×T R E I N T A Y S I E T E×

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Llegué a casa por ahí de las doce de la noche, las luces aún estaban encendidas. Sabía lo que me esperaba al abrir la puerta, y aún así entre.

—Siéntate. —me dijo mi mamá al verme entrar y apuntó al sofá que estaba en frente de ella.

Estaba demasiado cansada, tenía sed, necesitaba darme un baño y dormir, pero sabía que eso no iba a suceder; capaz que mi mamá me corría de la casa.

—Explícame, ¿cómo es que ese muchacho estaba en tu habitación? —me miró enojada y al no verlo conmigo se enojó mucho más—. ¿Dónde está?

Suspire. Era una historia larga, difícil de comprender, porque es algo irreal, y sin embargo sucedió.
Después de contarle todo hasta llegar a este momento, ella se preocupó, tanto por mi como por mis amigos.

—Entonces, ¿Rodrigo nunca existió?

—No, mamá. Él fue un personaje que creamos, y hasta creí que la relación era verdadera pero no fue así.

Ella sólo negaba conforme le contaba algo sobre esto.
Cuando llegué a la mitad de la historia, no pude más y me solté a llorar, al igual que ella.

— ¿Qué se supone que tenga que hacer? Esto no sucede todos los días. —frote mi cara—. Mis amigos y yo somos muy jóvenes para ir a la cárcel.

—Ellos debieron pensar en las consecuencias que iba a traer esto, pero no. Son unos testarudos irresponsables.

Le pedí a mi mamá disculpas, por no haberle tenido la confianza de decirle esto, también, prácticamente le suplique que no le diga nada a mi papá, por ahora.

Cené, me bañé y me dormí. Realmente lo necesitaba, fue una tarde muy pesada, demasiada diría yo; esperaba que mañana no sucediese algo grave respecto a nosotros, mis amigos y yo.

Jos.

Después de haberme separado de Sofía, me reecontre con mis amigos y mánagers. Me llevaron a una camioneta blanca donde se supone que estaban ellos, pues el concierto se detuvo y al instante se llevaron a los chicos.

Primero un policía me tomó del hombro y otros cuatro a nuestro alrededor; se veía un caos total desde donde estaba, todas las personas se amontonaban y lo que más me preocupaba era Sofía. Esperaba que ella estuviese bien.

—Aquí estarás mejor. —me dijo el policía que me llevaba, los otros cuatro se esparcieron.

Antes de entrar a la camioneta, Jesús estaba a fuera llamando a alguien, pero al notar mi presencia lo dejó y corrí a abrazarlo.

—Creí que jamás te volvería a ver. —le dije. Me sorbí la nariz y le sonreí.

—Entra, hay unas personas que esperaban con ansias volver a verte. —palmeó mi espalda e hice lo que me dijo.

Y ahí estaban cuatro chicos cabizbajos, dos greñudos como siempre, otro con su copete más alto que el Everest y un pelirrojo pecoso.

—Hola. —dije al abrir la puerta. Los cuatro se levantaron rápido al verme. Definitivamente los extrañaba demasiado.

Sofía.

Al día siguiente, cité a Kate a Friday's para almorzar. Supuse que aún no sabía nada, así que le hablaría sobre eso.

Llegué diez minutos antes de la hora citada. No había podido pensar cómo decirle "Hey, ¿qué crees? Jos no está conmigo, se lo llevaron." Sabía que me mataría al decirle eso, o entraría en pánico alertando a gritos a los demás.

Cuando ella llegó se veía contenta, alegre. Yo sólo le di una sonrisa nerviosa esperando mi muerte.

— ¿Por qué la urgencia de almorzar en jueves, uh? Sabes que tenemos clases. —se sentó frente a mi y me saludó.

Secuestraron A Mi Ídolo ×J.C×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora