a favor ➳ h.s (español) || act. lentas

treinta. [*]

If you want to go to heaven, you should fuck me tonight - Halsey. 

Harry observó su cabello bailar en el aire antes de mirarla. Sus pies se detuvieron abruptamente, asomando la cabeza para observar el balcón. Los ojos de Harry se volvieron hacia su novia, quién se hallaba sentada con los antebrazos apoyados en la baranda del balcón. Su largo cabello oscuro se movía al son del viento sobre sus expuestos hombros bajo la brisa mañanera. Oriana solamente usaba sus bragas, no se había maquillado y lucía adormilada. Harry se detuvo, suspirando y frotándose el estómago pensativo. Se mordió el labio inferior y la observó por el cristal, observando la ciudad. 

La noche pasada era un poco borrosa, pero sabía lo que había pasado. Sabía que lo que le había dicho había sido real. Que lo amaba. Harry había experimentado con ebriedad, él sabía que los borrachos siempre decían la verdad. También sabía sobre sus mínimos novios anteriores, sabía cosas sobre el último, pero nada sobre los anteriores a él. Cuando lo pensaba, se daba cuenta de que había muchas cosas que no sabía sobre ella, y tampoco lo difícil que había sido decirle aquello. Oriana había sido lastimada. Sí sabía eso. Pero había madurado gracias a ello. Sus fracasos la habían convertido en una mujer fuerte, pero ahí es dónde Harry se equivocaba. La última vez que se había enamorado había resultado completamente destrozada, y eso era lo que le preocupaba. 

Harry se sentía culpable porque todo lo que hacía era preocuparse por ella. Preocuparse de si estaba bien, de si era feliz y saludable. De si alguien había sido grosero con ella, si alguien había hecho algún comentario que la alterara. Se sintió culpable porque la había visto dormirse la noche anterior y no le había correspondido. Ese era el problema. Harry no le había correspondido. Él solamente se tambaleó en sus propias emociones y no le prestó atención. Ella había estado demasiado borracha como para darse cuenta de lo que pasaba, y solo se acomodó en su lado de la cama y se quedó dormida entre risas. Lo que más le preocupaba era que recordara y creyera que se hubiera burlado de ella por decírselo. Harry se sentía culpable porque ella se sentía de la misma forma. 

Harry la había desvestido y metido bajo las sabanas, dejando un beso permanente en sus labios que quiso profundizar con desesperación, pero estaba estaba demasiado entumecida como para consentir sus acciones. Incluso aunque supiera que lo más probable es que lo hubiera hecho, si tuviera la energía saltaría sobre él, pero él tenía educación.Oriana era preciosa y no iba a aprovecharse de ella. Él la amaba. Y no lastimas a la gente que quieres. 

Le preparó una taza de café antes de volver al balcón, tomando un profundo aliento antes de abrir la puerta. Oriana lo miró de reojo, vestido con unos corredores sueltos colgando de sus caderas. Entrecerró los ojos para adaptarse al sol y le ofreció una pequeña sonrisa, tomando la taza para sentarse frente a ella. Oriana lo miró ligeramente nerviosa e inmediatamente supo que recordaba lo que había dicho anoche. Ella estaba igual de preocupada de que él lo recordara, y Harry no sabía como reaccionar ante sus palabras. 

—Buenos días —habló, su voz sonaba ronca por haberse despertado—. ¿Cómo está tu resaca? 

—Uh —suspiró, volviéndose para tomar la taza. Harry observó su cabello caer sobre su pezón hasta la curva de su brazo. Envolvió los labios sobre el borde de la taza, luciendo tan fresca sin maquillaje. Oriana tragó y asintió—. Muy bien. Un poco de aire fresco siempre ayuda. 

—¿Segura que estás bien? —comprobó nuevamente, sentándose frente a ella. Oriana bajó la mirada hacia su taza en la mesa, y tamborileó las uñas contra el borde mientras vacilaba. 

—Harry... —vociferó, pero él la interrumpió intencionalmente. 

—Yo también te amo —dijo, justo como ella lo había hecho. Oriana lo miró con los ojos abiertos, sorprendida por sus palabras. Ella casi se ahogó pensando qué decir, deteniendo su frase ante de mirarlo con los ojos abiertos. Harry no se inmutó bajo su expresión sorprendida. Él no lo había planeado, pero no había dejado de pensar en ello desde que lo supo—. Quería decírtelo cuando estuvieras sobria. Te lo habría dicho anoche pero no era el momento correcto. Estabas demasiado ebria.