Quince.

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Me despertó la canción ''Te entiendo'', de Pignoise. Tardé unos segundos en darme cuenta de que era el tono de llamada de mi teléfono. Oí refunfuñar a Nash a mi lado y me apresuré a cogerlo. Ni siquiera miré quien era y delcolgué.

—¿Hola? —pregunté adormilada.

—¡Pensé que éramos amigos! —gritó una voz al otro lado de la línea, hablaba en inglés.

—¿Perdón? —pregunté aún soñolienta y claramente confudida. Nash me miraba curioso tumbado a mi lado.

—No me puedo creer que te mudes a Estados Unidos y que no me avises, en serio, te va a costar recompensárme. —dijo la voz ofendida, y esta vez la reconocí.

—¡Chris! —exclamé sentándome en la cama dando un brinco como una niña pequeña.— Dios, de verdad que lo siento muchísimo es que con la mudanza y... bueno más cosas, se me pasó por completo. ¡Pero si hasta tengo un post-it en el escritorio para acordarme de llamarte pero nunca me acordaba!

Eché un vistazo a la esquina del dormitorio donde tengo el escritorio y efectivamente, el post-it rosa seguía ahí con un simple ''LLAMAR A CHRIS'' en español. Se escuchó una risa por su parte.

—Lo sé, eres una despistada, si no te conociese me enfadaría.

—Echo de menos hablar contigo. —dije como una niña pequeña haciendo un puchero.

—Sí, hace tiempo que no hablamos. —respondió triste. Él y yo habíamos estado muy unidos desde hacía años pero el último mes apenas habíamos hablado, entre exámenes y líos de la mudanza nos habíamos distanciado un poco, pero seguía siendo mi mejor amigo aunque nunca nos hubiésemos visto en persona.

—¿Crees que nos podremos ver pronto? —pregunté esperanzada. Noté que Nash se removía incómodo en la cama, y era una conversación privada, por lo que me escabullí y bajé al jardín, me senté en el césped y empecé a jugar y acariciar la hierba.

—Por supuesto, ahora estamos mucho más cerca. —dijo mi amigo y casi pude oír como sonreía.

—Chris, ¿a que no sabes quiénes son nuestros vecinos? —pregunté divertida.

—Sorpréndeme.

—Los Magcon.

Silencio.

—Guau. ¿Y qué tal?

Le conté todo desde el primer día hasta este momento. Cuando llegaron a casa por la barbacoa, lo bien que lo pasamos ese día y el siguiente. El día que se enteraron de que era youtuber y cómo se lo tomó cada uno. Cuando Nash rompió mi trofeo, cuando me pidió perdón. Que ahora estamos todo el día peleando. Lo bien que me llevo con los demás. Los piropos de Tay...

—Vaaaaya. Al menos te llevas bien con todos. —solté un bufido y rodé los ojos al escuchar a mi amigo.— Menos con Nash, claro.

—Ojalá estuvieses aquí. Mis padres no llegan hasta dentro de cuatro o cinco días. ¿No puedes venir?

—No, lo siento sweet, pero te prometo que iré lo antes posible. Apuesto lo que quieras a que estas haciendo pucheros.

—BRUJO. —maldito Chris, me conoce tan bien. Sabe que hago pucheros sin enterarme. Me salen solos. Soy la reina de los pucheros.— Ahora en serio, ven cuando quieras, esta es tu casa.

—Está bien. Te tengo que dejar, nos vemos pronto, te lo prometo. —me dijo apurado.

—Adiós, te quiero.

—Y yo pequeña.

Y colgó. Cuando volví a la casa fui directa a la cocina tarareando la canción que me había despertado. Estaba de muy buen humor gracias a la llamada de mi amigo.

—¿Y ese buen humor? —preguntó Nash, que desayunaba en la isla. Me puse de puntillas para coger cereales y un bol y lo mezclé con leche. Me senté enfrente de él y sonreí sin responder.— ¿Quién... quién era?

—Un amigo. Hacía tiempo que no hablaba con él. —respondí y seguí tarareando el estribillo.

—¿Amigo? —preguntó dudoso.

—Sí Grier, amigo. —contesté divertida. Si supiese que ni siquiera nos conocíamos en persona... La gente en general no cree en ese tipo de amistades, pero yo sí.

—Buenos días. —saludó Gilinsky mientras entraba en la cocina con cara de sueño. Me besó en la mejilla y sonreí.— ¿A qué viene tanta felicidad?

—Hablé con Chris. —contesté. Él asintió y se marchó con su tazón de leche y cereales. Acabé el mío y subí a mi habitación a darme una larga ducha.

N A S H   P O V.

Escuché una guitarra eléctrica sonar. ¿A estas horas? Imposible. Me di cuenta de que Sara se movió a mi lado y cogió su teléfono.

—¿Hola? —preguntó con voz de sueño.

—...

—¿Perdón?

—...

—¡Chris! —exclama sentándose en la cama.— Dios, de verdad que lo siento muchísimo es que con la mudanza y... bueno más cosas, se me pasó por completo. ¡Pero si hasta tengo un post-it en el escritorio para acordarme de llamarte pero nunca me acordaba! —dijo emocionada.

—...

—Echo de menos hablar contigo. —dijo Sara apenada. ¿Con quién hablaría?

—...

—¿Crees que nos podremos ver pronto? —preguntó como una niña pequeña haciendo un puchero. Yo la observé atentamente, no lograba escuchar lo que decía el tal Chris. Sara me miró y se marchó de la habitación para seguir hablando. No me cuadraba que hablese con alguien más en inglés, sólo nos conocía a nosotros por lo que yo sabía.

¿Sería el repartidor? Aunque por la conversación tampoco me cuadraba... Decidí darme una ducha rápida aprovechando que el baño del pasillo estaba libre. Cuando acabé me cambié de ropa y bajé a comer algo a la cocina, y de ahí a un rato llegó ella con una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Y ese buen humor? —pregunté. Me sonrió pero no contestó. Vaya que está contenta.— ¿Quién... quién era? —volví a preguntar dudoso. Dudoso, no celoso.

—Un amigo. Hacía tiempo que no hablaba con él. —contestó mientras tararea una canción que no me sonaba de nada.

—¿Amigo? —volví a preguntar. ¿Por qué me interesaba? La odio.

''Claro que no la odias'' dijo una vocecilla en mi cabeza, pero le cerré la boca con una cremallera.

—Sí Grier, amigo. —respondió divertida. ¿Acaso le hacía gracia?

—Buenos días. —saludó Jack mientras entraba en la cocina. Le dio un beso a Sara en la mejilla, esta sonrió abiertamente.— ¿A qué viene tanta felicidad?

—Hablé con Chris. —contestó aún más feliz. Él asintió como si supiese quién era ese tal Chris y se fue al salón con su bol de cereales con leche.

Ahora mi pregunta es: ¿Quién es ese Chris y por qué Gilinsky sabe de él?

Lo prometido es deuda, aquí tenéis la aparición especial de Chris Collins (Y yo me acostumbraría a su presencia, ahí lo dejo).

Muchas gracias por leer y por votar (más de 600 leídas, más de 100 votos, es mucho jo *carita llorando de felicidad*)

Subiré en cuanto pueda:) ¡Hasta pronto koalas!

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