-¡Papá!-mis piernas comenzaron a llevarme hacia el poseedor de aquellas dolorosas palabras. Crucé por la puerta, y lo enfrenté-¡Papá!
-¡Hija, solo entiende! Trata de colocarte sobre nuestro lugar, tan sólo eso te pido.
-¿Alguna vez intentaron colocarse sobre mi lugar?
-Basta de intentar aparentar ser una especie de víctima-dijo frotándose las sienes.
-No te ofendas, papá, pero… ¿Por qué no te vas tú?
-Es mi casa, y por lo tanto, mis reglas. Lo lamento, pero las cosas son así.
-Odio cuando las cosas “tienen que ser así”-Imité su tono de voz.
-Eso no cambiará nada-Me dio la espalda, para acto seguido seguir con su camino. Con delicadeza bajó las escaleras, dejándome en total soledad.
Y la verdad es que aún no asimilaba las palabras que mi padre había dicho. No tenía en cuenta que abandonaría el lugar, y mucho menos, que dejaría en él a aquel rayo de luz.
Era exactamente esa razón por la cual temía enamorarme. Temía a encariñarme con las personas, y tiempo después tener que superarlas.
No tenía ni una sola idea de qué hacer, qué decir, o qué pensar. Era uno de esos momentos en los que dudas que tu corazón siga latiendo.
Me giré hacia mi habitación, y me encaminé hacia ella. Entre mi bolsillo, busqué mi celular, y admiré la pantalla por unos segundos. Como si mágicamente éste fuese a sonar, y el nombre de “Niall” apareciese en la pantalla.
Pero sabía que no sería así. Pensé en llamarlo, pero luego pensé: ¿Qué le diría? Tal vez lastimaría sus sentimientos, tal vez no encontraría las palabras exactas para decirle lo que sucedía.
Mis dedos comenzaron a deslizarse sobre el teclado de mi celular, mientras mis nerviosas piernas comenzaban a temblar y temblar, haciéndome saber que fallarían en cualquier instante.
-¿_______?-preguntó una muy familiar voz.
-¿Zayn?
-¡Hola!-soltó una risita-¿Quieres hablar con Niall?
-Sí-susurré.
-Está en la ducha, no demora en salir. Dejó su celular aquí, y no quise hacerte esperar.
-Gracias, ¿podrías decirle que llamé?
-Sí, seguro. Espera un segundo-su cálida voz se alejó de la bocina, y unos murmuros y gritos se escucharon a lo lejos-¡Niall! ¡Te busca una adorable chica en el teléfono!-exclamó.
-¿______?-Aquella tan familiar y necesaria voz se presentó en la bocina de celular-¡Eres rápido!-exclamó Harry.
-Niall-susurré-¿Estás demasiado ocupado?
-Jamás estoy ocupado cuando se trata de ti.
-Niall, quiero hablar contigo sobre algo importante.
-¿Quieres que vaya a tu casa? Estaré allí en segundos.
-Aguarda, ¿y mis papás?
-Solo abre tu ventana-susurró antes de colgar su celular.
Solté una ligera risita, y mientras colocaba mi celular dentro de mi bolsillo, me aproximé hacia la ventana de mi habitación, y jalé del gatillo. Con fuerza logré abrirla, y miré hacia ella.
Me senté sobre el sofá al lado de ésta, y solamente aguardé. Aguardé a que mi príncipe escalara por ésta.
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Lighters (Niall Horan).
FanfictionEsta novela NO es mía. Derechos reservados a Cassandra Bravo.