Desperté en una habitación completamente blanca, las paredes estaban acolchadas y estaba apoyado en una de ella, quería mover mis brazos pero no podía, sentía hormigueo en mis extremidades, estaban acalambradas de la presión.
Entre en ansiedad, comencé a gritar como pude y mi cabeza se estrelló contra la pared acolchada, quería hacerme daño porque sentir ansiedad no era lindo.
Mis brazos estaban cubiertos por una camisa de fuerza, mis uñas alcanzaban cada una mis brazos. Comencé a rasguñarme con desespero, pude sentir la tela de seda crujir y descocerse ante mis tirones.
ESTÁS LEYENDO
Carta de un Enfermo mental enamorado.
RomansaLuego de cinco años escondido en los más rurales lugares, Linek, dependiente de la esquizofrenia es encerrado por cadena perpetua en el hospital psiquiátrico de Países Bajos, donde paga la condena de asesinatos y torturas macabras bajo su enfermedad...