×Q U I N C E×

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—Ósea que si me odias.

—No, bueno si, agh —se tapó su rostro con sus manos—. No sabría cómo expresarme. Creo que ambos hemos tratado de llevarnos bien, y no lo hemos logrado.

—Para mí es algo difícil hablarte sin ponerme nerviosa y cuando estoy nerviosa hago cosas tontas, me enojo, rio como foca retrasada —reímos—, digo, eres mi amor platónico, eres Jos Canela, duh.

—Has sido agradable conmigo, porque me has dado de comer aunque yo me niegue —rio—, me has dejado dormir en tu cama, que por cierto es muy cómoda. —ambos volvimos a reír. Dios, se ve tan lindo cuando ríe.

— ¡Reíste!

— ¿Qué? —preguntó confundido.

—Desde que estas aquí no habías reído. —le expliqué.

—No es fácil Sofía —dijo seriamente y me miró a los ojos—, ¿tú podrías sonreír si te tienen secuestrada? —seguíamos mirándonos fijamente a los ojos, esto parece un concurso de miradas—, no verdad. Y aunque suene feo, es la verdad.

—Uhm... Jos... yo... —no tenía las palabras correctas para expresarme. No le podía decir ahora que él es mi regalo de cumpleaños.

—No digas nada, solo... —creo que se encontraba en la misma situación que yo. Se recostó bocabajo en la cama—, bah.

Lo miré desde mi lugar. Un silencio incómodo invadía la habitación. Él se veía mal, y también comenzaba a oler mal.

—Jos, ¿qué talla de ropa eres? —pregunté y el volteo a verme.

— ¿Uh, para qué?

—Para conseguirte ropa, y para eso necesito tu talla.

— ¿De qué?, ¿camisas, pantalones?

—De todo.

Alonso.

— ¿Cómo le haremos en las partes que canta Jos? —pregunté.

Jos es una de las voces principales y sin él, es difícil acomodar todo; mañana tenemos dos conciertos en Veracruz, además de que Jesús nos tiene una sorpresa y en estos momentos creo que no sería bueno.

—Alan lo sustituirá, a menos de que tú quieras, eh. —dijo Jesús respondiendo a mi pregunta anterior.

— ¿Y en la canción Escapar? —dijo aterrado Alan—. En una parte el canta agudo.

— ¿No puedes o qué? —bien, desde lo sucedido con Jos, ese hombre ha estado súper malhumorado—, dime para conseguir a alguien.

« ¿Qué? Un chico que haga la voz de Jos no, eso sí que no. »

—Si Alan no puede, yo lo hago. —interrumpí.

—Okey, toma suficiente agua y unas cuantas pastillas de menta para la garganta. —dijo Jesús y se fue de la sala.

— ¿Alguien tiene noticias de Jos? —preguntó Freddy.

—No, pero estoy pendiente en las noticias de esa ciudad. —dijo Bryan.

—Hace mucha falta —susurré—, él era la alegría de esta habitación.

Sofía.

—Aquí tienes la ropa para Jos —me dio una bolsa Adam, cargada de ropa masculina, un par de tenis y otros de huaraches Crocs—, espero y le guste.

Me abalancé a él y le dí un abrazo. —Gracias, gracias, gracias.

—De nada, solo que para la próxima avísame que Jos también se baña. —dijo burlón. Lo miré mal.

Secuestraron A Mi Ídolo ×J.C×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora