, cerrando el maletero. No había tiempo para ver que había dejado el muerto.
Finalmente subió al asiento piloto y buscó la llave para encender el auto, este arrancó de inmediato.
Echó marcha atrás saliendo entre todos los autos y luego de maniobrar, salió directo a la carretera perdiéndose entre todos los autos, encendió las luces y miró a Sam aún dormido.
Quería pensar que aquella casa de su antiguo amigo aún seguía en pies. Estaba en la nada.
ESTÁS LEYENDO
Carta de un Enfermo mental enamorado.
RomanceLuego de cinco años escondido en los más rurales lugares, Linek, dependiente de la esquizofrenia es encerrado por cadena perpetua en el hospital psiquiátrico de Países Bajos, donde paga la condena de asesinatos y torturas macabras bajo su enfermedad...