Capitulo 2: Segundo encuentro

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Me senté debajo del árbol de la universidad. Las clases ya habían acabado, pero estaba cansada y no quería volver a casa todavía. Así que me quedé allí viendo a los alumnos y a los profesores pasar cerca de mí para irse.

Dejé caer mi cabeza hacia atrás, llevo todo el día pensando en Sam... No soy quién a sacármelo de la cabeza, y con razón, es tan majo y esos músculos... Respira, Emily. No quieres un calentón aqui y ahora.

- ¿Aún sigues aquí?

Me giré y vi a Christopher con la mochila al hombro.

- Lo mismo te digo, ¿por qué sigues aqui?

- Me iba a ir, pero te vi y vine a saludarte. ¿Te da pereza ir a casa?

- Solo un poco, y es que luego tengo que ir al hospital.

Un momento, Emily. Al hospital... donde estará Sam... y tú le debes su ropa... ¡Al hospital!

- ¿Estás bien? Te noto dispersa.

- Estoy genial. Si me disculpas, me tengo que ir a comer y luego al hospital.

Cogí mi mochila y salí corriendo. Debí dejar a Christopher asustado por mi bipolaridad física.

****

Tras dos horas por fin acabé todo lo que tenía que hacer. Cogí la ropa de Sam y fui hacia la parada del bus. Durante el camino, la vida decidió demostrarme lo bien que se le da tocarme lo que no tengo. Para llegar a la parada, tenía que cruzar por delante del grupito de zorras universitarias y sus novios.

- Hola, Emily -dijo la jefa de las zorras- ¿A dónde vas con tanta prisa?

- A ninguna parte, solo estaba haciendo un poco de footing -mentí.

- Entiendo.

- Bueno, ya nos veremos por la universidad.

Pasé por su lado y esas zorras me echaron una mirada de desprecio a lo Cruela De Vil. Qué asco les tengo.

****

Tras eso, llegué al hospital sin problemas. Lo primero era ver a mi madre, pero no podía contarle nada sobre Sam, sino se recorrerá todo el hospital en busca de él para dar el visto bueno, y yo me tiraré por la ventana por vergüenza. Entré en su habitación con la ropa de Sam en mano. Ella estaba viendo la televisión.

- Hey, ¿qué tal vas?

- Perfectamente, ¿no ves qué soy la mejor? -no contesté- ¿Y esa ropa?

- Ah, es...

- De un hombre.

Que vista tiene la hija de puta, así no hay manera de poder decir una excusa.

- ¿¡Un hombre ha estado en casa!?

- No, mamá.

- Por lo menos usaríais protección, ¿verdad?

- Ningún hombre ha pasado la noche en casa.

- Eso dije yo la primera vez que me tire a tu padre.

- ¡Mamá! ¡No me he tirado a ningún chico!

- ¿¡Un mujer!?

- ¿¡Qué!? ¡No!

- ¿Entonces de dónde has sacado esa ropa? ¿Es para algún conjuro satánico? Ya sé, queréis que el diablo mate a alguno de tu clase, ¿verdad?

- Me estresas.

- Soy tu madre. Te jodes.

- Voy a dar una vuelta por el hospital.

- ¿No me vas a hacer compañía?

- Luego, cuando te hayan sedado y estés drogada hasta las cejas.

Salí de la habitación y me acerqué a una enfermera.

- Perdona, ¿sabes la habitación de un chico apellidado Winchester?

- ¿Dean Winchester?

- Eso me supongo.

- Está en el piso de abajo, habitación 450. ¿Eres la novia?

- No.

- Bien.

Me alejé de la enfermera que de repente tenía una gran sonrisa. Debería decirle a Sam que aleje a esa enfermera de su hermano.

Bajé hasta el cuarto piso y busqué la habitación. Cuando la encontré, entré como si nada. En la cama había un chico moreno que parecía más mayor que Sam pero de todas formas no perdía su atractivo. Se nota el parentesco.

- ¿Quién eres?

Reconocía esa voz, pero al escuchar ese tono tan frío que acaba de usar, no quería girarme. Me acabé girando vaya a ser que intente matarme. Sam parecía enfadado, bastante tenso y en guardia, tras unos segundos, su expresión cambió a la cara amable de ayer.

- Emily, ¿qué haces aquí? -otra vez ese tono frío.

- Venía a traerte tu ropa -la dejé encima de la silla- Mejor me voy.

Pasé por su lado, Sam me agarró de la muñeca.

- Siento habértelo dicho de esa forma, pero no estoy seguro de en quién puedo confiar.

Sam me soltó la muñeca y yo me quedé quieta.

- ¿Por qué?

- Tengo miedo de que ese hombre nos encuentre e intente terminar lo que empezó, ya sea con sus propias manos o por las de otros.

- ¿Con quién os habéis metido? ¿Con una mafia?

- Pues más o menos.

- Sois algo extraños -Sam fingió una sonrisa aunque parecía que mi comentario no le había gustado mucho- ¿Vamos a por un chocolate?

- Claro.

Chained souls (Sam Winchester)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora