Diecinueve.

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Me había comido casi una pizza yo sola, pero es que estaba taaaaaan rica con su piña, su atún y su bacon...

Miré a Chris que me miraba divertido.

—Sara, has comido más pizza que yo, no sé como estás tan delgada con todo lo que comes. —me reí mientras me comía ''el último'' trozo de pizza, que luego sería el penúltimo.— Ah, sí, me acordé, porque eres una obsesa del deporte.

—Eso no es verdad, además, he engordado un quilo desde que estoy aquí porque casi no hago nada. —Y es verdad, tengo que ponerme en forma antes de que me de una diabetes por comer tanto azúcar.— ¿Qué te dijo mi madre? —pregunté curiosa.

—Que como me fuese antes de que ella llegara se enfadaría, y que me quedase todo el tiempo que quisiese, que por ella encantada.

—Nunca entenderé porqué mi madre te adora tanto. Hablé con ella un minuto, le dije que estabas aquí y ya no quiso hablar conmigo más.

—Ya, soy el trillizo. —contestó con superioridad y rodé los ojos.

—EH EH EH EH. Solo hay una trilliza y es Nina. —gritó riendo mi hermano. Shawn suspiró.

Le miré rara y le hice una seña a Matt.

—Es que su amor platónico se llama Nina. —explicó. Shawn le dio un codazo en las costillas y Matt puso cara de dolor.

—Háblame de ella. —le pedí curiosa. Había escuchado las canciones de Shawn y estaba claro que en alguien se inspiraba.

—No... no la conozco. Es una viner famosa, de hecho creo que es española. Es tan guapa... —dijo con voz de niño pequeño. Chris, Dani y yo nos miramos entre los tres y me dio un vuelco el corazón. Dani cogió su IPhone de la mesa y buscó algo.

—¿No será esta, no? —preguntó enseñándole una foto de nuestra amiga-trilliza, que es una viner bastante conocida, por la particularidad de que hace dos vines, uno en español y otro en inglés.

—Sí, es ella, ¿por? —preguntó rojo como un tomate. Los tres empezamos a reír descontroladamente y os juro que me caí al suelo por la risa.

No me lo puedo creer, esto es surrealista. —dije en español tapándome la cara y riendo.— Shawn, escúchame, la conocemos. Más que eso, somos como hermanos, por eso la llamamos la trilliza.

—Boh, chicos, no me hagáis bromas con ella... —respondió enfadado.

Subí corriendo a mi habitación y bajé el marco con la foto en que salíamos los tres.

Se notaba que éramos nosotros, en fin, un pelirrojo con una morena de ojos verdes y pelo rizado y otra de pelo rubio y ojos azules verdosos pues...

—¿Pero qué mierda...? —preguntó Shawn y abro los ojos sorprendida. ¿Shawn Mendes diciendo palabrotas? Aún no conoce a Nina y ya es mala influencia.

—Es la hija pequeña de la mejor amiga de nuestra madre. —explicó Dani y Shawn le miró confuso.

—Nos criamos juntos, es unos meses mayor que nosotros. Tengo fotos más recientes. —expliqué y acto seguido le enseñé fotos en el móvil, la foto en la que salimos disfrazadas de Monstruos S.A. , la que salimos muertas de miedo en el sofá de mi casa comiendo palomitas, la que salimos las dos en bata con la toalla en el pelo y mascarilla por la cara, en un parque haciendo caras raras, una con su hermano cuando vino de visita de Nueva York, otra de Dani, ella y yo, mi hermano en el centro y cada una a un lado dándole un beso en la mejilla, otra nuestra con las notas tapándonos media cara...

Shawn empezó a balbucear y se puso rojo como un tomate de nuevo. Pero qué tierno.

—Esto no... yo no... ella... —se miró las manos y dijo muy bajito.— Jo, ahora ya sé como se sienten las fans cuando no saben qué decir.

California » Magcon Boys » EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora