Lighters (Niall Horan).

Capítulo 47 [No puedo].

Esa impotencia tan enorme que esos enormes tubos de metal eran capaces de hacerme sentir.

No eran sus ojos…era la manera en la cual éstos me miraban. Me decían mucho más de lo que sus dañados labios eran capaces de decir.

Era aún más hermoso que como le recordaba hace tan sólo un parpadeo de ojos.

-Lo lamento, jovencita. Me temo que tendrá que retirarse-Una fuerte mano se apoderó de mi brazo, ocasionando que los labios de mi pequeño irlandés se separaran de los míos. La odiaba por eso.

-De acuerdo…-susurré. Me giré hacia ella, no estaba de acuerdo con sus propias palabras. Era algo que ni siquiera ella quería.

-Disculpe, señorita-Niall aclaró su garganta mientras se aferraba aún más a los barandales-¿Tiene alguna idea de cuándo podré salir de aquí?

-Un par de horas, joven.

-¿Sirve de algo lo que yo piense?

-Mucho, pero también nos basamos de pruebas.

-¿Qué clase de pruebas?-Preguntó confundido.

-Evidencias, entre otras cosas.

-¿Usted está enamorada?-Niall preguntó de pronto, ocasionando que ambas abriéramos nuestros ojos como platos.

Coloqué una mano encima de mis labios, evitando una sonora carcajada que éstos abandonarían mi ser en cuestión de segundos.

-¿Por qué lo pregunta?-Ella se dirigió a él con indiferencia.

-¿Qué sería usted capaz de hacer por la persona que ama?

Esa pregunta me había llegado al corazón. Directamente al corazón. Éste chico estaba lleno de razón.

-Me temo que lo haría todo.

-Yo también lo haría todo por estar allí afuera, con esa chica. Usted es demasiado afortunada de estar justo a su lado-Sonrió adorablemente.

La policía me miró entre carcajadas, y tan sólo codeó mi brazo con delicadeza.

-Tienes un novio muy lindo.

Tragué saliva en cuanto escuché sus palabras. Él me miró de reojo, y tan sólo esperó una respuesta.

-Y yo tengo la novia más linda-Niall susurró.

-¿Novia?

-¿Novio?-Él imitó mi tono de voz.

Mis ojos se nublaron en cuanto mis manos hicieron contacto con las suyas. Él se apegó hacia mí, siendo lo suficientemente cercano a mí como para ocasionar que mi corazón se alterase un poco más.

-Jamás me pediste ser tu novia.

-¿Qué?

-Jamás me lo pediste.

-Cosita…-él susurró-lo lamento.

-Descuida.

-¿Estás molesta conmigo?-Él elevó mi barbilla con su dedo índice.

-¿Cómo podría estarlo? ¿Sabes en el lugar que te encuentras?-Me noté obvia al referirme a la estación de policía.

Era adorable como él se veía dispuesto a darlo todo por ésta soñadora e insegura chica.

-Lamento no haberte pedido esto antes-susurró.

-No tienes que disculparte.

-Te amo, cosita. Es sólo que…me pone muy nervioso el hecho de estar junto a ti.

-¿Nervioso?

-¿Haz notado como el aire me falta al hablar contigo?-Él sonrió.

Mi corazón se detuvo.

-Te entiendo.

-No es que yo no hubiese querido pedírtelo. ¡Al contrario! Te amo, y una simple pregunta no lo va a cambiar-susurró.

-Te amo.

-Aún tengo un par de cosas que decirte-soltó una risita piadosa.

-¿Qué clase de cosas?-le sonreí.

-Es más bien, una pregunta.

-He estado esperándola desde que te informé que me mudaría.

Él bajó su vista hacia el suelo. Miró sus zapatos, y comenzó a pisarlos con nervios. Era tan yo.

-Yo…no puedo.

-¿Qué cosa no puedes?

-No puedo. Yo…no puedo-caminó sobre sus pasos, y golpeó contra la pared. Su cuerpo se estampó sobre ella, y se dejó caer hacia el suelo. Pegó su espalda a la pared, y tan sólo echó su cabeza hacia atrás.

-¿Niall?

La policía tomó mi brazo. Ésta vez con precaución.

-Será mejor que salgamos ya si no queremos problemas, pequeña-ella susurró con delicadeza.

Yo asentí con mis ojos nublados. Tan sólo me dejé guiar por sus brazos. La luz de la parte posterior de la habitación iluminó mis brillantes y llorosos ojos.