CAPÍTULO 33.

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-Deja de llorar -mi mano agarra la suya en un gesto conciliador -. Mira el lado bueno.

-¡Me va a odiar! -grita, llorando con más fuerza -, he jodido sus sueños.

-¿Luis? -pregunto incrédula. Ella asiente -. No te va a odiar, estuvo un año enamorado de ti en silencio.

-Pero es un hijo -solloza -, un hijo, un hijo...

-No empieces -interrumpo.

Hace dos horas que se entero de que estaba embarazada, y estuvo casi media hora repitiendo "un bebé" con la mirada perdida. Obvio, estaba en shock, pero, para que mentir, a mí me hace ilusión. ¡Voy a ser tia!

-Esto lleva responsabilidades -susurra -, lleva a cambiar nuestros planes de futuro, lo cambia todo, joder, me va a odiar -agarra con fuerza mi mano -. Somos muy jóvenes, me va a dejar, yo no sé ser madre...

Una risita escapa de mis labios mientras niego con la cabeza respecto a todo lo que acaba de soltar mi amiga.

-No te va a dejar, esto es una alegría -una sonrisa tranquilizadora se pinta en mis labios -. Vuestros planes cambiarán, pero no va ser para mal.

-Tú que sabes -escupe -. Tú no estás embarazada, tú no vas a ser madre a los dieciocho y corres el riesgo de que tú novio te deje. En primer lugar porque se encuentra en coma en el hospital y no puede hablarte -dice, con rabia.

-Tienes razón -susurro, y acto seguid retiro mi mano de la suya -. Pero yo sólo quiero que veas que no es el fin del mundo -agrego, intentado que no note lo mal que me han sentado sus palabras.

-Dios, perdoname -sus brazos rodean mi cuello con tanta fuerza que creo que voy a morir ahogada -. Sólo estoy nerviosa, no me hagas caso.

-Tranquila, todo está bien -una minúscula sonrisa se pinta en mis labios mientras me levanto y me acerco a la ventana, ya que quedé con Lucas para que pase por mí para llevarme de nuevo al hospital, pero no le veo -. Entonces, ¿vas a decírselo?

-Sí, pero primero iré al ginecólogo -su vista se posa en mí -. Tienes que acompañarme.

-Claro -respondo sin dudar -. ¿Cuándo?

-Cuanto antes mejor, te enviaré un mensaje.

Asiento en respuesta y en ese momento me doy cuenta de la presencia de aquel hombre al otro lado de la acera. Me tenso en el momento, y aunque fuerzo mi vista por intentar ver su rostro la oscuridad de la calle no me lo permite.

Hace dos días que paso aquello, y en el fin de semana no le volví a ver, por lo que asumí que yo tenía razón y no me vigilaba, pero ahora ya veo que estaba equivocada.

-¿Pasa algo? -la voz de mi amiga me obliga a desviar mi atención.

-No -miento -, sólo que me quedé pensando.

-A ti mi embarazo te hace ilusión, ¿cierto? -asiento en respuesta -. Espero que a él también...

-Vamos, sabes como es, se muere por los niños, imagínate con el suyo.

Eso logra que una sonrisa se pinte en el rostro de mi amiga, y no puedo evitar sonreír con ella.

-Yo empezaré más tarde la universidad... -susurra de pronto, y acto seguido niega con la cabeza, como desechando esa idea -. Él tiene pensado ir a otra, ese si que es un problema.

-No te preocupes por eso -muerdo mi labio inferior, indecisa por contarle que él y Eric tienen pensado ir a la nuestra.

-¿Cómo qué no? -escupe - Si él se va a otra universidad tendrá que mudarse y estaremos separados.

Bad Vibes. #Wattys2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora