5.Hace frío.

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Estaba completamente sumiso del incidente, un policial limpiaba con asco mi espalda con una toalla húmeda, su mano temblaba y eso me causo ternura de cierta forma. 

− Tapeme con esa toalla, tengo frío. −

Susurré y el policial parecía con miedo, de hecho, parecía que era nuevo en esto, pobre, ignoró mi comentario y siguió con su trabajo obligado. Llego otro señor de aspecto viejo y el novato escapó aprovechando que ya había seguridad para mi, de todas formas, no iba a escapar, detrás de ellos venían policiales armados, uno de ellos dejo su arma de lado para esposarme y el otro tomar la toalla sucia y lanzarla al asiento del auto.

− ¿Me llevaran a casa? − 

Pregunté con una sonrisa humilde, el señor viejo pareció negar con un gesto, no sabía porque lo hacía.

− Te llevaremos de donde escapaste. Desquiciado.− Estoy seguro que estuvo a punto de escupirme, mi sonrisa se tornaba ladina, estaba acostumbrado al odio, me lo merecía.

− Gracias. −




Carta de un Enfermo mental enamorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora