Me levanto gritando, empapada en sudor, y algo desorientada.
Miro al reloj, viendo que faltan diez minutos para que suene la alarma, pero decido no ir a clases después de lo de ayer. Por lo que únicamente me ducho y vuelvo a la cama.
Una hora después me suena el móvil. Es Luis. Seguramente me pregunta por que no he ido, pero no tengo ganas de dar explicaciones así que no contesto. Me doy la vuelta en la cama, dispuesta a volver a dormir, pero a la media hora me doy por vencida y decido levantarme.
Cojo el móvil y lo primero que me salta de notificaciones son las más de diez llamadas perdidas de Luis. ¿Qué le pasa? Tampoco es tan grave faltar un día a clase, aunque es cierto que yo intento no faltar.
Le devuelvo la llamada y al primer toque contesta, pero no habla, se oye el murmullo de clase y pide perdón para salir del aula.
Cuando por fin se pone, directamente me pregunta por Cami.
-¿No está en clases? -pregunto. Pero supongo que es una pregunta demasiado tonta, y el no hace más que gritar cosas que no logro entender, empezando a ponerme nerviosa -. ¡Luis, para! ¿Qué le ha pasado a Cami?
Suspira intentado tranquilizarse, mientras de fondo se oye una puerta y pasos acercándose. Sólo se oyen susurros hasta que le pasa el móvil a Eric mientras Lucas se queja de querer hablar él. ¡Parece un crío!
-Esto.... -la voz de Eric se oye al otro lado del teléfono -. Ella no contesta, y cuando Luis fue a recogerla no abría. Como no contestabais pensamos que estabais juntas -suelta un suspiro antes de continuar -Luis dijo que ayer cuando se fueron estabas mal y quizás fue a acompañarte.
Estoy en shock. No consigo que me salgan las palabras. ¿Donde está?
Pasan unos minutos en los que no hago más que dar vueltas por mi habitación mientras Eric me grita que conteste por teléfono.
-Venir a mi casa, ya.
Sin esperar respuesta cuelgo y me siento en mi cama, intentado buscar una razón a todo esto. ¿Qué habrá pasado? Ayer estaba bien, aunque es cierto que después de que se fueran no hablamos más, y pudo pasarle algo.
Las lágrimas queman en mis ojos, pero lucho por no llorar. Mi jodido orgullo me impide que ellos lleguen y me vean débil.
Me quedo mirando a un punto fijo y pierdo la noción del tiempo. Mis ganas de llorar van en aumento, junto con las de gritar y moler a golpes algo. Pero no me sale nada, hasta que alguna que otra lágrima se escapa de lo impotente que me siento al no saber dónde esta, ni que ha pasado, ni si está bien. ¡Maldita sea, no sé nada!
De la impotencia paso a la ira y me tiro de espaladas en la cama mientras agarro un cojín y grito con todas mis fuerzas tapando mi boca con él.
Cuando se oye el timbre, corro escaleras abajo. Entran Lucas y Eric, quienes me miran y arquean las cejas, por lo que miro mi ropa, dándome cuenta de que sigo en pijama. Y yo duermo en camiseta ancha y bragas. Siento como el rubor se apodera de mi rostro y pido perdón un tanto avergonzada, pues no me había acordado de cambiarme.
Por último, entra Luis, con una pésima cara y en cuanto me ve me abraza. Cuando empiezo a notar mis ojos húmedos le suelto y me subo con la excusa de cambiarme de ropa, pues se que lloraré en cualquier momento. Y tampoco me apetece que esos dos me sigan viendo medio desnuda.
En cuánto entro a mi cuarto está un collage con fotos de las dos junto al otro en el que aparecemos los cuatro, fue un regalo suyo y de los chicos por mi diecisiete cumpleaños. Me quedo de pie en la puerta mirando el nuestro, lo que hace que sin poder aguantar más las lágrimas me siente junto al marco de la puerta, perdiéndome en esas fotos.
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Bad Vibes. #Wattys2021
Romance¿Amor? No. Esa palabra para ella no existía. ¿Promesas? Nunca. Eran cosas en las que no creía. ¿Hombres? Jamás. Era en lo que más le costaba confiar. Así era su vida. Así había aprendido a protegerse para no volver a sufrir. Pero ella no esperaba q...