-¿Quién dijo que te llevaría a casa?-guiñó.
-Niall-lo miré fijamente.
-____-rió.
-¿Sabes que esto me traerá problemas?
-Yo los solucionaré-removió su vista del frente, y se giró hacia mí. Con delicadeza colocó su mano encima de la mía, y las entrelazó-Quiero que te olvides un poco de lo que hay en casa-Di un largo suspiro, lo miré, y ambos sonreímos.
-Y, ¿a dónde iremos?
-Te dije que quería que fuéramos al cine solos, alguna vez, ¿no?-soltó una ligera risita.
-Por supuesto-reí.
-Entonces, allí está tu respuesta-sonrió mientras se giraba de nuevo hacia el volante.
El resto de camino fue muy corto, o tal vez fue largo, sin embargo, no logré percibirlo debido a las risas en exceso y cosas sin sentido de las cuales hablábamos.
-Por aquí, señorita-sonrió mientras me sorprendía al abrir la puerta.
-Gracias-sonreí mientras él gustosamente tomaba mi mano, y las entrelazaba. Con su mano restante, cerró la puerta a mis espaldas, y recuperó su lugar junto a mí.
-Ahora no habrá quién nos interrumpa-rió.
-Ellos me agradan mucho-reí.
-Igual a mí, son como mis cuatro hermanos…es sólo que, siempre suelen ser demasiado metidos en mis cosas.
-Eso es tierno, se preocupan por ti-sonreí.
-Sí, demasiado. Siempre es “El elfo esto, el elfo lo otro”. Antes no solían prestarme demasiada atención.
-¿Antes?-asintió mientras colocaba su mano izquierda dentro del bolsillo de su pantalón.
-¿Sabes cuál es una de las muchas razones por las cuales me preocupo tanto por ti?-negué.
-En primera-sonrió mientras me detenía, y de giraba frente a mi-Lo daría todo por ti, haría lo que sea porque esas sonrisas no terminen nunca-me miró a los ojos-Segunda, sé lo que se siente estar en tu posición-se giró para así de nuevo tomar mi mano, y caminar hacia los adentros del centro comercial.
-¿Te ha pasado?-suspiré.
-Aún me sucede, es por eso que vivo con los chicos-hizo una mueca-Sentirse solo, desprotegido…
-Odiado, rechazado, inseguro y solo-susurré. Él asintió, y apretó mi mano.
-Exactamente eso sentía-se giró unos momentos para así poder mirarme a los ojos-Casi nunca le cuento a nadie esto, de hecho, solo los chicos lo saben-Ambos seguimos nuestros pasos-Siempre he sido esa clase de chicos que intenta ayudar a las demás personas, y no tiene a alguien que lo ayude.
-Dar consejos y no recibir consejos a cambio-susurré.
-Sí. Es doloroso pensar que estás ahí para todo mundo, y cuándo necesitas de alguien, todos huyen y se esconden. Nadie quiere problemas.
-Oye-me giré-Estoy aquí, ¿sabes? Yo te daré el apoyo de las seis mil millones de personas restantes.
-Así como yo te daré el amor de seis mil millones de personas-sonrió mientras me acurrucaba en su pecho-Es increíble que puedas escucharme-susurró en mi oído.
-Yo siempre te escucharé y ayudaré, Niall.
Dio un largo suspiro, y después tomó mi mano de nuevo. Ambos llegamos a los cines, y nos adentramos en ellos.
-Mi madre y mi padre no tenían razón para estar juntos, yo era lo que los mantenía unidos. Peleaban todo el tiempo, hasta que un día mi padre golpeó a mi madre. Yo me coloqué al frente de ella-Apreté su mano con fuerza-Me sentí la persona más indefensa del mundo. Sentí como todo se hacía grande, y como yo era más pequeño cada vez. Ese día me juré que nadie colocaría una sola mano encima de las personas que ame. Mi madre se ocultó tras de mí, y le dije a mi padre…le dije que se descargara conmigo, no con ella. Él no tuvo el valor de golpearme, no tuvo la suficiente fuerza como para hacerlo. Aparentaba ser algo que definitivamente no era. Tomé nuestras cosas, y le ordené a mi madre que nos fuésemos de allí. Nos hospedamos en casa de mi abuela. Al siguiente año, los chicos me ofrecieron mudarme aquí, con ellos.
-Eres muy fuerte, ¿lo sabías?
-Hay veces en las que no me siento lo suficientemente fuerte como para proteger a las personas que amo.
-Uno da todo por defender a las personas que ama-le sonreí.
Él asintió, tomó mi mano y me apegó hacia él.
-Te prometo que no dejaré que nadie coloque una sola mano sobre ti-susurró.
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Lighters (Niall Horan).
FanficEsta novela NO es mía. Derechos reservados a Cassandra Bravo.