Harry de nuevo comenzó a acariciar mi aparentemente tobillo lastimado. Remarcaba el contorno de éste con su dedo índice, una y otra vez, dejándome en claro lo mucho que se preocupaba.
Al parecer, mis palabras le habían desilusionado. No tanto como lo habían hecho conmigo.
Echó su cabeza hacia atrás, ocasionando que sus rulos cubrieran su rostro, y en un rápido movimiento giró su cabeza, acomodándolos de la manera más perfecta del mundo. Mi corazón se agitó.
Me miró como si yo me tratara de un pequeño gatito bajo la lluvia. Dio un largo suspiro, y después añadió:
-Yo sé lo fuerte que eres, y que puedes llegar a ser.
Tan sólo curveé mis labios en un suspiro, y le agradecí con la mirada.
-Serán unas largas cinco horas-susurré mientras elevaba mi vista hacia el iluminado techo.
-Díselo a ellos-Harry apuntó con su mirada hacia los chicos.
Louis sostenía una revista femenina con ambas manos, mientras controlaba la risa a carcajadas. Liam tan sólo tambaleaba sus dedos sobre el borde de la silla, ansioso y demasiado nervioso, demasiado, tanto como yo. Zayn tan sólo había echado su cabeza hacia atrás, y sus ojos se habían sellado. Sus pestañas acobijaban aquellos hermosos y grandes ojos de color marrón.
-Ya lo veo-Ambos comenzamos a reír a carcajadas.
-Vamos, ¿tienes hambre?-Él preguntó con una enorme sonrisa.
-No creo que alguien haya dejado comida.
-Vamos, una mirada no daña a nadie-soltó una carcajada.
Pasó su mano por debajo de mi cintura, y se preparó para elevarme.
-Vamos, yo puedo sola-sonreí.
-¿Segura?-Yo asentí-dame la mano.
Tomó mi mano, y entrelazó nuestros dedos, colocando su mano derecha encima de mi cintura, y preparándose para sostenerme en caso de que perdiera el equilibrio.
Apoyé mis pies sobre el suelo, y traté de disimular el dolor mordiendo mi labio inferior. Éste no era tan grave como hace un par de horas.
-¡Bien!-Él sonrió.
-Vamos-susurré.
-¿Quieres saber cómo es que hemos llegado hasta aquí?-Su mano recorría cada centímetro de mi cintura, mientras que mi mano se posaba sobre su hombro, y ambos caminábamos a un ritmo lento, demasiado lento.
-Estoy ansiosa.
-Niall miró a tu padre salir de casa con algo de prisa, todos nos preocupamos, pero nada como él. Obligó a Liam a seguir el auto.
-¿Qué sucedió?
-Tu padre no detenía la velocidad. ¡Parecía un loco!-él me miró por unos segundos-Lo lamento, no debí decir eso.
-Descuida. Sé que lo está.
-Perdimos de vista el auto, y Niall se decepcionó. No le había visto llorar en un rato.
Mi corazón se estremeció ante sus palabras.
-¿Qué sucedió después?
-Nos fuimos de allí. Nos arrepentíamos al segundo. El celular de Niall comenzó a vibrar en cuanto las luces de semáforo cambiaban de color. Los autos comenzaron a detenerse, y los cláxons ya estremecían mis oídos. Fue allí cuando apareciste tú.
Y sin querer, una lágrima ya brotaba delicadamente hacia mi mejilla. Ésta le había hecho brotar hasta el suelo.
-Niall jamás había amado a alguien como lo hace contigo.
-Él me lo prometió.
Él introdujo unas monedas en la máquina expendedora, la cual tan sólo iluminaba diez de los quince botones aproximadamente. Sus dedos se posaron sobre ellos, y presionaron con fuerza.
-¿Qué te prometió?
-Dijo que nadie, jamás posaría una sola mano sobre mí.
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Lighters (Niall Horan).
FanficEsta novela NO es mía. Derechos reservados a Cassandra Bravo.