×O N C E×

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— ¿Sabes lo que es sarcasmo, verdad? —le dije a Adam. Estaba furiosa con él.

El solo hecho de ver a Jos Canela, amarrado de sus brazos y piernas, su boca tapada, me parte el corazón. Y más al saber que el causante de eso fue mi mejor amigo.

—Pero tú dijiste...

— ¡Pero nada! —lo interrumpí—, ¿tu sabías de esto Kate? —le pregunté a mi mejor amiga, que desde que subí a mi habitación estaba seria.

Ella asintió, demonios. —Ese es tu regalo, por parte de todos... —susurró. ¿Qué? ¿Todos?

— ¿A qué te refieres con todos, eh?

Voltee a ver al pelinegro. Tenía los ojos rojos « Supongo que de tanto llorar. » y se veía desesperado.

Me acerque a la caja, la ladee para sacarlo de ahí. La tiré, se cayó y se quejó. —Lo siento... —le susurre y lo ayude a acomodarse, ya que estaba amarrado y no podía moverse bien.

—Los dejaremos solos... —dijo Adam y salió de mi habitación junto con Kate. Hijos de fruta.

Estaba en shock. No sabía si gritar, tomarme una foto con él y pedirle un autógrafo o solo mirarlo.

Me acerque a él y le dí un cálido abrazo, el cual él no podía responder, debido a sus brazos atados. —Tranquilo, no te haré daño. —le susurre en su oído. El comenzó a llorar. Sentía un nudo en la garganta.

Ahora, ¿lo desataré? Él podría escapar y acusarme de secuestro junto con mis amigos, y yo no quiero eso, además de que yo no lo secuestre.

Le desate el paliacate de su boca.

— ¡AYUDA! ¡AYUDA! ¡ME TIENEN SECUESTRADO! ¡AYUDA! —comenzó a gritar, me sobresalte y lo solté. Grave error Sofía.

— ¡Shh! No te haré nada. —le dije y el frunció el ceño.

— ¿Ah no? Entonces, ¡¿por qué jodidos estoy atado de brazos y piernas?!

— ¡No fui yo! —le grité—. ¡Esas jamás hubieran sido...!

— ¡Tu voz! —me interrumpió. Si sigue así, volveré a tapar su boca—. ¡Tú eres la chica que me ha llamado dos veces! — ¿recordaba eso? Ow, que lindo.

— ¿Co-cómo sabes eso? —tartamudee.

— ¡Eso no interesa ahora! Solo... ayúdame a salir de aquí. —comenzó a llorar de nuevo. Oh no, ver llorar a alguien que quiero mucho, es muy doloroso para mí.

—No, no, no llores o también me harás llorar.

—Ellos deben de estar muy preocupados —sollozó—, las cosas han de estar mal con los chicos...

—Tranquilo —le dije—, yo te cuidaré. —lo abrase y comenzó a llorar más fuerte y yo hice lo mismo.

Alan.

—Joven, ¿cómo dice que sucedieron los hechos? —preguntó por quinta vez el policía. ¿A caso son sordos o tienen retraso mental?

—Lo vinieron a buscar.

— ¿Quién lo buscaba? —bien, por primera vez preguntaba algo que no fuera: "¿Cómo sucedieron los hechos?"

—Bueno, una chica de limpieza le dijo que alguien lo buscaba a fuera.

— ¿No sabe quién lo buscaba?

—Creo que si supiera quien lo buscaba, no estaríamos aquí.

—Alan —dijo Sandra—, cálmate.

—Sí, sí, ya lo sé.

— ¿Recuerda cómo era la muchacha de limpieza? —pregunto el policía.

Secuestraron A Mi Ídolo ×J.C×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora