Siete.

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¡Esto es un especial por superar las 100 leídas! No tenía pensado subir más hoy, pero me he emocionado y aquí os traigo un pequeño maratón.

Cuando acabe la maratón, subiré cuando reciba 10 votos y 5 comentarios. ¡Gracias!

Me levanté gracias a mi móvil. Era un mensaje de mi madre, que me decía que pasarían el día fuera. Qué raro (nótese la ironía). Desde que hemos llegado apenas están en casa.

Fui a levantar a Dani y preparé el desayuno para ambos, que tomamos viendo Bob Esponja.

En inglés no es lo mismo.

A las once y media estábamos en casa de los chicos. Jack Gilinsky me recibió con un gran abrazo y yo sonreí al sentirme tan pequeña. Era enorme, en serio. Te envolvía con sus brazos. Había chicos tirados en los sofás y otros en la piscina. Saludé a los de dentro y fui a saludar a Nash, Shawn, Carter y Matt que estaban en la piscina. Iba tarareando la canción de Bob Esponja y cantándola en castellano en bajito, por lo que al pasar al lado de Shawn me miró raro.

Cerca la piscina había un balón de fútbol y no pude resistirme, hacía mucho que no jugaba. Lo elevé y empecé a dar toques, al vigésimo tercero el balón se me cayó. Volví a empezar y se lo pasé a mi hermano, que lo controló con el pecho y me lo volvió a pasar. Me pareció oír a Carter decir que se había enamorado de mí.

—Chicos, ¿echamos un partido? —pregunté entusiasmada.

Todos dijeron que sí, fui a avisar a los de dentro y también dijeron que sí a los dos segundos. Los equipos eran:

Los guapos (nombre puesto por ellos) formado por: Taylor, Johnson, Hayes, Dani, Carter y Cam.

Los truenos, formado por: Aaron, Nash, Gilinsky, Shawn, Matt y yo.

Ganamos nosotros. Entre lo rápidos que eran Matt y Aaron, el buen portero que era Shawn, las zancadillas que metía Gilinsky, lo que estorbaba Nash y los furazos que metía yo, ganamos a la media hora con el marcador 15-9.

Sonó la alarma de un móvil que indicaba que el tiempo se había acabado y alguien me cogió de la cintura y me sentó en su hombro: Jack.

—¡Tenemos nueva pichichi! —gritó. Yo me reí viendo como todos los del equipo contrario me intentaban mirar mal, pero no lo lograban.

—Habéis hecho trampas. —dijo enfadado Jack el rubio.

—Vamos, por favor. Ella solita os hubiera ganado. —contraatacó Jack el moreno mientras me bajaba al suelo y yo chocaba los cinco con todos los de mi equipo.

—¿Un baño? —preguntó Hayes, que parecía ser el único que se había tomado bien la derrota.

A todos nos pareció bien. Me quité la ropa y me quedé en bikini, algo avergonzada porque todos se me quedaron mirando. En serio, a alguno le iba a caer la baba.

—Tíos, esto empieza a ser incómodo. Es mi hermana. —dijo Dani, y todos reímos, yo un poco nerviosa.

—E-Es que ma-madre mía. —tartamudeó Taylor. ¿Taylor tartamudeando? ¿En serio? Esto tiene que ser una broma.

—Chicos, ni que no os sobraran chicas por cada costado. —dije riendo intentando que volviesen a la Tierra, pero ellos no despegaban sus ojos de mi cuerpo.— Me voy a volver a poner la ropa. —decidí en voz alta.

—NO. —gritaron Aaron y Jonhson. Yo me reí.

—Al menos disimulad un poquito, vosotros también estáis buenos y no os como con los ojos. —dije algo cortada. Carter, Taylor y Johnson me seguían mirando descaradamente.

California » Magcon Boys » EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora