×V E I N T I O C H O×

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Adam.

Tocaba y tocaba la puerta de su casa y nadie abría; me salté la valla de su patio y me metí por la cocina.

« Perfecto. Ahora pensaran los vecinos que soy un ladrón. »

Fui directo a su habitación, sentía la urgente necesidad de disculparme.

— ¿Jos? —fue lo único que pude articular al entrar al cuarto.

—Hola. —me saludó recostado en la cama.

— ¿Y Sofía?

—Salió con su mamá hace como media hora. —dijo.

—Agh. ¿Crees que tarden?

—No lo sé, ¿por qué la pregunta? Claro, si se puede saber. —dijo amablemente.

—No sé si deba contarte.

—Tal vez te pueda ayudar. —me sonrió.

— ¿Eres romántico o cursi para pedir disculpas?

Se sentó en la cama y me miró. —No mucho, pero algo sé. ¿Te peleaste con Sofí?

—Digamos que la ignoré los últimos dos meses.

—Uy, ¿y eso?

Si tan solo supieras, niño chiflado. —pensé.

—No lo sé, solo lo hice y ahora me arrepiento.

—Eso no es normal, Adam. Debe haber un porqué. ¿O es que Sofí te gusta? —me dijo de alguna manera... Hmm ¿Picarona?

Lo más seguro es que me haya tornado de un rojo carmesí. —No —me miró mal—. Bueno sí.

—Te ayudaré —me sonrió—. ¿Tienes alguna guitarra? —asentí—. Pues tráetela y también una cartulina y plumones.

— ¿Sabes cuál es su canción favorita?  —añadió.

—Claro que si. —respondí.

Esto se pondrá interesante.

×××

Sofía.

Ya era demasiado tarde, mamá se había enojado conmigo hace unos días por haberme ido sin decirle nada, y ahora me había obligado a acompañarla a hacer unas compras y ella siempre tarda demasiado.

Me vine sola a casa, pues ya pasaban de las diez. Me coloqué el pijama y me dispuse a dormir, pero unos golpes en la ventana no me dejaban conciliar el sueño.

Tal vez es mamá y se le olvidaron las llaves. —pensé.

Me asomé a la ventana y estaban en la acera de la calle, Adam con ¿Jos?

Tan cansada estaba que no me había dado cuenta de que José no estaba en mi habitación.

Abrí bien la ventana para poder ver bien, Jos sostenía una guitarra mientras Adam tenía un cartel que decía "¿Quieres ser mi novia?" y un gran bonito ramo de flores.

— ¡Hey Sofí! Esta va para ti. —gritó Jos.

Adam se veía nervioso, bueno, los dos se veían nervisos.

—Me pierdo en el recuerdo del silencio que ilumina tu cuerpo, y en esa gran sonrisa que dibujas en tu cara también —cantaba Jos mientras tocaba la guitarra. Dios, en algún momento voy a explotar—. Abre los ojos quiero ver los más profundo de tu ser. Eres mi amanecer, eres mi atardecer, eres la estrella que guía la luz de mi vida al anochecer —empecé a llorar. Si, soy muy sentimental—. Eres mi amanecer, eres mi anochecer, lo que yo un día pedía lo tengo en mi vida y hoy estas aquí, junto a mí.

No lo pensé dos veces.
Baje corriendo hacía donde ellos estaban.

Estaba claro, a Jos le gustaba y se me había declarado.

Una vez a fuera corrí hasta Jos y lo abracé.

— ¡Si Jos, si! Si quiero ser tu novia.

Me correspondió al abrazo, pero el no dijo nada.
Pude ver que Adam tiraba el cartel.

Jos y yo nos separamos, Adam me dio el ramo. —Felicidades. —susurró y comenzó a irse.

Le grité a Adam. —Hey, ¿no vienes acá? —el negó y se fue.

—Ehm, Sofí tengo que decirte algo...  —me dijo Jos.

—Shh —le puse mi dedo indice en sus labios—. Luego me dices. —sonreí y lo llevé a casa.

Entramos a casa y el se sentó en un sofá.
Coloqué el ramo de flores en un florero para ponerlo en la sala.

— ¿Dónde estabas? ¿Ya cenaste? —le pregunté.

—Oye, tranquila —rio—. Estaba con Adam y no tengo hambre. Sofía en serio necesito decirte algo.

—Uhm, claro. Solo vamos a mi habitación, mi mamá no ha de tardar en llegar.

Una vez en mi cuarto, él se sentó en la cama y yo a un lado de el.

—Por cierto, gracias por lo de hace un rato. Fue muy lindo el detalle, las flores, la canción, ¡gracias!

—Eh... denada.

— ¿Qué me ibas a decir?

—No, nada.

— ¿Seguro? —el asintió animadamente.

—Tengo mucho sueño, ya me voy a dormir —dijo y se acomodó en las cobijas que había colocado en el suelo—. Buenas noches, Sofía.

Apagué la luz de la habiación y me recosté en mi cama. —Buenas noches José.

×××

Desperté por el molesto ruido de mi alarma.
Me alisté para irme a la escuela, mientras Jos seguía dormido como un oso perezoso.

Baje a la cocina y me serví un vaso con leche.

— ¿Y esas flores? —dijo mi mamá y me sobresalte. Ella rio.

—Me las trajo ayer Rodrigo. —le dije.

— ¿Ah si? Me hubieras avisado para conocerlo.

—Llegó de sorpresa —hice una mueca —. ¿Ya nos vamos?

Ella asintió y fue por las llaves del coche de su trabajo.
Tomó su bolso y me llevó hasta la preparatoria.

×××

—Odio la escuela. —aventé mi mochila hacia algún rincón de mi cuarto.

— ¿Qué tienes? —preguntó José divertido.

—Examenes finales, eso es lo que tengo. —me recosté en la cama y Jos se puso a mi lado.

— ¿Tan difícil es?

—Si pones atención, no. Pero ¡hello! estas hablando con la chica más distraída que puedas conocer.

— ¿Y tus amigos?

— ¡Pff! Ellos estan peor que yo. —dije y nos quedamos callados un rato.

—Sofía, necesito hablar contigo.

—Jos, ahora no. Me duele la cabeza, perdón.

Cerró los ojos y se volteó boca abajo.

×××

Saben, he pensado en cambiarle el nombre a la historia por uno mas kuls.
Kill me please

Secuestraron A Mi Ídolo ×J.C×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora