Lighters (Niall Horan).

Capítulo 49 [Pequeño mundo].

Sería extraño, pero éstos chicos podían hacerme sentir en las nubes, aunque en realidad estuviera cavando fondo. En realidad, sólo ellos podían hacerme sonreír aunque lo único que quisiera hacer, fuera llorar.

Y de nuevo consideré las palabras de aquel chico que me robaba el aliento. Él había hecho todo eso por mí, dejándome en claro que en realidad me amaba. Y yo no podría ser más afortunada.

Detestaba el no saber qué era lo que sucedía. Siempre lo había hecho, y más cuando esto me envolvía.

Tan sólo quería que las cosas entre él y yo quedaran en claro. Quería olvidarme de todo esto. Quería ser feliz a su lado, y solamente eso. Nada importaba.

Sólo éramos nosotros.

Sólo era yo atascada en éste pequeño mundo.

-¡Dios mío! ¿Cuánto tiempo más tenemos que estar aquí?-Louis exclamó desde su silla. Sus manos se elevaron en lo alto, exagerando aún más la situación.

-Aproximadamente una hora más-Zayn musitó aún con los ojos cerrados. Fantástico.

-Sé que él se molestó-irrumpí.

-¿Qué?-Liam se exaltó.

-Sé que lo hizo.

-No podría…

-Eso fue lo único que dejó en claro. Lo arruiné.

-¡Eso no es verdad! Tú no arruinaste nada.

-Dime entonces qué fue lo que sucedió.

-Yo no estuve allí, pero…estoy seguro de que todo es un malentendido. Él está confundido.

-No tanto como yo.

-Te lo aseguro, sí lo está. Vamos, _______. Condujo hasta acá tan sólo para mirarte sonreír, dime tú, ¿qué sucedió?

Bajé la mirada hacia mis piernas. Él tenía razón. Siempre la tenía. Miré fijamente cada centímetro de mis manos, mientras tan sólo asentía con delicadeza.

-¿Puedo decirte algo?

-Seguro-él curveó sus labios, entrecerrando sus ojos en una hermosa sonrisa.

-¿Qué podría ser lo peor que sucediera si él me pidiese ser su novia? ¿Qué es eso que él teme?

-Escucha, esto ya sucedió antes.

-¿Qué?

-Sucedió, es por eso que Niall teme tanto perderte.

-¿Qué fue lo que sucedió?

Él miró hacia sus alrededores, en cuánto tan sólo tomó mi mano, y me levantó junto con él. Me guió hacia la puerta de salida, y permaneció allí.

-Hay cosas que creo que deberías saber.

-Me gustaría saberlas-asentí.

-¿Damos una vuelta? Despejarte estaría bien.

-Seguro.

Él se adentró de nuevo hacia el lugar, podía escuchar como musitaba ciertas palabras hacia los chicos. Una vez cubierto todo, él se posó de nuevo frente a mí.

Tomé varios segundos en observar cada centímetro de su rostro. Sabía que decía la verdad.

-Vamos-pasó una mano por detrás de mi cintura, mientras mecía las llaves de su auto con su dedo índice.

-¿Me lo dirás?

-Por supuesto que lo haré.