-Por la garrita. Ahora, levántate de ahí, cosita. Demuéstrale al mundo lo mal que te juzgaron.
-¿Estarás conmigo?-Le susurré.
-Siempre.
-¿Cómo sabré que lo estás?
-¿No me sientes? ¡Siempre estoy contigo!-Él soltó una corta, y demasiado adorable risita-Siempre estoy allí…-susurró.
-Cruzaré esa puerta, mi pequeño ángel guardián.
-Hazlo, mi princesa.
Tan sólo alejé el celular de mi oreja, y apoyé ambas manos sobre el suelo, tomándolas así como una ayuda para colocarme de pie. No me sentía perdida. Sus palabras me habían dado la fuerza suficiente como para cruzar el océano.
Mis piernas no temblaban más. Mis manos no se ocultaban bajo mis mangas, y por primera vez en un rato, sonreí.
Desde mi lugar pude divisar un millón de luces que jamás había notado. Un brillo especial en mis ojos me hizo sentir bien. Aún no sabía que era, pero lo hacía.
Sostuve mi celular con fuerza, y sin más, caminé hacia la puerta. Aquella puerta que tanto temía cruzar. Ver el mundo que me rodeaba, eso que me tenía tan mal. Eso que me hacía recordarlo a él.
Estaba harta de que mis ojos se nublaran a diario. Tenía a un sol. En mi vida llovía todos los días, sin embargo, mi sol siempre estaba allí. Conmigo.
-No podría estar más orgulloso de ti, cosita-Él susurró a través de la bocina de mi celular.
-Tengo miedo…-susurré.
-No lo tengas, amor. No lloverá por siempre.
-No lo hará mientras estés tú.
-Yo siempre estoy allí. Yo te siento, aquí… ¿me sientes?
-Te siento. Te siento con cada parte de mí.
-No tienes de qué preocuparte, amor. Mi corazón aún sigue nublado.
-El mío también-Le susurré.
Caminé hacia las afueras de mi habitación. Tan sólo caminé hacia las escaleras, y permanecí allí. Aferrada al barandal, como si se tratara de una niña pequeña.
Me abrazaba a él, imaginando que sería el brazo de Niall.
-Te amo…-Él susurró directo en la bocina.
-Te amo.
-Cariño, por favor, cuelga eso. Tu padre no tarda en llegar-Mi madre caminó hacia mi lado, ignorándome totalmente, y siguiendo de lado hacia la parte baja.
-¿Mi padre?
-¿Amor?-Niall susurró desde el celular.
-Te llamo más tarde, ¿de acuerdo?
Colgué mi celular. Mi madre al parecer no se percató de mi existencia más.
Odiaba tener qué perseguirla. Ese no era mi trabajo. Tan sólo introduje mi celular en el bolsillo de mi pantalón, y corrí detrás de ella.
-¿Mi padre?
-¿Pensaste que no le volverías a ver más? Él también tiene el derecho de verte. El juez lo ordena-tosió-No tarda mucho en llegar.
-¿Viajó hasta acá?
Ella asintió, y sin siquiera mirarme, se adentró en la cocina de la abuela. Tomó una manzana despreocupadamente, y comenzó a morderla. Tan sólo coloqué ambas manos por encima de mis ojos, y suspiré.
-¿Porqué no me informaste? Él pudo haber traído a alguien más junto con él.
-No digas tonterías, cariño. ¿Conoces a tu padre? Prefería morir antes de entregar a su pequeña en brazos de un hombre.
Tan sólo alcé mis ojos. Crucé mis brazos frente a mi pecho, y la observé.
-¿Qué? No me mires así, no es decisión mía.
-Lo fue, mamá. ¿Acaso lo olvidas?
-No empieces de nuevo, ¿de acuerdo?
-¿No dices no soportarle? ¿Cómo es que viene a visitar a la abuela, con tu presencia aquí?
-Basta, cariño. Viene a verte a ti, no a mí. ¿Lo olvidas?
-Mamá…hablé con Niall.
Ella me miró confundida. Cerré mis ojos con delicadeza, y añadí:
-Niall, mamá.
-Oh, el chico, por supuesto. ¿Qué dijo?
-Él está bien, gracias a Dios.
-Genial-ella sonrió.
Apretó una de mis mejillas con sus alargadas manos, y se giró en contra de mi dirección. Dolía muchísimo el verle hacer eso. Tan sólo caminó hacia la mesita de comedor, dónde tomó despreocupada su bolso, y arrojando la manzana con delicadeza contra el cesto de basura, me sonrió.
-Bingo.
Ella lanzó un beso de la palma de su mano, y caminó hacia la puerta.
-Mándale saludos a tu padre de mi parte.
-¿A dónde vas?-Caminé hacia su paso.
-No estaré aquí todo el día, cielo. Pienso que tú también deberías salir.
-¿Bromeas?-La miré con desprecio.
-Sólo dile a tu padre que le mando saludos.
Ella salió sin más. Cerró la puerta justo frente a mí, e ignoró por completo todas y cada una de mis palabras. Mordí mi labio, y miré hacia el cielo.
-¿Dónde estás, Niall?-Susurré.
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Lighters (Niall Horan).
FanfictionEsta novela NO es mía. Derechos reservados a Cassandra Bravo.