Me puse detrás de Sam y apoyé las manos en el respaldo de su silla.
- ¿Has encontrado algo? -le pregunté.
- Sí, pero no son buenas noticias.
- ¿Por qué?
- Porque resulta que, hace una semana, Eric Delawer, el hijo del fallecido, pidió una orden para abrir la tumba de su difunto abuelo y sacar el revólver que había en su interior.
- ¿Entonces vamos y le pedimos qué nos lo de?
- Claro, y le decimos que somos cazadores, y que necesitamos ese arma porque es la única capaz de matar toda clase de seres sobrenaturales porque... Ah, sí, cazamos monstruos. Estoy seguro de que nos lo dará sin ningún problema.
- ¿Entonces lo robamos?
- Sería la mejor idea.
- ¿Robar es la mejor idea?
- En este caso sí.
- ¿Cómo lo vamos a hacer?
- Por la noche, mientras él duerme.
- ¿Por la noche? Algunas queremos dormir.
- No seas quejica -Sam se levantó- Voy a prepararlo todo.
****
Ya estábamos delante de la casa.
- ¿Cómo entramos?
- Con esto.
Sam sacó dos ganchos con cuerdas de la bolsa que traía.
- ¿Vamos a trepar? -Sam asintió- ¿Y por qué no forzamos la puerta y ya está?
- Porque eso cantaría luego, quedarían marcas.
- ¿Y no van a quedar marcas ni de los ganchos ni de la ventana que seguramente tengamos que forzar?
Sam me iba a responder, pero el grito de un hombre dentro de la casa le interrumpió. Soltamos los ganchos. Corrimos hacia la puerta principal de la casa y Sam la abrió golpeándola con el hombro.
Una vez dentro, Sam se adelantó con la pistola en alto. Entramos en el salón, había cuatro hombres allí, y tres de ellos tenían acorralado al cuarto, así que supongo que ese es Eric.
- ¡Quietos! -gritó Sam.
Ellos se giraron y sus ojos se volvieron negros.
-Habíamos quedado en que los de ojos negros son demonios, ¿no?
- Sí.
- Oh, perfecto. ¿Qué hacemos?
- Ehm... intentar coger el colt.
- ¿Dices esto? -el demonio nos enseñó un révolver.
- Dime que ese no es el colt -Sam se quedó callado- Me lo temía.
- Veamos que tal funciona.
El demonio nos apuntó con él.
- ¡Cuidado!
Sam me empujó a un lado y luego se tiró también. Nos protegimos detrás del sofá. Oímos un par de tiros.
- Bien, ¿nuevo plan?
- Eh... Sobrevivir.
- Excelente -dije con sarcasmo.
Sam se asomó y disparó un par de veces.
- Acepto sugerencias -me murmuró.
- De acuerdo. Corre.
- ¿Qué...?
Salí corriendo de detrás del sofá, el demonio me disparó varias veces pero las balas acabaron incrustadas en la pared. Di un pequeño salto con el que subí un escalón y luego empecé a subirlos de dos en dos.
- ¡Tú, cógela! -gritó uno de los demonios.
No pensé qué estaba haciendo y me metí en el dormitorio. Empecé a dar vueltas como una desesperada. Vale, Sam me dijo que los demonios eran débiles contra la sal, el agua bendita y... ¿el hierro? Vale, la sal está en la cocina, la cual está en el piso de abajo, descartado. Dudo que tenga un bote de agua bendita por aquí, y no veo nada de hierro por aquí. Debería de decirle a Sam que me de más equipo la próxima vez. Oí los pasos del demonio subiendo las escaleras. Miré a todas partes tratando de encontrar alguna solución. Lo único que se me vino a la mente fue meterme en el armario.
Encendí la linterna del móvil. Camisas, chaquetas, corbatas... Nada útil. Tras un momento de razonamiento, tiré una camisa al suelo y cogí la percha. Esto es lo más parecido a un arma que tengo. La puerta se abrió.
- Venga -dijo el demonio- Sal de donde quiera que estés -el demonio dio pequeños pasos por la habitación mientras analizaba cada hueco del lugar- Si sales ahora te juro que lo haré rápido y lo más indoloro que pueda -se agachó y miró bajo la cama, pero no obviamente no encontró nada- ¡Sal!
Le pegó una patada a la cama haciendo que ésta se deslizase contra la pared. Su mirada se clavó en el armario y el corazón se me empezó a acelerar. Su expresión de enfado fue reemplazada por una gran sonrisa. Preparé la percha para usarla.
El tío se acercó al armario. Agarró las manillas del mueble. En cuanto lo abrió, yo salté y le clavé la percha en el cuello. Él soltó un gemido de dolor. Yo me largo. Pasé por su lado y bajé las escaleras corriendo. En el salón solo estaba el cuerpo muerto de Eric. No podía detenerme a llorar por él. Salí de la casa y vi a Sam de espaldas a un árbol mientras el demonio le pegaba.
Vi el colt tirado en el suelo al lado del cadáver del otro tipo. Lo cogí y la alcé apuntando al demonio. Tomé aire dos veces y mantuve la pistola muy quieta. Dejé de respirar y disparé. El estridente sonido de la pistola resonó en mis oído y poco a poco se fue haciendo un murmullo. El pulso se me alteró y mis manos tiraron automáticamente el revólver al suelo. El cuerpo del demonio cayó muerto al suelo. Sam se deslizó con la espada apoyada en el tronco del árbol hasta el suelo.
Caminé con una sonrisa de victoria hacia él. Me miró y su expresión cambió repentinamente.
- ¡Detrás tuya! -me gritó a duras penas.
Me giré y un puño se estrelló contra mi mejilla haciendo que cayese al suelo. El demonio intentó pisarme, pero me hice a un lado. Le pegué una patada en su entre pierna y éste se flexionó. Le pegué una segunda patada solo que esta vez en la pierna. Él cayó al suelo y yo me arrastré hasta coger el colt. Él me agarró la pierna, me giré y le pegué un tiro en la cabeza. Ha sido mi mejor tiro hasta la fecha.
Escurrí la pierna de sus manos y me acerqué a Sam. Dios, él estaba sangrando por un lado del costado.
- ¿Qué te ha pasado? -me arrodillé delante suya.
- No es nada -Sam apretó la herida- La bala solo me ha rozado.
- No te lo crees ni tú. Tenemos que volver al motel para que pueda curarte -le ayudé a levantarse- Vete al coche, voy a coger el colt -Sam echó a caminar- Ah, y Sam -él se giró- Esta vez conduzco yo.
****
Le di una última vuelta al vendaje, apoyé la mano en los pectorales de Sam y tiré fuerte. Sam se quejó.
- ¿Está bien apretado?
- Bastante -dijo Sam ahogado- Creo que se me va a salir un pulmón.
- No seas exagerado.
- No sabía que fueses enfermera -comentó Sam.
- En la universidad nos daban alguna que otra clase de primeros auxilios para heridas básicas -me levanté- Con todas las heridas que debes de hacerte cazando, seguramente ya estés a un paso de conseguir el título de doctor.
Sam sonrió.
- Sé un poco -admitió.
- Y bueno -me senté encima de la mesa- Ya tenemos el colt, ¿y ahora?
- Esperar a que Bobby encuentre a Azazel e ir y matarle.
Aprovecho ma actualización para desearos a todos feliz año nuevo!!!!!