Caminé sobre mis pasos, e ingresé a casa, de nuevo. Allí, mi madre y su retadora mirada observaban cada movimiento que hacía.
-¿Niall?
-Sí, Niall-susurré mientras me dirigía hacia las escaleras.
-¿No me dirás quién es?
-Te dije quién era, y lo echaste de aquí-me detuve.
-No lo eché, sabes que a tu padre no le agrada que traigas a jóvenes a la casa.
-De todas formas, no debiste tratarlo así, mamá.
-Ven aquí, necesito hablar contigo.
-¿Conmigo?-dije entrecerrando los ojos.
-Sí-dijo mirando hacia la ventana.
-De acuerdo-susurré mientras caminaba en su dirección, y me sentaba a su lado, en el sofá.
-¿A dónde fuiste anoche?-preguntó en un susurro.
-Estuve con unos amigos.
-¿Amigos?
-Sí, amigos-dije elevando mis ojos hacia el techo, esquivando su mirada.
-¿Niall?
-Niall, y los chicos. Mis amigos.
-Así que, ¿dormiste con un grupo de chicos?
-No, mamá. No tienes que malpensarlo todo, ¿de acuerdo?-cubrí mi rostro.
-¿Niall y tú son novios?-negué-¿Entonces, qué cosa son?
-Somos…somos amigos, mamá.
-¿Amigos? Lo besaste allí afuera.
-¡De acuerdo, mamá! Ambos nos gustamos, es todo.
-¿Por qué no te ha pedido ser su novia? ¿Acaso no lo quiere? Hija, es exactamente eso por lo que no quiero que pases.
-¿A qué te refieres?
-¿Cómo sabes que sus sentimientos son sinceros? Hija, no quiero que te ilusiones con cualquier chico.
-Él no es cualquier chico-susurré mientras clavaba mis ojos sobre los suyos.
-¿Lo ha sabido demostrar? Hija, lo conoces hace, ¿cuánto? ¿5 días?
-Mamá, en ese lapso de tiempo me ha sabido demostrar lo valioso que es, y soy para él-susurré.
-Hija, no creo que ese chico…-la interrumpí.
-Mamá, dices querer un buen futuro para mí, ¿no? O al menos, eso es lo que los padres suelen querer para sus hijos.
-No intentes cambiar de tema, ¿vendrás con el discurso de cuán mala madre soy?
-No eres una mala madre-susurré mientras me colocaba de pie-Sólo, no sabes usar tus palabras con tacto-susurré de nuevo. Me giré, y caminé en dirección a las escaleras.
-¿No quiero un buen futuro para ti? Tu padre necesita hablar contigo, te quiero aquí abajo en exactamente media hora-respondió.
Azoté mi puerta intentando silenciar las palabras, y adentrarme en mi único y propio mundo. Caminé hacia aquella abierta ventana por la cuál había sido libre durante algunas horas, y la cerré con delicadeza.
Me tumbé sobre mi cama, y cerré mis ojos. Era muy peculiar de mí el intentar huir de los problemas, durmiendo. Creía que las personas en mis sueños podrían animarme, o simplemente, ser mi solución.
-¿Niall?-susurré.
-Shhh…todo estará bien-colocó su dedo sobre mis labios.
-¿Qué haces aquí?
-No salgas de aquí, ¿de acuerdo?-susurró mientras salía de aquél apretado clóset, y se dirigía a apagar las luces.
-¿Qué haces?-susurré al verlo entrar en el clóset de nuevo.
-No los escuches-susurró mientras colocaba ambas manos alrededor de mis oídos, y me pegaba a su pecho.
Los gritos de mis padres traspasaban mis oídos, inundándonos a ambos de gritos y maldiciones, bajo aquellas penumbras y la incomodidad de aquel poco espacioso clóset, pero estábamos juntos, ambos terminaríamos con esto, y yo no los escucharía.
-¿Hija?-susurró una familiar voz mientras con delicadeza movía mi brazo.
-¿Qué sucede? ¿Niall?-dije levantándome rápidamente.
-¿Niall? No lo creo-dijo mi padre mientras me miraba perplejo.
-Disculpa, papá. Pensé que era un sueño-susurré.
-Hija, necesitaba hablar contigo-susurró.
-Sí, adelante-froté mis ojos.
-La verdad es que no quiero hacer esto más largo, ¿te parece si voy al punto?
-Sí-mis manos comenzaron a temblar.
-Cariño, tu madre y yo no nos hemos estado llevando muy bien.
-Eso lo sé.
-Quedamos en un acuerdo-susurró mientras tomaba mi mano.
-Solo dilo, papá.
-Hija, no nos divorciaremos. Tú y tu madre se irán.
-¿Irnos? ¿A dónde?
-Tu madre solo quiere lo mejor para ti-acarició mi mejilla.
-¿¡A dónde iremos?!-exclamé.
-Con tu abuela.
-Papá, mi abuela vive muy lejos de aquí.
-Eso lo sé, es por eso que tu madre…-lo interrumpí.
-Papá, hay cosas que no puedo dejar aquí…hay personas que no puedo dejar aquí-sollocé.
-No me digas que hay un chico-cubrió su rostro.
-Sí, papá. Lo hay, hay un chico. Un chico muy especial para mí.
-Yo no decidí esto, el chico debe entender que queremos lo mejor para ti.
-¡Papá, por Dios! ¿Esto en qué ayudará a mi vida?
-Tienes razón, fue una decisión estúpida-dijo poniéndose de pie-Pero sigue en marcha, será mejor que comiences a empacar-susurró mientras cerraba la puerta a sus espaldas.
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Lighters (Niall Horan).
FanfictionEsta novela NO es mía. Derechos reservados a Cassandra Bravo.