treinta y uno [*]

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Harry rodó hacia su novia, hallando su cuerpo junto a él con ojos entumecidos y manos ansiosas. 

Quiso abrazarla como escape de la luz mañanera que se colaba a través de la ventana, pero bajó el brazo y acarició sus piernas, frotando su rostro sobre su muslo hasta que se despertó, inseguro de lo que pasaba. Él levantó la cabeza, mirándola bajo sus pestañas.. Oriana lo miró con diversión. Harry se peinó el cabello cuando se dio cuenta de que estaba sentada con su ordenador sobre su regazo y con una taza de té en las manos. Había otra en la mesa de noche. Ambos sonrieron ligeramente. 

—Buenos días, cariño —ella se rió de su expresión cansada y Harry frunció el ceño con confusión ante de volver a recostar la cabeza sobre el colchón con una pequeña sonrisa. Sus omóplatos asomándose en su piel. Relajó los hombros y escondió el rostro sobre las sábanas. 

Oriana usaba lentes y aquella bata color crema que tanto le gustaba que usara. No tenía nada debajo más que sus chupones y collar. La oyó tipear en el computador y tuvo curiosidad, rodando sobre su espalda antes de alzar el edredón lentamente. Estiró las piernas y se desplomó soñolientamente a su lado. Posó la cabeza en su cintura y la espalda sobre la almohada, la cual había caído al suelo durante la noche. 

Levantó la barbilla para ver su mano deslizándose por la página—. ¿Qué buscas? —frunció el ceño cuando leyó una palabra rara. 

—Nada —respondió, soltando una risa vergonzosa. Estuvo a punto de cerrar la página para que no leyera el título, pero había sido demasiado tarde. 

—¿Estás buscando consejos de pareja? —preguntó, con una pequeña risa. 

—No. Simplemente es una página. Estoy buscando la estructura del sadomasoquismo, en realidad —confesó, sonriendo incómodamente—. Tengo curiosidad, eso es todo. 

—¿Sobre qué? ¿Y cómo es? —Harry se interesó, sentándose. 

—Sí —habló evasiva antes de apuntar su té—. Tu té está aquí, mi amor. 

—Gracias —Harry asintió y lo tomó, volviendo a sentarse contra el cabezal con las sábanas hasta su cadera, dejando a la vista una pequeña porción de vello púbico. Harry tomó un sorbo y observó la página, queriendo informarse también. Le interesó su curiosidad. Era nuevo en ello, pero quería ser maduro en cuánto al sexo. Odiaba lo inmaduro e inapropiado que era a veces, teniendo a una chica un poco mayor y con mucha más experiencia. Quería impresionarla con su sexo. 

—Entonces... ¿quieres probar alguna de estas cosas? —inquirió, tirando de su labio inferior mientras leía. 

—Sólo quiero saber del tema —Oriana suspiró, girando la cabeza—. Nuestro sexo se está poniendo mucho más... ya sabes, aventurero diría yo. Quiero poner etiquetas en algunas cosas antes de que hagamos algo que nos incomode. Creo que deberíamos hablar de ello, nada más. 

—¿Hablar sobre sadomasoquismo? —frunció el ceño. 

—Hablar sobre nosotros —corrigió con una pequeña sonrisa, apoyando la cabeza sobre la cama cuando Harry la observó humedecerse los labios. De repente se dio cuenta de que usaba lentes, a él le encantaba cuando lo hacía. La hacían ver hermosa. 

—Bien —sonrió, deslumbrado por ella sin siquiera ser las siete de la mañana. No llevaba maquillaje y su cabello estaba enredado, pero nunca había visto a una mujer más hermosa. El maquillaje le daba confianza y sensualidad, pero simplemente adoraba cuando se mostraba natural. Cuándo era espontanea a su alrededor. 

Oriana le dio una suave sonrisa ladeada antes de volver a mirar la pantalla—. Solo creo que puedes saber bastante dominante en lo que nos refiere. Creo que estás confundido... —argumentó, refiriéndose a su ceño—... pero, he estado viendo algunas cosas que se parecen a ti. 

a favor ➳ h.s (español) || act. lentasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora