CAPÍTULO 31.

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ERIC POV.

-Eric -me llama, una voz bastante conocida. Me tenso en el instante. No quería que nadie me viera de vuelta, y aquí estoy, esperando al maldito de Connor en media calle.

-¿René? -pregunto con asombro al observarle con un carrito de bebé.

Asiente en un gesto duro y se cruza de brazos, mirándome entre asombrado y enfurecido.

-Podrías visitarme ya que vienes. ¡Tienes una prima y ni lo sabes!

-Iba a ir -miento, observando de reojo a la pequeña que duerme tranquila.

-¿En qué andas metido? -masculla -. Me han dicho que has vuelto. Eric, que has vuelto con Connor -dice, bajando un poco el tono de su voz, como si no quisiera que nadie le oyera decir eso -. ¿Sabes a lo que se dedica ese chaval? -asiento en respuesta. Sus cejas se elevan asombradas y de pronto no hace más que mirarme con rabia -. ¿Estás trabajando para él!

-No -escupo inmediatamente -. Es... -dudo unos segundos buscando una escusa -. Es un viejo conocido.

-¿Conocido?, ¿de qué mierda conoces tú a ese inútil?

-De cosas -murmuro, irritado -. A ti no te interesa.

Durante unos segundos únicamente se dedica a mirarme fijamente, como si quisiera leerme la mente. Poco después un suspiro pesado escapa de sus labios.

-Ten cuidado, Eric, por favor -dice, y suena suplicante -. Él no anda metido en cosas buenas. Él no es buena compañía en estos momentos...

Mi ceño se frunce con ese último comentario, sin embargo, no puedo pedirle una explicación porque Connor aparece a tan sólo unos pasos por detrás suyo.

-Adiós -digo, antes de dirigirme a dónde está él.

-¿Iras a vernos antes de irte?

-No -me sincero -. Me iré pronto.

Su rostro se transforma en una mueca triste y angustiada, sin embargo, no dice nada más, por lo que con un gesto de cabeza me despido de él y me acerco a Connor.

-¿Eres tú? -susurra una voz a mis espaldas.

Ruedo los ojos con exasperación. ¿A cuánta gente voy a encontrarme?

-Ahora vuelvo -mascullo hacia Connor -. ¿Allan? -pregunto nada más girarme. La emoción y la alegría que me causa volver a verle se filtran en mi tono de voz, y él no tarda en sonreír y abrazarme de manera amistosa.

-Pero bueno -su mirada me recorre de pies a cabeza -. Has cambiado mucho en todo este tiempo.

-Eso parece -respondo con una pequeña sonrisa -. ¿Cómo estás?

-Oh, muy bien, hijo -con la mano hace un gesto restándole importancia -. Mi nieta me da la vida -dice, y con un gesto de cabeza señala a su hija, quien se encuentra con un carrito de bebé detrás suyo.

-Me alegro -despliego una pequeña sonrisa -. Me alegro mucho. De verdad.

-Deja de culparte -dice bastante serio, frunciendo el ceño. Me tenso en el momento -. No fuiste culpable de nada.

-Eso no es del todo cierto... -refuto.

-Si yo te digo que no lo fuiste es que es así -su tono de voz suena a reprimenda -. Hazme caso. Estudia una carrera, casate, ten hijos, vive, se feliz y, sobretodo, olvida esa noche.

-Te tienes el cielo ganado -aseguro, mostrando una pequeña sonrisa.

-Ya -sonríe de vuelta -. Pero cuentame como te ha ido.

Bad Vibes. #Wattys2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora