Entramos en la habitación del motel. Sam tiró el machete al suelo y se metió directamente en el baño a limpiarse.
- ¿Te encuentras bien? -le pregunté.
- Sí, solo estoy cansado.
- No te habrá contagiado, ¿verdad? Porque no me apetece tener que decapitarte.
- No, no ha habido contacto sanguíneo y no me ha mordido, estoy limpio.
- Genial.
- Aún sigo pensando de dónde habrá salido eso.
- Bueno, un vampiro y un hombre lobo que se gustaban, y ya está. Un Romeo y Julieta versión monstruosa.
- Supongo que será eso. Voy a ir a ducharme.
- De acuerdo.
Me tiré en la cama y cerré los ojos. Ha sido una noche movidita, mejor duermo y ya está. Estaba a punto de dormirme, pero el móvil que me había comprado Sam rompió el momento. Tendría que haberlo puesto en silencio. Lo cogí.
- ¡Emily!
- Mamá, no son horas de llamar.
- Dijiste que luego me ibas a llamar y no me llamaste.
- Estaba ocupada, ya te lo dije.
- ¿Durante todo el día? Solo se me ocurre una cosa que dure tanto tiempo...
- Dime por favor que no estás teniendo uno de tus momentos de "mi hija está teniendo relaciones sexuales con un chico en una habitación de motel".
- No te lo diré entonces.
- Bien.
- ¿Dónde está él ahora?
- En la ducha.
- Virgen María purísima.
- ¿Qué?
- ¿Qué habéis estado haciendo?
- No hemos hecho nada.
A parte de cazar y decapitar a un híbrido de vampiro y hombre lobo.
- ¿Pero él te gusta?
- No, no me gusta.
- Vale, ¿puedo pedirte una cosa?
- Me la vas a pedir de todas formas...
- ¿Puedes describírmelo?
- ¿Describírtelo cómo? ¿Física o sentimentalmente?
- En todos los aspectos, quiero hacerme una idea de con quién está viajando mi hija.
- Pues... es alto, y fuerte... y majo.
- No te ofendas, cariño, pero yo podría cagar algo mejor que ese descripción.
- ¡Eh!
- Algo que te salga del corazón.
- ¿Para qué?
- Por saber.
- De acuerdo -resoplé- Tiene el pelo castaño, unos ojos verdes muy bonitos, cada vez que me mira con ellos, parece como si estuviese mirando más allá de mí, ¿sabes? También tiene una sonrisa que me hace sonreír a mí también como una tonta, un cuerpo ejercitado que atrae a las chicas -ahora mismo tenía una sonrisa en la cara...- Y su personalidad... Es muy majo, y tan dulce... Te hace sentir protegida, como si nada malo pudiese pasarte, como si simplemente verle sonreír y que te tenga entre sus brazos fuese suficiente como para quitarte todo lo malo de la mente. Y ese toque tan especial que tiene que no sé lo que es, pero que hace que confíes plenamente en él, que hace que piensen en él como el amigo el perfecto, el amante perfecto, tu mejor refugio...
