—Señor —un suave golpe en la puerta sacó a Harry de su estupor cansado. Alzó la barbilla y revoleó las pestañas para enfocarse en su asistente, quién estaba de pie en el umbral de su puerta de oficina con una sonrisa cortés en el rostro mientras sostenía la perilla, observándolo regresar a la realidad.
—¿Sí? —Harry se pasó la yema de su dedo índice sobre la frente mientras su otra mano se posó sobre el documento que casi arruga en una bola. Lo hizo a un lado e intentó parecer presentable cuando en realidad lucía medio dormido.
—Solo quería recordarle su reunión del sábado, requiere que esté en San Francisco. ¿Necesita que le reserve un vuelo o lo tiene todo cubierto?
—¿Mi qué? —Harry frunció el ceño, deteniendo cualquier movimiento de su cuerpo para mirar a la mujer bajo sus cejas. Apretó los dientes con fuerzas dentro de su boca fruncida.
—Recibí un correo cuando no estaba la semana pasada... Pero decía que usted sabía de la reunión. Decía que todo había sido discutido en el banquete del mes pasado.
—Es mentira —frunció el ceño cuando recordó—. Oh, sí... Mierda —Harry arrastró, mirando el suelo mientras recordaba la noche del banquete y la responsabilidad de recordarlo al final de la noche- incluso cuando tenía miles de cosas de las que preocuparse.
—Entonces, ¿reservo el vuelo, señor? —Arielle dijo cabizbaja cuando no respondió. Estaba distraído.
—Sí, gracias. A menos que haya otros compromisos, tomaré el jet de la compañía.
—Está bien —Arielle sonrió—. Resolveré eso por usted ahora mismo.
—Gracias... Oh, y si Oriana viene, déjala pasar directamente.
—Okay —repitió de nuevo, cerrando la puertas a sus espaldas justo cuando Harry se reclinó de nuevo en su silla. Estiró los antebrazos a cada lado de la silla y separó las piernas. Balanceó la silla con sus tobillos y se mordió el interior de la boca mientras miraba el reloj. Su madre había mencionado que necesitaría estar en California en una fecha -la cual había olvidado-, pero ahora estaba completamente seguro de que era cierto. Era esta semana y tenía que decidir si mentirle o decirle la verdad. Ahora era el momento perfecto.
Cuando Oriana apareció, Harry se levantó de la silla y la saludó de pie como siempre antes de rodear su escritorio para tomar su cintura. Oriana se puso de puntitas para besarlo cuando él deslizó las manos en sus bolsillos traseros. Sostuvo su cuerpo mientras le sonrió dulcemente. Su corazón aleteó por el beso. Que sus manos estuvieran en su culo y que estuviera abrazándola, era señal que ya no estaba distante y eso no podía contentarla más.
—Hola, bebé —ella tarareó—, ¿estás listo para almorzar?
—Sí. Solo deja que tome mi saco —Harry le dio otro beso, pellizcando su trasero una última vez antes de tomar su saco del perchero. Oriana tomó ese pellizco como buena señal también. Se aclaró la garganta antes de que se diera cuenta, y él deslizó su suave mano hasta la suya, entrelazando sus dedos mientras los guiaba fuera. Conversaron un poco en el elevador y Oriana se acurrucó en su costado, mirándolo de reojo con una pequeña sonrisa adorable que amó. Recibió unas pocas miradas raras mientras conducía a la chica por el piso principal. La chica que había atraído la atención del hombre que todas las mujeres deseaban.
Harry condujo su Mercedes hacia Mon Petit, una cafetería no demasiado lejos de su edificio. Regresaron a la onda francesa y se sentaron al aire libre, dónde él encendió un cigarrillo y ordenó su comida.
Oriana no fumó con él, pero notó que se había fumado casi todos los cigarrillos de su nuevo paquete ya. Y ellos habían estado de regreso por dos días.
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a favor ➳ h.s (español) || act. lentas
Fanfic❝Quiero que me hagas un favor❞ Susurró. ❝Quiero que me lleves arriba y me folles.❞ © spicythot → Traducción al español.