18. Entiende

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Linek se había dormido para tratar de ahuyentar la conversación cada vez más aguda y desgarradora en su mente, tragaba saliva incomodo y unos pasos alertaron los sentidos del tipo, haciendo que sus parpados se separaran con tanta brutalidad que su visión borrosa poco a poco se enfocó en el cuerpo delgado de quien se acercaba.

− Sammy... −Susurró para si mismo, pero sus palabras fueron oídas por el rubio a diferencia que este disimuló haberlas escuchado, quien se acercaba para revisar la maquinaria al lado de la camilla, el oxigeno no estaba funcionando y eso le extrañó a Sam, pues su novio había dicho que se encargaría por donde se encontraba Linek, fue así como frunció el entrecejo y entre un suspiro frustrado, le sonrió a Linek, quien ahora lo observaba, su hermoso cabello rubio platinado caía cubriendo uno de sus ojos azules.

− Estas mejor por lo que se ve − Sam inició la conversación para romper el silencio incomodo entre ambos. Quitó la mascarilla que cubría la nariz y mentón del chico postrado, los suaves dedos de Sam rozaron las mejillas de Linek, era inevitable que con un solo roce su piel se erizara y esas voces alertaran a comérselo a besos, no les hacía caso, no lo decían en ámbito romántico.

− Debido a tu condición hemos decidido cambiarte de habitación y dejarte bajo el cuidado del person-....− Linek trató de levantarse, pero estaba amarrado, sus brazos inmóviles al igual que sus piernas, gruñó molesto y alzó al fin la voz.

− Puedo tener Esquizofrenia, ser un maldito Asesino, pero yo no tengo la culpa, son ellos y vuestra forma de tenerme, Por dejarme vivir. No entiendo que quieren arreglar de mi, ya estoy jodido, saben más que nadie que puedo escapar y matarlos a todos, alimentarme de su sangre sin problemas. No son cosas que no haya hecho.. −

Porque si quisiera hacerle caso a él, todos ustedes estarían muertos.

Pero apareció de nuevo, tras Sam, negando con su rostro color ocre a que aún no era el momento, iba seguir hablando, pero me detuve cuando el apareció, no pestañeé hasta unos segundos y Sam se dedicaba a observarme como si supiera que podía ver a alguien, un sollozo escapó de mi.

Sam sabía más que nadie lo que ocurría con Linek, había estado pendiente de él desde el momento en que llegó, sabiendo que había logrado escaparse una vez del cerrado lugar, dejando muertos por detrás, todos decían que pronto se revelaría y decidiría hacer ver su rebeldía, suspiró tranquilo, viendo que por fin había desaparecido el <<Ente>> Que no podía ver, pero sabía que Linek sí.

Se acercó a la mesa blanca que contenía gazas, jeringas usadas quien de hecho, tiró al cesto de la basura molesto por la mala higiene que tomaban algunos practicantes. Ya con la gaza en mano remojada en desinfectante, limpió la sangre que caía del mentón ajeno, Linek se volvió a dañar ya su herida lengua, haciendo que la herida reforzada sangrara de nuevo como la primera vez en que fue hecha.

No había dicho nada respecto a lo dicho por el postrado, solo se limitó a sonreirle y antes de salir, respondió.

− Estarás bajo mi cargo, aún no es tu hora de morir, eso lo decides tú.− Acto seguido, salió por la puerta principal caminando a la derecha, Linek se quedó desconcertado.







Carta de un Enfermo mental enamorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora