Cuarenta y siete.

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Nate Pov.

El nuevo ligue de Nash le dió un último beso a este (con más lengua que un lickitung) y se fue al fin, dejándonos al grupo original solos, después de mucho tiempo.

Parece que fue ayer cuando Sammy y yo llegamos a Los Ángeles, dispuestos a pasar tiempo con nuestros amigos, y una chica con aspecto de modelo y con malas pulgas nos abrió sólo con una camiseta como pijama y con el pelo desordenado, como siempre.

-¿Quieres, bro? -Carter me ofreció una cerveza y la acepté con gusto. Creo que era la tercera de la noche, y estoy en ese punto en lo que todo me hace gracia, pero no mucha. Y me contradigo a mí mismo también. Al fin oímos la puerta de la casa cerrarse y suspiré en alto.

-¡Al fin! -grité. La tipa, la cual creo que se llama Susan, lleva desde que se fueron las chicas mandando indirectas muy directas a absolutamente todos los presentes, y con Nash delante, que parece no enterarse.

-Esa vocecilla se me metía en la cabeza y daba hachazos a mi cerebro. -Johnson masajeó sus sienes con ambas manos mientras nos reíamos de su comparación. Justo en ese momento Nash apareció en el salón y se sentó en uno de los sillones, echando a su hermano, que se resignó sentándose en el suelo.

No voy a decir nada porque yo hago lo mismo.

-Ya puede ser buena en la cama, tío. -dijo Sammy y unos cuantos asintieron, entre ellos yo.

-¿Qué problema tenéis con ella? -preguntó Nash, pero ni si quiera lo dijo molesto, más bien despreocupado mientras miraba el móvil.

-El problema lo tiene ella sola. -dijo Tay y solté una buena carcajada. En cambio Nash no dijo nada.

Yo soy él, y se están metiendo con mi novia, o lo que sean, y no me quedo tan pancho escuchando como la ponen podre. No si me gusta.

Lo que me lleva a pensar que a Nash no le gusta lo más mínimo esa chica.

Entonces, ¿por qué está con ella?

-Pff, voy a comer algo, que tengo hambre. -dice Matt frotándose la barriga. Desparece por la puerta de la cocina y vuelve al minuto con tres sandwiches. No puede ser, este chico es un saco sin fondo.

-Matt, acabamos de cenar. -dice Aaron divertido mientras su amigo se sienta a su izquierda.

-Hace ya media hora. -responde el rubio y la mitad de nosotros nos reímos, la otra mitad ya están acostumbrados a esos comentarios, supongo.- Nash, ¿qué haces con esa chica?

Me río internamente y aplaudo a Matt. Este chico es demasiado directo, por eso me cae tan bien. Es como un niño pequeño inocente, pero cuando quiere decir algo lo dice.

Doy un largo trago a mi cerveza mientras espero la respuesta del ojiazul, que últimamente está más raro que un delfín naranja. Normalmente está raro como un perro verde, pero ya ha superado esos límites.

-¿Acaso no puedo?

-Es una repelente. -dice Hayes mientras teclea en su móvil.

-Además, yo tenía todas mis esperanzas puestas en Sash. -añade Matt y me río de la estupidez del chico y de la cara de Nash, aunque en realidad no me hace tanta gracia.

-¿Sash es real? -pregunta Taylor alterado y Matt asiente mientras empieza su segundo sandwich.

-No, claro que no. -dice el ojiazul.- Es... Sara. Ella y yo no saldríamos nunca.

Puedo detectar varias caras de alivio entre los presentes, pero yo no me lo trago.

-¿No te atrae Sara? -pregunto despreocupado. Quizás me haya quedado demasiado despreocupado y se note que estoy disimulando.

California » Magcon Boys » EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora