×T R E I N T A×

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[Capítulo sin editar, disculpen los errores.]

Alonso.

Han pasado dos semanas desde que llegamos a buscar a Jos, y no hay ninguna pista.

— ¿Y si vamos a la playa? —me preguntó Alan.

—Mejor busquemos alrededor y por ultimo la playa. —le dije.

—Me parece bien.

Caminamos por los puestos de ropa y recuerdos, y ya en camioneta salimos a la carretera para ir a la ciudad.

—Hay que buscar también en los parques.  —sugirió mi amigo.

Pasamos por dos parques, y no encontramos nada despues de dos horas.

—Creo que ya es hora de volver al hotel. —anunció Alan.

— ¡No! —exclamé.

—Ve tu si quieres. Yo ya me mareé de estar dando vueltas.

Manejé hasta el hotel. Ya era mediodía y tenía hambre.

Sofía.

—Tengo una idea —le dije a José. El me miró de modo a que continuara—. Tengo un tinte en mi habitación.

— ¿Y eso cómo para qué?

—La ultima vez que salimos, batallaste con la peluca.

— ¿Quieres decir que...? —dijo asustado.

—Solo será en las puntas, serán como rayitos.

— ¿Qué color es?

—Rubio.

— ¿ESTÁS BROMEANDO, CIERTO?

—Baja la voz —lo reprendí—. Mi mamá está en casa, baboso.

Se quedó callado. Ni siquiera me miraba. —Mira el lado bueno, ya no usarás pelucas. No usarás disfraz mas que unos lentes de sol. —lo animé.

—Jamás me he teñido el cabello y no lo haré ahora.

—Jos... —alargué—. Hazlo, por mi; esto tiene beneficios, además, el tinte se cae en unos meses. Hizo una mueca de lado y me miró.

— ¿Quién me lo aplicará? —preguntó curioso.

—Pues yo, no pagaré para que te descubran.

—Esta bien —accedió por fin—. Solo no le hagas cochinadas a mi cabello.

Dos horas después, ya le estaba aplicando el tinte.

—No te gustaría ir en la tarde a la playa, bueno, a las escolleras. —le pregunté mientras terminaba de pintarle el cabello.

— ¿Así con mi cabello de metrosexual?

—Sí, así con tu cabello de metrosexual. —reí.

—Lo decía en broma, Sofía.

—Lo siento, no puedo tomar en serio a un chico que lleva puesto un gorrito de mujer —me carcajeé y este me miró mal—. Ya, ya, ya. Perdón, ¿entonces? Si vienes o no. —le volví a preguntar.

— ¿Y si se burlan de mi?

—Yo me burlo de ellos. —le sonreí y este también lo hizo.

Seguía pintando su cabello, no quería estropearlo, así que debía quedar bien.

— ¿A qué hora nos vamos? —preguntó luego de un rato.

—Creí que no querías ir.

—Quiero conocer la ciudad.

Secuestraron A Mi Ídolo ×J.C×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora