UN GAMER Y UNA CANTANTE (VEGETTA y TU) ~en edicion~

Capítulo 48

Narra ____

Salí de mi casa, directa a la de Samuel. Llegué, llamé al timbre y Cheeto abrió la puerta.

Ch: Holah ____, vieneh a buscar a Samuel, ¿no? - Preguntó.
_: Hola Cheeto, y si. -Respondió.
Ch: Eta en suh habitación. - Dijo poniendo cara de pervertido. Yo le di un suave puñetazo en el hombro mientras pasaba dentro de su casa.

Subí arriba -donde se encuentra la habitación de Samuel- puse mi oído en la puerta, para saber si esta grabando. No oí nada, a si que dí dos suaves golpes en la puerta con mis nudillos. Se oyó un <<¡Pasa!>> de Samuel. Abrí la puerta y entré.

Esta sentado en su cama, como los indios, con el ordenador. Estará editando.

Sa: Hola princesa. - Sonrió
_: Hola Samu. - Dije sentándome al lado suya. Está volviendo a enviar un correo a Sony Company para que le den el Until Dawn - Tengo una sorpresa para ti. - Dije con voz cantarina.
Sa: ¿El qué?
_: No sé, míralo tú. - Dije encogiéndome de hombros, mientras le doy la bolsa donde esta el regalo.

Sacó el paquete, lo abrió nervioso y vio lo que era. Se le iluminó la cara y tenia un brillo en los ojos inexplicable. Me abrazó y me dio un corto beso en los labios.

Sa: Por fin tengo el Until Dawn. Los de Sony no me lo querían dar. - Dijo aliviado.
_: Ya.
Sa: ¿Lo sabías? Si no te lo he dicho - Me interrumpió.
_: Les convencí de que no te lo dieran. Me costó la vida convencerles. Que cabrones, más que los de Ubisoft - Dije graciosa.
Sa: Ahhhh, por eso al principio me decias que no lo pidiese, que era una mierda. - Dijo riéndose de mí.
_: Claro... Te tenia que convencer, y como no me hiciste caso, pues les dije a los de Sony que no te lo dieran. Que eres muy malo. - Dije apoyando mi cabeza en su pecho. El me acaricia el pelo.

Nos quedamos así durante un tiempo. Hablando de cualquier cosa. Vio el papel que hay en la bolsa.

Sa: ¿Y esto? - Dijo confundido.
_: Es un intento de carta de amor. No te lo tomes enserio. Dentro de unos días te doy la definitiva. - Le sonreí - Léela si quieres. Te vas a morir de risa. - Dije señalandole la carta.
Sa: Verás... - La abrió. - Querido Samuel. - Dijo imitando mi voz. - Por la mañana no desayuno porque pienso en ti. Al mediodía no almuerzo porque pienso en ti. Por la tarde no meriendo porque pienso en ti - Me miró intentando no reírse. Había leído lo siguiente - Por la noche no duermo porque tengo hambre - Dijo sin parar de reírse. - Eres una loquilla - Dijo pasando su brazo por mis hombros.
_: Pero me quieres. - Dije mirándole a los ojos.
Sa: Sip - Dijo remarcando la "p". Después me dio un beso en la frente.

...

Estoy en mi casa ya. Leyendo y abriendo las cartas y regalos de mis fans. Llevo cuarenta y cinco minutos así. Me canso y guardo las cartas que he leído. Me encuentro en el cajón donde las voy a guardar una libreta que hacía años que no la veía. Me acuerdo perfectamente de ella. No es muy grande, ni muy pequeña, de cuadros y con la portada en verde. Llamo a mi hermano. Cuando llega se la enseño.

_: ¿Te acuerdas? - Dije dándosela.
P: Claro. Como no.

Esa libreta la compramos cuando vine de Argentina, unos meses antes de que se fuera a Turquía. La compramos para planear un viaje que queríamos hacer a Londres. Más que nada queríamos ir allí para ver el Harry Potter Tour, y ya de paso hacer un poco de turismo.

Estuvimos riéndonos un rato, ya que en muchas páginas hay dibujos que hemos hecho. Y no dibujamos muy bien que digamos. Hay dibujos en los que salimos nosotros, otros de cosas que queremos ver... Pero los más abundantes son de pollas. Los hemos contado, en total hay 43.

Terminamos de ver lo que hay en la libreta y la guardamos. Bajamos a ver que hacían los chicos. Lo de siempre, ver la tele.

_: Chicas, ¿ensayamos alguna canción? - Pregunte a Alba y a Sonia.
So: Vale - Afirmo.
Al: Va. ¿La de Chandelier? Hay una nota a la que no llego.

Subimos a la buhardilla. Cogí tres sillas y el piano. A esta canción no la hemos puesto coreografía. (Multimedia)

N/A : Tu eres la que está de espaldas a la cámara. Sonia la del pelo azul y Alba la del pelo rosa.

...

Terminamos de ensayar y bajamos con los chicos. Como es la hora de merendar lo están haciendo. Recordé lo de la carta de amor y empecé a reírme.

Da: ¿De que te ries? - Preguntó.
_: De nada... Cosas mías. - Dije parando de reír.