❝ Oh Sehun es un adolescente con una gran vida. Atractivo, inteligente, de clase acomodada y familia tipo, con numerosos amigos y una adorable novia. Sin grandes problemas en su día a día más que algún que otro asunto cotidiano.
... Siempre que igno...
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«Yoo Yeonjoo»
―Oye, Lu..., ¿puedo preguntarte algo tonto?
―¿Algo tonto? ¿Qué es?
Yeonjoo se mordió el labio inferior, jugando con el cinturón de seguridad distraídamente.
―¿Crees en el destino?
―¿Destino? ―repitió.
―Mmh, sí, como... tener algo destinado en la vida, un rumbo fijo desde el momento en el que naces.
―Ah ―frenó cuando el semáforo cambió a rojo―. No, la verdad no... ¿Tú sí?
―Sí ―asintió, sintiendo su rostro calentarse―. Me gusta la idea de estar aquí por una razón, tener algo específico esperando por cada uno. Una vocación, una persona...
―Huh, entiendo.
―Piensas que es tonto.
Él se rió, volviendo a acelerar―. Suena lindo.
―Pero crees que es un montón de mierda.
Luhan presionó los labios juntos. Yeonjoo rió entre dientes.
―Lo entiendo, la mayoría de la gente lo cree. Mis amigas dicen que tengo la cabeza en las nubes, que soy demasiado cursi.
―No le hace daño a nadie, puedes creer lo que quieras ―le dijo―. Que no te importe.
Ella le sonrió, sintiendo un revoloteo en el pecho mientras contemplaba su perfil. Estaba vestido un poco más formal, con una camisa de manga larga abierta sobre una camiseta blanca y unos jeans sin ninguna rotura en las rodillas, diferentes a los que siempre llevaba.
―¿Tú crees que las cosas solo pasan porque sí, entonces?
―Más o menos. Creo que todo lo que sucede en la vida de uno es en consecuencia de las decisiones tomadas ―expresó, pasándose una mano por el cuello de forma pensativa―. Aunque la idea del destino suena bien. Aligera un poco la responsabilidad si las cosas ya han sido decididas a priori y no hay nada que hacer al respecto.
―Mmh... sí. Supongo que sí ―admitió.
―Oh, lo siento. No quise ser punzante ni nada.
―Qué va. Yo pregunté por tu opinión ―respondió, batiendo una mano―. Me alegra que seas honesto conmigo.
Luhan le dio una sonrisa y la conversación cambió a otra que mantuvieron por encima del sonido de la radio mientras viajaban en la oscuridad de las calles hacia el apartamento donde eran esperados.
A cada minuto, Yeonjoo podía sentir su corazón apurarse en su pecho un poco más. Realmente iban a sentarse en una cena junto a la familia de él y mentirles en la cara diciendo que eran una pareja. Tendrían que actuar como una pareja. Era tan mortificante, como lo era emocionante.