27. Solo no quiero hacerte daño.

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Pasaron las horas, Las autoridades no tardaron en llegar apenas un testigo bajó hacia el estacionamiento donde nadie había bajado antes ya que el poco personal que quedaba nocturno solía irse en transporte publico, encontrando todo el piso de una fila con espuma de extintor pero menos el recipiente en sí, le había parecido extraño como instinto humano, por lo que entre pasos apurados decidió volver a la planta donde poco a poco comenzaban a llegar los del turno de la mañana en busca de respuestas o al menos comentar lo que vio, el técnico llegó a una de las oficinas y justo cuando estaba a punto de abrir el pomo de la puerta, Evin salió desesperado de la sala donde antes se encontraba Linek, la sala de observación, gritando desesperado al encontrar la puerta entreabierta y la herradura forzada con un fierro de mala calidad. 

- ¡Se ha escapado! ¡Linek se ha escapado del cuarto y no esta en ningún lado! ¡Llamen a la policia! -

Todos captaron su atención y sus rostros concentrados pasaron a ser una mueca de miedo y asombro, comenzaron a murmurarse entre ellos y uno que otro dejó al lado todo su trabajo para ir en busca del personal grado mayor a propagar la noticia, otros por voluntad propia comenzaron a indagar por todo el hospital, buscando rastros de Linek y no encontrando absolutamente nada, Carl, uno de los tecnicos que vio la espuma derramada en el estacionamiento se acercó a Evin, quien exasperado tomaba su celular.

-¿Qué haces? Evin dejemos que el personal busque en el hospital ¡Acudir a la policía aún no es recomendable!

Respondió Carl, llamando a enfermeras en practicas, un grupo que se había quedado murmurando entre ellos como si no les importara que un Asesino serial con problemas mentales estuviera suelto quizás donde. Ordenandoles al ser un grado mayor que ellos a indagar junto a los demás el hospital, de arriba abajo y de todas las malditas direcciones, que llevaran los recursos necesario para mantenerlo donde esta, si es que lo encontraban claro.

-¡No llamaré a la policia! - Entendió Evin luego de relajarse un poco, la culpa lo carcomía, Él y Sam eran los encargados de esa habitación con las tres victimas, que justo escapara la más peligrosa no era nada con que quedarse de brazos cruzados. -¡Pero necesito llamar a Sam! ¡Se supone que él ya debería estar aquí! -  Exclamó, marcando el numero del rubio y colocando el aparato en su oido, escuchando el molesto tono de llamada, humillandole como si supiera que no iba a contestar.

Linek iba en la carretera aún, el lugar era jodidamente rural y agradecía que el tanque de bencina estuviera lleno,  de ves en cuando miraba el adormecido cuerpo de Sam apoyarse del vidrio, el sedante parecía haberle hecho efecto muy bien y duradero, porque al ser las nueve de la mañana seguía en estado de inconsciencia. 

Se detuvo en un lugar boscoso, y cuando estuvo a punto de bajar el auto escuchó el molesto ruido de un teléfono sonando, se acercó hasta Sam, de donde provenía el ruido e indagó por los bolsillos de sus pantalones, encontrando su billetera y el celular, con el contacto presente como <<Evin>>, no hizo nada más que lanzar el teléfono a un río cerca, la señal del teléfono podía delatar  donde estaban y procuró hacer lo mismo con el cuerpo muerto en los asientos traseros, abrió la puerta y de los pies lo agarró, lanzandolo al suelo como un objeto inerte tal como lo estaba,  rebuscó incado en la hierba seca por sus bolsillos encontrando treinta dolares, llaves de la posible casa del pobre anciano y su billetera, quien adentro traía diez dolares más.

El rostro desfigurado por el impacto era una clara evidencia post Mortem, así que se levantó, pues el cuerpo ya estaba comenzando a emanar ese horrible olor a cadáver por los fluidos de su cuerpo queriendo escapar, pateó varias veces el rostro sin importar que estuviera en descalzo, pisoteó y aplasto su cara con fuerza consiguiendo hacer sangra su nariz enchuecada ante tantos golpes, la piel del hombre estaba fría y amarillenta, por lo que Linek se detuvo cuando sintió la planta de sus pies húmeda por la sangre del asqueroso cuerpo ahora mucho más desfigurado que antes, rió como idiota por un rato y escupió la cara de mismo, agarrando con brutalidad los brazos del ex guardia para arrastrarlo por toda la hierba hasta el río cerca sin importar que sus pies, uno manchado de sangre, se ensuciaran más con tierra húmeda y hierba seca que se pegaba de forma molesta a estos, desechó el cuerpo a una orilla y comenzó a empujarlo para hacer que este cayera por completo hundido al rio, aunque pronto entraría en estado de putrefacción, por lo que también, pronto comenzaría a flotar. 

Suspiró agitado, frente a la orilla del rio y observó a su frente, solo arboles y espiritus de muertos, comenzó a sentir una voz pulsante querer desconectar sus sentidos pero no sé dejó,  se puso de rodillas en el suelo, con los ojos cerrados  y sus antebrazos tapando sus oídos a la vez que empuñaba las manos. -Basta.. Basta.. - Susurraba, sintiendo una lagrima caliente quemar su mejilla y mentón por su recorrido, hasta caer a las orillas del rió creando pequeñas ondas circulares, abrió los ojos un poco más tranquilo y vio su reflejo distorsionado en el agua.

Simplemente se veía el rostro de Linek en una mueca de disgusto, pero él veía una cara desfigurada burlándose de él pero a la vez nerviosa. No dejó que alucinara más y se levantó de golpe sintiendo un pequeño mareo, caminó hasta al auto, asustado de que Sam pudiese haber despertado en el momento en que se encargó de eliminar al ex guardia, pero no. Estaba aún dormido, era precioso, rostro de bebé confundido y un cabello que ocultaba la mitad de su frente, suspiró encantado y volvió a sentarse dejando los dolares y la billetera del tipo en la cajuela, junto al arma que había quitado del mismo, decidió poner en marcha el auto y continuar por su carrera. Ya sabía que pronto comenzarían a buscarlo.



Carta de un Enfermo mental enamorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora