a favor ➳ h.s (español) || act. lentas

dos.*

[advertencia: fuerte contenido sexual]

"Cariño, lo lamento. Por tercera vez, no quise decir eso."

"Cállate, Grayson " Oriana había tenido suficiente. Colocando su bebida a un lado, tomó su bolso. "Estoy cansada de que me humilles para impresionar a tus amigos. No soy algo que puedes usar cómo un método para conseguir tu ascenso."

"Cariño" él suspiró. "No ahora, por favor, sólo ven y conoce a Alec, después puedes ir a casa."

"¿Puedo ir?" Oriana inquirió. "¿Vas a llamarme un maldito taxi?"

Grayson gimió. "¿Qué quieres de mí?"

"Quiero que dejes de tratarme como un objeto. Estaba tratando de ayudarte hablando con tu compañero de trabajo, incluso hablé muy bien de ti, y vienes y lo jodes todo. No yo. Tú." apuntó su pecho.

Harry los observaba desde la distancia con una sonrisa arrogante crepitando sus labios. La mesa se había dispersado y la mitad se habían ido a integrar a las demás personas, pero todavía la rubia estaba enganchada en su brazo mientras Harry permanecía ahí, con un trago en una mano y un cigarrillo en la otra. Él tomó un trago de su bebida y miró a la chica junto a él.

"Ve a traerme otro trago" dijo lentamente, señalándole el camino con la cabeza y colocando el cigarrillo en el hielo deshecho. Ella ni siquiera protestó y desapareció hacia el bar con su vaso en la mano. Harry se frotó las manos en su chaqueta y arregló el material.

"Padre" suspiró, acercándose al hombre alto con el elegante traje oscuro y con un brazo alrededor de su esposa. "Madre" asintió hacia ella. "Alec"notó que estaba ahí también, y los cuatro compartieron una formal risa.

"¿Cómo te encuentras esta noche, cariño?" su madre le preguntó, pellizcando ligeramente su mejilla.

"Bien" admitió, volviendo a mirar hacia dónde Oriana continuaba discutiendo con su novio. "Muy bien."

"¿Quién es la señorita que estaba contigo?" Alec preguntó con curiosidad.

"Oh" Harry se aclaró la garganta. "Oriana."

"Su nombre es Natalie, Harry" su padre rodó los ojos. "Dios, odio cuando olvidas sus nombres."

"Oh" el cerebro de Harry se percató de su error. "Oh, sí. Natalie. Por supuesto." miró a la rubia que seguía en el bar.

"Es una belleza" Alec aprobó. "Es la hija de Rory.

"¿Fisher?" Harry preguntó, colocando un cigarrillo sin encender entre sus labios que su madre le arrebató inmediatamente.

"Detente" lo lanzó en una planta junto a la mesa. "Es un hábito desagradable, Harry."

Harry sólo sonrió y compartió una mirada divertida con ambos hombres cuándo depositó el paquete en su bolsillo. "Y... ¿Qué planes tienen cuando el evento termine?" le preguntó a sus padres.

"Subiremos al penthouse para seguir tomando" él asintió. "Eres bienvenido si decides acompañarnos."

"A menos que tengas planes con Natalie" su madre sonrió amablemente, inconsciente del doble significado en la mente de un chico de diecinueve años. Harry tenía una buena actividad sexual para tener diecinueve, y su madre no se daba cuenta cómo su padre lo hacía. Él le decía a su padre la mayoría de las cosas que hacía.

"Tenía" admitió. "Pero estoy muy cansado. Probablemente sólo vaya directo a la cama."

"Okay. Pero apenas son las once y media, hijo."

"Llegué a New York anoche" les recordó. "Mi jet lag[1] es horrible."

"Una hora más," insistieron. "Ve y discute tus planes sobre América con Rory."