CAPÍTULO 29.

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El sol que se cuela por las cortinas me da directo en los ojos, obligándome a dejar mi sueño a un lado. Me doy la vuelta, con la intención de abrazar a Eric, pero en su lugar únicamente está su almohada.

Abro los ojos en el momento en que mis manos tocan el lugar vacío. Ni siquiera está caliente, por lo que tendría que haberse levantado hace un buen rato, por lo que me giro dispuesta a coger mi móvil y llamarle, encontrándome una nota encima de él.

"He tenido que salir pero volveré enseguida. Te amo, canija."

Una estúpida sonrisa se pinta en mis labios al leerla y en ese momento la puerta principal es abierta, por lo que de un salto me pongo de pie y salgo a su encuentro.

—Buenos días —digo, lanzándome a sus brazos.

—Son las doce —responde con una sonrisa en el rostro. Mis cejas se juntan, y desvío mi mirada hacía el reloj en la pared, únicamente para darme cuenta de que lo dice es totalmente cierto.

—Y, ¿dónde estabas?

—Con Ana —responde después de unos segundos en silencio. Mi ceño se arruga —. Vamos a ir a cenar todos juntos ésta tarde.

—Y eso, ¿por qué?

Muerde su labio inferior nervioso y aparta mis brazos de su cuello, para colocar sus manos en los bolsillos traseros de sus jeans negros y fijar su mirada en la mía.

—Para celebrar.

—¿El qué?

—¿Te quieres venir a vivir conmigo? —pregunta. Suena decidido y resuelto mientras una pequeña sonrisa va creciendo en mi rostro.

—¡Claro! —grito lanzándome de nuevo contra él, haciéndole soltar una risita.

Sus brazos me envuelven enseguida juntando nuestros labios, aunque no dura mucho, enseguida se separa y mueve su mano a su bolsillo trasero de donde saca dos juegos de llaves, cada uno con un llavero correspondiente al otro. Me entrega el que tiene forma de llave y él se guarda la suya con la forma de corazón en la que encaja perfectamente mi parte del llavero.

—Lo más cursi de mi vida —confiesa.  Una risita brota de mis labios.

—Y de la mía —sonríe de vuelta.

~

—¡Eric está aquí, vamos! —grito a Camila, quien sigue arreglándose en el dormitorio.

Hace unas horas que vine a su casa para cambiarme ya que dijo querer ayudarme, aunque en realidad no la he hecho ningún caso y me he puesto algo sencillo, es decir, un vestido negro no muy apretado junto a unos tacones a juego, lo mínimo que me pongo siempre de maquillaje y un peinado bastante bonito realizado por mi amiga, que fue lo único que la deje hacerme. Ella quería que me pusiera vestidos demasiado apretados y tacones que destrozarían mis pies nada acostumbrados en menos de media hora.

—¡Camila! —chillo,al oír sonar de nuevo el claxon de Eric.

—Ya, ya —responde mientras baja las escaleras.

Pego un silbido tras recorrerla con la mirada, provocando que se sonroje. Lleva un vestido ajustado de color azul oscuro, que marca todas las curvas que posee mi amiga junto a unos botines negros.

—¿Y Luis? —preguntamos al unísono en el momento en el que entramos al coche.

—Estás bellísima —dice con una sonrisa y deposita un casto beso en mis labios.

Bad Vibes. #Wattys2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora