45. No hay control

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- Llevaremos a cabo el plan con tres patrullas, rodearemos la casa de los involucrados y mantendremos amenazado al criminal con armas, puesto que puede intimar a la víctima y nuestro deber es sacarla sana y salva. - Explicaba uno de los comandantes, el encargado oficial de resolver el caso de fuga más famoso del mes. Mientras policiales de menor grado, oían las indicaciones atentos, firmes en su línea como todo uniformado.

Para verificar la localidad que tanto dudaban fuera realmente la casa del criminal, disfrazaron a un novato cabo de la compañía como un granjero más del desierto lugar campesino, teniendo en cuenta la actitud y estereotipos bajo el pueblo rural, obviamente, el infiltrado no iba con armas, solo con una transmisora moderna escondida bajo su camisa de cuadros, en una camioneta desteñida y sucia de tierra como todo granjero trabajador.

Él hombre por indicaciones tras el pequeño audífono que colgaba disimulado en su oreja, manejaba por la gran carretera vacía la camioneta personificada. Teniendo en cuenta toda dirección y referencia por parte de los expertos. Pasando por el famoso río donde el cuerpo podrido del hombre de seguridad fue encontrado. Aún reposaban los carteles "Escena del crimen" cruzados por cada árbol en la famosa cinta amarilla y negra.

Un hombre de investigaciones hablaba con el solitario conductor disfrazado por el audífono implementado, indicando posibles reacciones del enfermo mental y una guía psicológica de como dialogar con él, también pedía información clara sobre las sospechas físicas, una de ellas, el auto robado por el ya muerto dueño, sin olvidar el punto más importante , Samuel.

El trayecto fue largo, unas largas y aburridas horas para el novato cabo policial, quien mantenía su posición de uniformado y no la de un cobarde miedoso, tal como sentía que estaría si realmente Linek y Sam vivían allí.

[..]

Samuel había vuelto al salón con una camiseta en mano para el platinado quien tenía el torso frío. Li había sentido su presencia alejando con rapidez su mano de la taza para ocultarla entre sus piernas junto a la otra que contenía el frasco de Extasis.

Guardó de inmediato el frasco dentro de su ropa interior, haciendo que este se confundiera con su bulto masculino, Samuel llegó a su lado, indicándole al platinado que subiera los brazos para poder arroparlo, Li asintió a sus ordenes, con los ojos pegados en la taza de café que lanzaba pequeñas burbujas a la superficie, pero estas duraron poco tiempo, las pastillas se estaban disolviendo por el caliente líquido y el corazón de Li se aceleraba con solo pensar lo vulnerable que estaría bajo los efectos Sam, pero consciente de su sorpresa.

La tela tapó su visión cuando la prenda fue colocada, esta lentamente fue cubriendo su torso y destapando su vista gracias al rubio que bajaba con cuidado la vieja camiseta. Las facciones de Linek volvían a estar serias, quizá concentradas y ansiosas por que todo esto terminará.

Samuel se sentó a un lado de la mesa y tomó la taza entre sus manos, Linek lo imitaba tomando de su simple agua caliente con azúcar, pegando los ojos al rubio quien hacia una mueca de desagrado con el primer sorbo.

- Este café es más amargo que he probado. - Replicó saboreando el extraño sabor que dejó en su boca, luego dio un segundo sorbo, un tercero y un cuarto. El corazón de Linek bombeaba alterado y entre sus manos apretaba el metal caliente que resguardaba el líquido del cual apenas había tomado.

La escena era silenciosa, el sonido del reloj era irritante para Li, Samuel parecía disfrutar de la estancia puesto que probaba con sorbos más ansiado su café "Modificado".

Los efectos ya estaban haciendo efecto, porque las axilas de Samuel comenzaron a sudar y el síntoma de presión alta comenzó a presentarse como una adrenalina que poco a poco se acercaba.

Carta de un Enfermo mental enamorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora