-Si tan solo pudiera expresarte cuán agradecida estoy contigo-susurré.
-No tanto como yo lo estoy de ti-sonrió.
Las luces se encendieron, y el proyector dejó de proyectar las imágenes. Las pocas personas que disfrutaban de la película, se levantaron y discretamente salieron de allí.
Me enderecé, de tal manera en la cual Niall pudiese levantarse. Ambos lo hicimos, y sin dudarlo, entrelazamos nuestras manos.
-¿Viste la película?-rió.
-Por supuesto que no lo hice-reí.
-Linda-rió mientras ambos nos dirigíamos hacia la salida de la sala.
-Esto es tan hermoso-reí.
-¿Qué cosa lo es?
-Esto, tú y yo, olvidados del mundo, de las personas y de los problemas.
-Así es como debería de ser siempre-sonrió.
-Tienes mucha razón-concordamos.
-¿A dónde iremos ahora?-sonrió mientras rodeaba mi cintura con ambos brazos.
-¿A mi casa?-sonreí fingidamente.
-¿Quieres ir a casa?-hizo una mueca.
-No quiero, pero tengo qué-suspiré.
-Está bien-sonrió-todo por ti-entrelazó nuestras manos de nuevo. Ambos caminamos hacia la salida del centro comercial, e intentamos localizar aquel auto que horas antes habíamos abandonado.
Una vez encontrado, ambos nos dirigimos hacia él, y en un abrir y cerrar de ojos ya nos encontrábamos en camino hacia casa.
-¿Qué usaré de excusa esta vez?-cubrí mi rostro con ambas manos.
-Yo te ayudaré, ¿de acuerdo?-sonrió mientras quitaba su vista del volante.
Asentí lentamente, y me giré hacia la ventana. Ambos hablábamos de absolutamente nada. Esa era una de las cosas que amaba de él, podías pasar horas y horas conversando con él, y jamás llegarías a aburrirte, o incluso llegar a pensar en algo.
-Tranquila, cariño-susurró en mi oído mientras lentamente sacaba las llaves de mi casa de mi bolsillo. Pero esto hizo que me pusiera aún más nerviosa.
Con delicadeza logré sacarlas, y las introduje dentro de la cerradura de mi puerta. Giré la perilla de la puerta, y logré abrirla.
-¿Hija?-susurró mi madre desde los adentros de mi casa.
Niall me miró por unos segundos, al igual que yo a él.
-Sí, mamá-dije con firmeza mientras entrelazaba mi mano junto con la de Niall. Él me entregó una cálida sonrisa, y ambos avanzamos hacia la sala.
Mi madre nos miró perpleja, mientras lentamente se levantaba del sofá.
-¿Quién es el rubio?
Niall me entregó un ligero codazo, y ambos reímos ligeramente.
-Él es Niall-sonreí mientras lo miraba.
-Es un gusto conocerla-sonrió mientras le extendía su mano.
-El gusto es mío-sonrió mientras estrechaba sus manos-Así que…
-Yo protegí a su hija anoche, me aseguré de que nada malo le sucediera.
-No me extraño, según ella, le suceden absolutamente todas las cosas malas. Gracias por hacerlo.
-Mamá…-la miré.
-Es la verdad. Lo lamento, pero me temo que no podrás quedarte demasiado, el padre de _______ no tarda en llegar.
-Seguro, señora. Gracias por su hospitalidad-sonrió mientras lentamente soltaba mi mano.
-Ven-susurré mientras me dirigía hacia la puerta-Lo lamento.
-¿Porqué, linda?-sonrió.
-Mi madre no debió tratarte así.
-No importa-levantó mi mentón con una gran sonrisa.
-Te quiero-susurré mientras me acercaba para abrazarlo.
-Te quiero-besó la comisura de mis labios.
Lentamente se separó de mi, y se dispuso a seguir su camino. Se dirigió a su auto, y agitó su mano en forma de despedida. Le arrojé un beso desde distancia, y agité mi mano.
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Lighters (Niall Horan).
FanficEsta novela NO es mía. Derechos reservados a Cassandra Bravo.