Elevó sus manos y las colocó en ambos lados de mi rostro. Justo cuándo creí que el beso terminaría, comenzó de nuevo. Este chico era aquel rayo de luz que buscaba. Es el rayo de luz que iluminaría mi vida. Era esa razón por la cual no me molestaría despertar a diario. Se había convertido en mi mundo.
Ambos nos separamos, y admiramos por unos segundos. Solté una risita, y lo abracé. Lo abracé con fuerza.
Ambos reíamos y llorábamos bajo la luz de la luna, y bajo aquellas gotas de lluvia que despreocupadas caían sobre nosotros.
-No me importaría tomar un resfriado por ti-susurró entre risas.
-No me importaría compartir un resfriado contigo-reí-pero no quiero que tu salud esté en riesgo-sonreí.
Se puso de pie, al mismo tiempo que tomó mi mano y me ayudó a levantarme junto con él.
-¿Sabes algo?
-¿Qué?-sonrió mientras hacía hacia atrás un mechón de mi húmedo cabello.
-Salvaste mi vida, eres mi héroe.
-¿Y tú sabes algo?-sonrió.
-¿Qué cosa?
Dio un largo suspiro, y después sonrió.
-Eres esa chica que me preocupaba no encontrar jamás. Eres el vivo retrato de mi chica perfecta. Haría lo que fuera por ti-susurró.
-No puedes ser más maravilloso-lo apegué a mi cuerpo, mientras me acurrucaba sobre su pecho.
Y allí nos encontrábamos, como dos niños con su cometido logrado. Si permanecimos allí por al menos una hora, fue poco.
Le conté todo lo que había sucedido, como fue que salí de allí, como me sentía, lo que no sentía, todo, absolutamente todo.
-No dejaré que vayas a casa-susurró mientras entrelazaba su mano junto a la mía.
-Pero, Niall…
-Son las 2:30 de la mañana, está lloviendo, tus padres están molestos, no te arriesgaré-sonrió mientras se giraba hacia la cerradura de la puerta.
-Gracias-susurré mientras la puerta se abría, y Niall me extendía un par de toallas que alcanzó rápidamente. La pasó por mi espalda, y besó la punta de mi nariz.
-Tenemos muchas cosas de qué hablar-soltó una adorable risita mientras me tomaba de la mano, y dirigía sobre el sofá.
-¿Cómo de qué cosas?-reí.
-De tus cosas, hoy solo hablaremos de ti-sonrió mientras palmeaba ligeramente sus piernas. Me senté sobre ellas y me aferré a su cuello.
-Pregunta lo que quieras-sonreí.
-Quiero que pienses en las cosas buenas que te han pasado-sonrió-no pienses en lo malo.
-¿Cosas buenas?-asintió-Eso es muy fácil-besé su mejilla-Eres lo mejor que me ha pasado.
-¿Lo crees así?-sonrió mientras me miraba a los ojos.
-Con todo el corazón.
ESTÁS LEYENDO
Lighters (Niall Horan).
FanfictionEsta novela NO es mía. Derechos reservados a Cassandra Bravo.