31. Del miedo a la lastima

395 32 14
                                    

Sam estaba paralizado en su lugar, los brazos de Linek apretaban toda su contextura y pronto sintió sus latidos sincronizarse a la par de los ajenos, solo por el fuerte apretón de ambos cuerpos, pero Sam no podía moverse, a pesar de que las lágrimas rebeldes que caían por su mejilla crearán un cosquilleo molesto pidiendo ser secadas. Pero ni eso.

Sam no lloraba por tristeza de ver a Linek arrepentido, o eso creía, pues en realidad tenía miedo, lloraba de susto, pensaba que sus días estaban contados por los dedos de las manos. Bajo el dominio de aquel hombre.

Después de todo vio en los ojos ajenos que era capaz de disparar pero ¿Por qué no lo hizo?

Se vio obligado a separarse por la sofocante respiración ajetreada de Linek ocultando su rostro en su cuello, apoyó ambas manos en los hombros del platinado, estirando sus brazos poco a poco para lograr alejar el cuerpo contrario quien solo miraba la palanca de cambio.

-Deberías avanzar. - Murmuró Samuel lo suficiente para ser escuchado, estaban en media carretera. Linek demoró en reaccionar y cuando lo hizo, volteó a su frente cabizbajo, encendiendo el motor y agarrando marcha en una velocidad relativamente correcta, todo esto lo hacía con el cuello gacho, como si estuviera decepcionado consigo mismo.

Odiaba no poder conseguir a alguien quien lo apreciara. Sam había sido el único, pero ahora ya lo estaba espantando como todos.

"La esquizofrenia produce en una persona una fuerte decepción de si misma al no poder entrelazar amistades ni relaciones cercanas, sus familiares también se ven afectados"

Recordó Sam al haberse acomodado por fin en el asiento y mirar al platinado con el ceño fruncido, con la boca entreabierta modulando en silencio palabras que iban contra él mismo. Fue inevitable que Sam no se sintiera con miedo por la situación y odiaba a la vez no saber conducir.

Los minutos pasaron en auto y ambos chicos lograron relajarse aunque Sam iba en un estado de alerta y Linek murmuraba una canción posiblemente famosa.

-Tengo hambre.. - Alzó la voz el rubio en un tartamudeo nervioso, Linek dio un pequeño brinco desconcentrándose y se detuvo en los grandes huertos del campo, justo donde al fondo divisó una casa pequeña pero de seguro cómoda.

Linek estiró su cuerpo hasta el asiento trasero del auto, donde alcanzó a tomar uno de los tomates que había robado de la parada anterior, lo acercó al cuerpo de Sam quien ya estiraba la mano para recibirlo, pero Li lo dejo entre las piernas del rubio, este ya no sentía temor ni extrañeza de nada. Tomó la verdura viendo lo roja y brillante que estaba, de seguro aceleraron su proceso con hormonas, limpió su cáscara con la camisa ya afuera de pantalón y olió de esta por si las moscas, estaba tan concentrado observando la verdura que no se dio cuenta cuando la puerta del piloto estaba abierta.

Y Linek no estaba ahi, ni el arma del suelo.

Sam se apresuró en bajar al verlo perderse entre las grandes cosechas con el arma en mano y en descalzo, al rubio se le revolvió el estomago por un momento del vértigo y al fondo pudo divisar una humilde casa, donde se dirigía el platinado.

Corrió hacia el pero sin espantarlo, no quería que en algún ataque le disparara. No aún.

Lo siguió detrás y Linek parecía ir decidido pero no le hacía caso a Sam, trataba de ignorarlo a pesar que estuviera detrás, repitiendo su nombre una y otra vez.

No quería hacerle daño, ahora que estaba tan propenso y ansioso de acabar la vida de alguien.

Llegó a la casa de madera y un viejo hombre trabaja con una pala ejerciendo presión sobre la tierra, Linek no tuvo piedad de nada. Menos ahora que aceleraba el paso en pisadas aceleradas.

- ¿Necesita algo jov-....- No lo dejo terminar, el estruendo de la bala al salir e incrustarse en el cráneo del pobre viejo hizo que soltará la pala cayendo ambos como objetos inertes, a la vez que la sangre del viejo rostro comenzaba a deslizarse por el puente de su puntuda nariz, la mueca de su rostro tenso demostraba sorpresa.

-No. -

Sam se cubrió la boca con el estómago revuelto, entre cerró los ojos dejando escapar un sollozo bajo junto a un hipo que sobresalto su cuerpo, no podía ser posible, no quería ver eso, lo peor era que lo esperaba, pero lo que desgarró su cariñoso corazón fue que pudo haberlo salvado. Tuvo la oportunidad de detener a Linek empujando de su espalda para hacer caer el arma.

Pero nada de eso hizo, solo pudo ver el rostro sorprendido del anciano morir sin saber que era su día. Ahora emanando sangre a montón que teñian su cara, con la boca entreabierta y las manos torcidas.

Cuando Linek volteó, Sam comenzaba a sentir como su corazón se aceleraba, la mirada de Linek no era humana, tenia el ceño fruncido y los labios torcidos en una mueca de molestia.

Lo estaba observando.

Sam sólo quería escapar. En este momento solo sentía los latidos de su corazón retumbar en sus oídos.

Y Linek nuevamente se sintió culpable.

Porque su rostro se moldeó en una mueca de lástima.

Sam nunca había estado metido en tales planes. Y lo estaba condenando a vivir la nueva vida rodeado de sangre, cuerpos podridos y olor a putrefacción y saliva.

- Lo siento .. - Susurró Linek pero Sam no lo oía, estaba muy asustado con que ahora su turno que Linek se vio obligado a dejar caer el arma. Como si eso tranquilizara al pobre rubio.

Pero no sirvió, muchos antecedentes de Li reportaba que sus asesinatos varios eran a mano.

Y Li aún tenía mano
Sam comenzaba a alejarse por el miedo, pero sé detuvo cuando Li estaba a centímetros de él, agarrando fuertemente sus muñecas.

Lo único que relajo a Sam fue ver las lágrimas de Li.

-Yo no quería que vieras eso pero de verdad solo trato de cuidarte.. No quiero que te vayas de mi lado, eres.. Eres. . Eres el único que lo alejó y solo trato de no arruinar tu vida. . Sammy acepta a Linek.. Por favor.. -

Por un momento Li parecía un niño pequeño pidiendo perdón por haber roto el vidrio de una casa jugando inocentemente a la pelota. Sam se quedó mudo y sintió su alma dividirse en dos. Pero dos caminos.

Tenia la oportunidad de noquearlo, correr y matarlo o ver hssta que nivel llegaba de 'Cuidarlo" a pesar de no ser lúcido.

Eligió sin pensar la segunda opción. Pero no lo dijo. Simplemente se quedó en silencio dejando a Li aferrarse a su cadera y dejarse caer al suelo suplicando perdón.

"La esquizofrenia puede generar exageramiento en casos cotidianos, disculparse o rogar"

Carta de un Enfermo mental enamorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora