ERIC POV.
El sudor resbala sobre mi torso desnudo y la música inunda toda la estancia mientras sigo machando mi cuerpo, en un intento desesperado de despejar mi mente. No tengo idea de la hora que es, he perdido la noción del tiempo, pero no me importa, ahora mismo el deporte es lo único con lo que consigo disminuir, aunque sea un poco, la ira que siento por mi mismo.
Han pasado dos días desde que me desperté y me di cuenta de la tremenda estupidez que había cometido. No sé como fui capaz de echarla. La eché de mi casa aún cuando ella era lo único que necesitaba... y todo por el maldito orgullo, y porque estaba tan dolido que no pensé en la gravedad de esa acción. Y para que mentir, el alcohol ayudó para que se me soltará la lengua.
He pasado el fin de semana intentado hablar con ella, pero no he podido, únicamente me atendió el teléfono una vez; la mañana después de lo sucedido. Pero no duró ni cinco minutos. Me cortó diciéndome que no había dormido y necesitaba descansar.
Sé que en eso no mintió, estoy más que seguro que al igual que yo en estos días separados no ha conseguido dormir bien. Y si ella lo hace, seguramente la atormenten las pesadillas, y me mata no poder estar junto a ella para calmarla. Me dijo que yo era el único que consigue sacarla de ellas, que soy el motivo de que ya no las tenga. Esa idea me encanta, me encanta darle esa protección, y me encantaría hacerlo en todos los sentidos, pero saber que ahora yo soy el motivo de que hayan vuelto me consume.
También sé que estaba llorando. Intentaba sonar amable y hacer como si mi llamada no le hubiera afectado en absoluto, pero su voz decía todo lo contrario; se la oía diferente, triste, distante, insegura, dolida, y eso me mata.
El sonido de su voz, y la imagen de sus ojos llenos de lágrimas sin derramar me atormentan, sobretodo en las noches. En esos instantes me matan las ganas de abrazarla como nunca y despertar. Darme cuenta de que todo había sido un sueño, pero no la abracé, no me dejó hacerlo, y mi pesadilla sigue atormentándome.
Luis se la pasa diciéndome que la llame e intente hablar con ella, pero no puedo. No puedo volver a llamarla para que me contesten Camila o Ana y me pongan excusas tales como que está dormida u ocupada. Yo sé que no es así y necesitó hablar con ella.
Me comporté fatal esa noche, no debí echarla, pero gracias a Luis sé que no está enfadada, si no que está dolida, que piensa que ya no quiero nada con ella, que la odio, que la detesto, que lo nuestro se acabó para siempre. Y eso no es así, pero no quiere escucharme. ¡Nunca quiere escucharme! Gracias a Luis también sé que él y Cami están algo distantes por lo ocurrido. Y es igual con Angy. Por ese motivo llevó todo el fin de semana intentando cambiar esa situación, pero no lo consigo. He hecho todo lo posible para lograrlo, desde echarlo de mala manera de mi casa a decirle la cosa más hiriente que se me ha ocurrido, pero nada. ¿Acaso es masoquista?
En ese momento la música se detiene, obligándome a dejar mis pensamientos a un lado y abandonar el ejercicio al que estoy sometiendo a mi cuerpo.
-Das asco, haz el favor de ducharte -dice Luis en tono burlón, mientras me observa divertido apoyado en el marco de la puerta de la habitación.
-Y tú haz el favor de devolverme mis llaves y largarte -escupo.
Esa es otra; desde ese día apenas sale de mi casa, se adueñado de mis llaves para evitar que salga a perderme de nuevo y se niega a devolvermelas.
-Deja de comportarte como un imbécil -dice aún con una sonrisa estúpida en el rostro.
-Que te marches. ¿Acaso tú novia no te echa de menos?
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Bad Vibes. #Wattys2021
Roman d'amour¿Amor? No. Esa palabra para ella no existía. ¿Promesas? Nunca. Eran cosas en las que no creía. ¿Hombres? Jamás. Era en lo que más le costaba confiar. Así era su vida. Así había aprendido a protegerse para no volver a sufrir. Pero ella no esperaba q...