Doce.

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—NI DE COÑA. —grité encerrándome en mi habitación dando un portazo.

—Abre la puerta Sara... —se escucha al otro lado.

Diez minutos antes.

No me lo puedo creer. ¡Por qué poquito! El ojiazul me miró sonriendo y se encogió de hombros como diciendo ''Qué se le va a hacer, soy el mejor'' y yo le fulminé con la mirada. 

Capullo, capullo, capullo.

—Taylor, Hayes, Aaron y Shawn a dormir a los sofás. —dijo mi hermano. Se escucharon unos cuantos ''Buenas noches'' perezosos por parte de los chicos que subieron las escaleras. Al fin y al cabo eran las dos de la madrugada.— Nash, escoge.

El muy asqueroso me miró sonriendo malvadamente y me señaló.

—Tú. —dijo con esa estúpida sonrisa que tiene pegada siempre.

—¡JA! —solté.— Más quisieras, he quedado segunda y yo también elijo, y no eres tú bae. —dije lo más segura de mí misma que pude, sabía de sobre que las normas no eran así.

—Lo siento, son las normas. —respondió riendo.

—¡Dani! —me quejé.— No es justo. Yo dormiré con mi hermano. —sentencié muy decidida cruzándome de brazos.

—Ni de coña. —dijo el aludido. ¿Dónde está Chris cuándo se le necesita?— Si quieres dormir con ella adelante, pero te advierto que da muchas patadas, y tratándose de ti probablemente más.

—Lo aguantaré. —murmuró cruzándose de brazos igual que yo y sonriendo aún más. ¿Es que no se cansa?

No se me ocurre nada más inteligente que salir corriendo a mi habitación. A los cinco minutos estaba petando en mi puerta.

—NI DE COÑA. —grité después de echar el pestillo. No sé quién los invento, pero fue un genio. Gracias, genio.

—Abre la puerta Sara... —escuché al otro lado a Nash.

_No pienso dormir contigo. —dije muy seria, aunque sé que no me puede ver.— Así que ya te estás buscando otro compañero.

Hubo unos segundos de silencio y escuche un escueto ''está bien'' y pasos alejarse. Cogí mi pijama y me lo puse. Básicamente consistía en una camiseta que me tapaba lo justo, ya que al parecer iba a dormir sola. Me lavé la cara y los dientes y me solté el pelo dejando que mis rizos cayesen hacia atrás. Al salir del baño me encontré con Nash sentado en mi cama con el pijama puesto.

¿Pero cómo había entrado? Si el pestillo estaba echado.

—Tienes que estar de broma. —susurré mientras me masajeaba las sienes. Este chico me daba dolores de cabeza, de verdad.

—Un trato en un trato. —dijo.— Y tú aceptaste como todos.

—No me hables de tratos Grier, no tú, y no aquí.

Él parece pillarlo y se calló, pero no se movió. Caí en que estaba semi desnuda así que abrí el armario y me puse un pantalón corto de pijama, que ni siquiera se veía con lo larga que era la camiseta pero daba igual, no pensaba dormir en ropa interior con este al lado.

Me tumbé rendida.

—Está bien. Doy patadas y a veces hablo en sueños. Duermo hasta tarde y como se te ocurra despertarme morirás lenta y dolorosamente. —le dije apuntándole con el dedo. Me metí dentro de las sábanas y me puse de espaldas a él.

—Eres un amor, Sara, de verdad. —dijo sarcástico.— Yo no ronco a no ser que esté borracho y suelo abrazar a la gente —me giré y le miré fatal y el comienzó a reír como si le hubiese contado un chiste buenísimo.— Tranquila, si lo hago será inconscientemente.

«Pues procura no hacerlo»

Me acomodé y cierré los ojos.

—Buenas noches Nash. —susurré, ya que ya me estaba quedando dormida.

—Buenas noches Sara. —me pareció escuchar, entonces unos labios dejaron un pequeño beso en mi mejilla, y antes de poder abrir los ojos, caí en un profundo sueño.


Corto, ¡pero tenía muchas ganas de subir! Si os ha gustado ya sabéis, favorito y comentad qué os parece la historia (vaaamos, solo son diez segundos de nada, hazlo por los canguros de Austriala)

Adiós koalas:)

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