Bad Vibes. #Wattys2021

CAPÍTULO 28.

ERIC POV.

El ruidoso ruido de una llamada me obliga a dejar mi sueño a un lado. Es tan insoportable que parece traladarme los oídos.

No sé quien demonios llama tan pronto.

Lo primero que veo al abrir los ojos es su cuerpo desvaneciéndose. No tardo en reaccionar y ponerme de pie de un salto, acercándome a levantarla del frío suelo.

-Angy... -la llamo en un susurro tembloroso, pero no reacciona.

Rápidamente me estiro hasta dar con mi móvil en la mesilla y marco el número de la ambulancia, y mientras espero que ésta llegue abrazo su cuerpo con fuerza e intento que abra los ojos, pero no lo consigo.

Apenas y puedo controlar la angustia que hay en mi interior al ver como luce con sus ojos cerrados, su boca entreabierta; tan vulnerable, tan frágil.

-¿Se golpeó la cabeza? -pregunta un enfermero mientras la revisa.

-Sí, creo que sí.

Él asiente en respuesta y sin decir más vuelve a poner toda su atención en ella.

La ambulancia no tarda más que unos minutos en llegar al hospital, y no puedo reprimir soltar un grito frustrado cuando me alejan de ella y me obligan a quedarme sentado en la sala de espera.

Siento extrema necesidad de dar un puñetazo a la pared por la rabia e impotencia que ahora mismo siento, pero reprimo las ganas sólo por el lugar en el que me encuentro, y en su lugar decido llamar a Ana.

-¿Sí?

Una voz masculina contesta al otro lado del teléfono y tengo que mirar la pantalla de mi móvil para comprobar que no me he equivocado de número.

-¿Ana?

-Oh, Eric, ahora te la paso.

El hombre, quien ahora asumo que es Edward, intercambia susurros con ella y segundos después Ana se pone, y por el tono de su voz sé que sabe que algo anda mal.

-¿Por qué no contesta?

-Esto... estamos en el hospital, se desmayó y... -me detengo, incapaz de poder decir algo más. Me dijo que la cuidará y acaba en el hospital.

-Voy -susurra en lo que parece un sollozo.

Por unos minutos me siento en una de las sillas de la sala, impaciente por saber algo suyo, hasta que de pronto Camila me viene a la mente; ella debe saber esto. Sé que me matará si no se lo cuento.

-¿Qué? -escupe Luis, somnoliento.

-¿Estás con Camila? No contesta...

-Está aquí -interrumpe -. ¿Qué pasa?

En ese momento una de las enfermas que entró con Angy pasa por delante de la sala en la que me encuentro sentado, por lo que me apresuro a alcanzarla con la intención de preguntarla por ella.

-¿Cómo está?

-Hay que hacerle algunas pruebas, pero todo indica principios de anemia.

-¿Despertó...?

-Sí, ha preguntado por un tal Eric, ¿eres tú?

-El mismo -respondo -. ¿Puedo verla? -mi tono de voz suena suplicante pero no me importa.

-Aún no, saldrán a avisarte -una mueca se forma en sus labios. -Lo siento.

Asiento en respuesta y ella sin decir más gira sobre sus talones y vuelve a emprender el camino que llevaba antes de que la interrumpiera.