10: Andarse con pies de plomo.

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créditos por la imagen a @lvrkive en Instagram

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El domingo, Sehun estuvo seguro de dos cosas.

La primera, de que aún detestaba la playa. La segunda... que había metido la pata. Otra vez.

Pasó casi una semana desde la última vez que ellos, Luhan y él, habían tenido tiempo a solas. El primer par de días encontró normal que las cosas fueran un poco extrañas, pues hacerle una paja a un mejor amigo no era realmente algo de lo más común. Él mismo se sintió un poco turbado al principio, aunque no tardó demasiado en hacer las pases con ello. Lo hecho, hecho estaba. Pero había considerado que lo mejor era darle espacio a Luhan para que lidiara con el asunto a su tiempo.

Aún así, él mantenía todavía una actitud completamente evasiva al respecto. Sehun podía decir que algo estaba mal, pero no estaba seguro de las razones por las que llegaba a esa conclusión. No había nada fuera de lo común, y de todas formas existía una distancia entre los dos que antes no había estado ahí. Luhan actuaba normal, mas era claro que estaba evitando cualquier posibilidad de contacto físico entre ellos. Y todas las veces en las que Sehun intentó tocar el asunto, fue ignorado por completo o él solo cambiaba de tema.

Y ahí estaban ahora, en la casa principal, mirando la televisión sentados en el sofá de la sala, sin decirse gran cosa. Como los días anteriores.

Luhan continuamente insistía en ir junto a sus padres para acompañarlos durante las comidas, por las tardes iban a la zona de la playa que todos los demás visitaban, y las ocasiones en las que no salían, él se quedaba charlando gran parte de la tarde junto a Hyejun y Daemyung. Por las noches se dormía temprano. Era tan dolorosamente obvio que todo era un intento por evitar tener tiempo a solas, que Sehun no estaba seguro si reírse o enojarse.

Encontraba horrible la idea de haber sido el único que disfrutó de lo que hicieron. Quizá había hecho algo mal. Quizá había ido demasiado lejos, empujado fuera del límite y espantado por completo a Luhan. Quizá estaba incómodo alrededor suyo ahora.

Sehun se sentía malhumorado e irritado, pero no había mucho que pudiera hacer. No si su mejor amigo continuaba evitando el tema como se evita una plaga.

―Chicos ―llamó su mamá a medio camino de las escaleras―, ¿qué van a hacer hoy?

―Mmh, no sé... ―respondió Sehun, comiendo de un paquete de patatas fritas que descansaba sobre su estómago―. Nada en particular.

―Nosotros iremos a visitar a los Ryu, ¿nos acompañarán? Seguro su hija estará feliz de verte a ti, cariño.

Sehun hizo una mueca horrorizada. Los Ryu eran una familia muy amiga de la suya desde hacía mucho tiempo. La hija más joven era tres años menor que Sehun y cada vez que las familias se reunían durante las vacaciones, lo perseguía por todos lados.

Toska «hunhan»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora