×T R E I N T A Y T R E S×

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Jos.

Perfecto, ella se había ido con su mamá de nuevo a quién sabe dónde.
Me quedé sentado en el pie de la cama, todo este tiempo me la he pasado así; sin ejercitarme, a veces no comer bien o simplemente estar de ocioso jugando videojuegos.

— ¡Sofía! —se escuchó una voz ronca fuera de la casa, me asomé a la ventana y vi que era Adán— ¡Sofía, mi amor! —volvió a gritar y decidí bajar a la sala para hacerlo pasar.

—Hey. —susurré una vez que entreabrí la puerta; él se acercó y entró.

— ¿Qué quieres tú, niño bonito? —me dijo a la defensiva. Apestaba a alcohol.

Fruncí el ceño. —Sólo te hago pasar, no te enojes. —rodó los ojos, se echó en el sofá y yo me senté frente a él.

—Ugh, ¿dónde está Sofía?

—Hace como unos cuarenta minutos que salió con su mamá. —él murmuró algo que no supe entender.

—Sabes, te diré algo —me miró a los ojos. Lo miré extrañado. Tal vez me dirá alguna estupidez—. ¿Sabes qué haces aquí? En esta casa, con esta chica, ¿quién te trajo?

—No recuerdo absolutamente nada. Sólo sé que aparecí en una caja gigante en la habitación de Sofía. —él rio amargamente— No es algo gracioso, al principio estaba muy asustado, luego me acostumbré.

—Yo te traje aquí, los amigos de Sofía me ayudaron.

— ¿Disculpa? Sabía que de alguna manera me tenían secuestrado pero...

—Nosotros fuimos —me interrumpió—, fue difícil planearlo y sacarte de ahí, pero ya ves —se encogió de hombros—, aquí estás. Ella una vez nos dijo "Ayúdenme a secuestrar a Jos Canela para mi cumpleaños" —largo una risa— y yo de idiota voy y le cumplo el capricho.

No pensaba en decir ni una sola palabra. En cierto modo, ella estaba mal de la cabeza al decir que me quería secuestrar.

— ¿No te gustaría irte de aquí? Digo, te han privado de tantas cosas que yo ya me hubiese vuelto loco.

Lo pensé un momento. Irme de aquí.
Mi madre y hermana deben seguir destruidas, ya que hace mucho que no estoy en contacto con ellas; las Coders deben seguir igual que antes y mis amigos, no lo dudo.

—Vete Jos, sé libre —me dijo Adán— vete antes de que llegue Sofía.

Lo dude. ¿Irme sin despedirme? De alguna manera le había roto el corazón, pero ella jamás me dejó explicarle.

Corrí escaleras arriba, entre a la habitación donde me había quedado los últimos cinco meses; tomé mi chaqueta y celular sin batería. Es lo único que me pertenece en esta casa.
Cuando baje, Adán me miraba satisfecho, como si hubiera esperado esto toda su vida.

—Gracias y adiós. —le dije. Salí de la casa sin saber a dónde dirigirme o pedir ayuda.

Pasaban de las doce, no creo que haya gente disponible para ayudarte a esta hora.
Camine tres cuadras hasta llegar a unas canchas que daban con una pequeña avenida. Me senté en el suelo, esperando a que una persona de buen corazón me diera un "aventón", y hasta ahora ni un sólo auto ha pasado.

Sofía.

—De haber sabido que tardarían horas, mejor no hubiese venido. —bufé.

—Debes estar con tu familia en momentos difíciles. —me regañó mi papá.

Rodé los ojos y salí del auto; papá me dejó en la puerta de la casa y él volvió al hospital.

Esperaba por alguna razón que José estuviese ahí, pero algo me decía que no. Habíamos "peleado" y era una excelente oportunidad para él.

Entré a casa y el sofá grande de la sala no estaba en su lugar.

— ¿Jos? —pregunté al entrar.

Se escuchó una risa y tomé lo primero que tenía a la mano. Una sombrilla, perfecto, para picarlo con la punta.

—Vaya, hasta que te dignas a llegar.

— ¿Adam? ¿Qué haces aquí? ¿Dónde está Jos?

—Adán para ti, Sofía. Resulta que quería platicar contigo, como en los viejos tiempos —él se tambaleaba, de verdad estaba borracho, no tenía duda de eso—, y pues tu Jos —hizo una voz chillona— se acaba de ir.

— ¿Eh? ¿A dónde? —me acerqué a él y lo tomé de los hombros, aunque era más alto que yo—. ¡¿En dónde jodidos tienes a José?!

—Yo qué sé —se rio cínicamente—, seguro va en camino a México.

Se soltó de mi agarre y él se fue a recostar en el mueble grande de la sala que estaba en la cocina.

— ¿Por qué esta el sofá en la cocina?

—Porque se ve más bonito.

Tenía que decirle a Kate, pedir ayuda de alguna forma.
Tomé el teléfono de la casa y le marqué rápidamente a mi amiga.

Un, dos, tres beeps.

Sofía, la gente normal a esta hora duerme, ¿lo sabías? —dijo a través del teléfono.

—Urge que vengas a mi casa.

¿Pues qué pasó?

—Pasó que tu amiguito Adán dejó ir a Jos, y no sé dónde está. ¿Sabes las consecuencias de esto, verdad? Podríamos ir todos a la cárcel.

Ese Jos es muy idiota, te aseguro que ni siquiera ha salido del fraccionamiento. Aun así voy para allá; me saldré por la cocina —se rio—. Tu empieza a buscar alrededor de tu casa, adiós.

Ni me dejó terminar hablar, pero tiene algo de razón, Jos no sabe dónde está y tal vez no se ha alejando de la casa.

—Y tú ya vete. —le dije al chico que estaba ebrio, recostado en el mueble que debería estar en la sala.

—Sólo déjame dormir.

Lo tomé de un pie y comencé a jalarlo pero prácticamente estaba tieso.

Esta sería una noche larga.

[...]

Jelou🌚 perdón por desaparecerme😹 pero estaba en blanco;-; y además siento que este capítulo esta muy kk
So... ya acabó el bimestre y se me ocurrieron más ideas, por lo tanto actualizaré más seguido pero no es seguro, ah😂🔫

Hasta lueego👽

Secuestraron A Mi Ídolo ×J.C×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora